Un novedoso tratamiento permite el trasplante de riñón en pacientes que hasta ahora eran inoperables y que llevaban décadas en diálisis. El Hospital Vall d’Hebron, en Barcelona, es el centro que ha tratado al primer paciente de toda Europa que ha sido tratado con este fármaco, llamado imlifidasa, y que posteriormente ha sido trasplantado con éxito. “Es un gran cambio después de 35 años en diálisis. Esto es un haz de esperanza para pacientes como yo”, apuntó Miguel Ángel, el paciente. “Ahora tengo una vida sin diálisis, con libertad y me encuentro mejor que antes”, aseguró este hombre de 54 años que hacía diálisis desde 1984. Miguel Ángel vivió, sin éxito, dos intentos de trasplante: en 1991 y 1996. Ahora, asegura, su vida es otra.

El caso de este paciente, que fue trasplantado hace tres meses, se engloba dentro de un estudio clínico en fase tres que busca demostrar la eficacia de la imlifidasa. Se prevé que sea próximamente aprobada por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). El fármaco está indicado para personas con un sistema inmunitario hiperactivado y que por eso no pueden ser trasplantadas.

La imlifidasa “mejora la calidad de vida y es más barato que la diálisis”, según destacó el doctor Oriol Bestard, Jefe del Servicio de Nefrología y Trasplante Renal de Vall d’Hebron.

En las personas con un sistema inmunitario hiperactivado hay un exceso de anticuerpos en sangre frente a la mayor parte de antígenos del sistema del antígeno leucocitario humano (HLA) de la población, el cual expresa las células de los diferentes tejidos del organismo y marca si un órgano puede ser compatible para un paciente concreto. Por tanto, en caso de que se realizara un trasplante, se produciría un rechazo del órgano de una forma rápida y prácticamente irreversible. Es por eso que estos pacientes tienen una probabilidad extremadamente baja de encontrar un donante compatible.

Lo que hace este nuevo fármaco, que se introduce por vía endovenosa, es eliminar los anticuerpos y por eso podría ser una alternativa terapéutica eficaz para los pacientes con una enfermedad renal terminal, quienes están destinados a permanecer en diálisis durante muchos años. “Este tratamiento se trata de una molécula que elimina los anticuerpos y esto ofrece una nueva posibilidad: durante un tiempo de cinco o seis días después del tratamiento, podemos aceptar una oferta [de órgano] e ir a quirófano. El efecto del fármaco es inmediato y dura cinco o seis días”, explicó Bestard. El fármaco solo se puede poner una vez en el paciente, ya que después “el organismo genera anticuerpos contra esta molécula”.