Síntomas depresivos, trastornos alimentarios, autolesiones… los problemas de salud mental de niños y adolescentes han sufrido un preocupante incremento en los últimos años. La pandemia del Covid-19 ha provocado un empeoramiento de la salud emocional de los más jóvenes, un hecho, que preocupa mucho a padres, expertos e instituciones.

“La pandemia ha sido la tormenta perfecta. Ha sido la chispa que ha disparado estos problemas tanto en niños como en adultos y hay que tener en cuenta que cuanto más tiempo estamos viviendo el trastorno, más riesgo tenemos de que se agrave o cronifique”, explica la psicóloga infanto-juvenil, Georgina del Valle Farreras.

En una de las últimas encuestas del Grupo de Trabajo Multidisciplinar sobre Salud Mental en la Infancia y Adolescencia, que está compuesto por las principales asociaciones pediátricas del España, se desprendía que el 95% de los pediatras están muy preocupados por este aumento y alertaban, además, de que no cuentan con una formación suficiente para abordar estos problemas.

"Los padres y los colegios hacen lo que pueden con las herramientas que tienen y por ello, la intervención de profesionales es vital”

“Tiene que haber más profesionales en el campo de salud mental tanto para adultos como para niños. El sistema público ya estaba saturado antes de la pandemia. Hay ratios de hasta 17.000 pacientes por cada psicólogo”, explica Del Valle.

“Hay muchas familias que necesitan ayuda y no la están recibiendo. Al ser niños tenemos más margen de actuación, pero cuanto más tiempo pasa hasta recibir la ayuda necesaria peor, porque se incorporan conductas patológicas que empeoran el cuadro. Los padres y los colegios hacen lo que pueden con las herramientas que tienen y por ello, la intervención de profesionales es vital”, añade.

La pandemia ha provocado un empeoramiento de la salud emocional de los niños y adolescentes. ShutterStock

Formación y prevención

La ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, anunció el pasado mes de abril, la creación de un Plan de Salud Mental en el sistema educativo, que se llevará a cabo en colaboración con las comunidades autónomas, y con el que se quiere dar “especial importancia” a la formación del profesorado proporcionándole “herramientas” que le “ayuden a identificar y actuar ante estas situaciones”.

Que haya psicólogos en los colegios es muy importante porque los niños y adolescentes pasan muchas horas allí. Si tuviéramos más profesionales, aunque fuera solo a modo de observadores en clase, nos ayudaría en la detección de patrones, en la prevención y en el tratamiento de este tipo de trastornos”, considera la psicóloga, que destaca la importancia de que exista una buena coordinación entre padres, colegio y profesionales para tratar a jóvenes con problemas de salud mental. “Si no hay una buena coordinación hay mayor riesgo de que salga mal”, considera.

"Los niños son, en muchas ocasiones, un reflejo de lo que ocurre en casa. Trabajando con los padres la mejoría del niño es mucho más probable"

En la aparición de este tipo de trastornos hay una interacción entre factores biológicos y factores ambientales. Influye tanto la genética de la persona como el entorno en el que vive, por ello, es importante trabajar tanto con el niño o niña, como con su familia.

"Es muy importante que se realice un buen trabajo con los padres, porque en muchas ocasiones generando ciertos cambios en ellos se generan cambios muy positivos en los hijos. Los niños son, en muchas ocasiones, un reflejo de lo que ocurre en casa, por lo que si un niño ve discusiones frecuentes entre los padres, o tiene modelos educativos muy estrictos o permisivos le puede generar mayores niveles de ansiedad. Trabajando con los padres la mejoría del niño es mucho más probable", cuenta Georgina.

En este punto, también cobran vital importancia las nuevas tecnologías y el papel que juegan en el desarrollo de los niños y adolescentes. "Antes, cuando un niño o niña tenía un conflicto o problema en el colegio, este se terminaba al salir. Sin embargo, en la actualidad con los móviles y las redes sociales esto no ocurre así, porque en muchas ocasiones los conflictos siguen a través de las redes sociales y se extienden al contexto familiar y no educativo. Y esto genera muchos problemas", explica la psicóloga.

Las nuevas tecnologías están jugando un papel importante en el desarrollo de los niños. ShutterStock

"A ciertas edades es imperativo que los padres sepan a qué tipo de paginas y contenidos tienen acceso sus hijos desde los móviles"

De hecho, con la implantación de los teléfonos móviles tenemos más casos de ciberacoso a través de las redes y de adicción al uso de los dispositivos, así como un aumento de síntomas de ansiedad y depresión asociados al mal uso de esta tecnología.

“Es necesario contar con programas de prevención y trabajar con los padres para que dispongan de herramientas para gestionar de la mejor forma posible el uso de la tecnología en casa. El móvil es un arma de doble filo y es necesario un control parental. A ciertas edades es imperativo que los padres sepan a qué tipo de paginas y contenidos tienen acceso sus hijos y si es necesario puedan sentarse con ellos y hacer una revisión de estos", recomienda.