Un naufragio de película con final feliz. Salvamento Marítimo confirmó ayer que el único tripulante de un velero que volcó el pasado lunes frente a A Costa da Morte está vivo. El varón, un ciudadano francés de 62 años, consiguió sobrevivir gracias a la burbuja de aire que se formó bajo la embarcación durante más de 16 horas. Al rescate llegaron los buzos de la Base Estratégica de Salvamento Marítimo de Fene guiados por los pequeños toques que el hombre iba dando en las paredes del casco. El helicóptero Helimer 402 evacuó al hombre al aeropuerto de Alvedro.

Dos buzos, sobre el casco del velero, mientras se colocaban los globos para evitar su hundimiento. | // SALVAMENTO MARÍTIMO

Los trajes especiales de protección que llevaba a bordo, puesto que se trataba de un velero de competición, permitieron al ocupante mantenerse con vida durante las 16 horas que permaneció debajo de la embarcación.

Embarcaciones y helicópteros en torno al velero durante la operación. | // SALVAMENTO MARÍTIMO

La alarma saltó el pasado lunes, a las 20.30 horas, a 14 millas de las islas Sisargas, en Malpica. En ese momento fue localizado el velero Jeanne Solo Sailor con la quilla al sol. No había rastro de su único ocupante, por lo que rápido de movilizó a un operativo de búsqueda. Ya durante la madrugada, diversos equipos, por mar y aire, rastrearon la zona sin resultados. Así, desde el 112 Galicia, se pidió el refuerzo, igualmente, de los agentes de la Guardia Civil y de los voluntarios de Protección Civil de Malpica, por si la ayuda también fuese necesaria desde tierra.

El dispositivo marítimo estuvo formado por la embarcación Salvamar Betelgeuse, el buque Sar Gavia (ambos de Salvamento Marítimo) y la patrullera Río Xallas de la Guardia Civil; y el operativo aéreo lo compusieron los helicópteros Helimer 402 y Helimer 211 de Salvamento Marítimo; y el helicóptero Pesca II del servicio de Gardacostas de la Xunta de Galicia.

También se movilizaron medios subacuáticos: el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil llegó a la zona a las 03.30 horas y efectivos de la Base Estratégica de Salvamento Marítimo de Fene arribaron al lugar de la emergencia a las 07.30 horas.

Salvamento Marítimo destacó que la operación se realizó de noche y a 15 millas de la costa y en condiciones de mala mar. “Para nosotros ha sido muy emocionante porque hemos salvado una vida. Normalmente nuestro equipo va siempre después, cuando los operativos SAR desplazados desde los Centros de Coordinación ya no pueden hacer más. En esta ocasión ha sido distinto, porque pensábamos que podíamos salvar a alguien”, manifestó Juan Ferrer, jefe de Operaciones del Servicio Aéreo de Rescate y de Lucha contra la Contaminación de Salvamento Marítimo.

El dispositivo arrancó cuando se recibió la alerta de la radiobaliza de la embarcación y la del propio tripulante del velero. “En cuanto recibimos la llamada desde el Centro de Salvamento de Fisterra se puso en marcha un técnico de operaciones especiales de la Base Estratégica de Fene, Vicente Cobelo, con el equipo de intervención de buceo de la empresa Ardentia Marine, la adjudicataria que presta servicio desde las bases estratégicas de salvamento”, explicó Ferrer, quien añadió que en la operación participaron cinco buzos.

Los miembros del equipo se aprovisionaron de todo el material necesario para el rescate, incluido el de los buzos y globos de reflotamiento para el barco con el fin de garantizar su flotabilidad y evitar que se hundiera. Siempre a contrarreloj, el equipo se trasladó a A Coruña para embarcar en la Salvamar Betelgeuse.

Mientras tanto, el Centro de Salvamento Marítimo de Fisterra coordinaba a través de Manuel Capeáns todo el dispositivo desplegado. A las 21.26 horas, el Helimer 402 avistó el velero con la quilla al sol, pero sin que se divisase a su ocupante. Desde el Helimer descendió un rescatador para comprobar si había señales de vida y en principio se pensó en lanzar unas eslingas para que la grúa del Sar Gavia izara el velero, pero la operación fue considerada peligrosa, por lo que finalmente se decidió afianzar el velero ante la convicción de que al tratarse de una embarcación de competición, que posee mucha flotabilidad, no se iba a hundir.

Los buzos se lanzaron al agua para averiguar si el deportista se encontraba aún a bordo. Después, afianzaron el barco para evitar que se moviera, para lo que colocaron tres globos de cinco toneladas cada uno. A continuación dos buzos con botellas de oxígeno se sumergieron dos buzos para inspeccionar el velero bajo el agua y vieron que su puerta estaba abierta, por lo que se asomaron y descubrieron a su ocupante con vida.

El Centro de Salvamento de Fisterra ordenó al Helimer 402 que se colocara en la vertical de la embarcación auxiliar del Sar Gavia, a la que el navegante accidentado subió con la ayuda de los buzos. Posteriormente fue izado por un rescatador al helicóptero y trasladado al aeropuerto de Alvedro, donde esperaba la ambulancia cuando eran las 12.35 horas.