La Opinión de A Coruña

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Hora de tomarse en serio a Taylor Swift

A lo largo de los últimos 16 años, la artista se ha ganado a pulso ser una de las cantantes más queridas y laureadas de Estados Unidos

La cantautora Taylor Swift. | // M.B.

Cuando Taylor Swift debutó en 2006 con el sencillo Tim McGraw, pocos presagiaron que terminaría convirtiéndose en un fenómeno. A sus 32 años, y con 11 Grammys en su poder, ejemplifica la figura de la artista country que se reinventa y conquista un nicho de mercado aún mayor: el del pop. Su valía como letrista es incuestionable, pero eso no quita que a lo largo de su carrera haya tenido que luchar contra un sinfín de prejuicios y juicios de valor: sin ir más lejos, el de la cantautora resentida que, una vez le han hecho trizas el corazón, aprovecha para dedicar canciones a sus ex. ¿Acaso ha sido la primera en hacerlo? Ahora que mantiene una estable relación con el actor británico Joe Alwyn, ya no tiene necesidad de repetir ese patrón. Por ejemplo, en su recién estrenado disco, Midnights, habla implícitamente de Scooter Braun y Kanye West en piezas como Vigilante shit y Karma. Por este y otros tantos motivos, sin duda, hay que reivindicarla.

En los MTV Video Music Awards de 2009, al recoger el premio al Mejor Vídeo Femenino del año por You belong with me, Kanye West irrumpió en el escenario afirmando que el galardón lo merecía Beyoncé por Single ladies (Put a ring on it). Pese a sus disculpas posteriores, el culebrón volvió a reavivarse, en febrero de 2016, tan pronto el rapero lanzó un tema llamado Famous que incluía esta frase: “Siento que Taylor y yo todavía podríamos tener sexo. ¿Por qué? Yo hice famosa a esa zorra”. Claro está, ni a la cantante ni a su equipo les hizo ni pizca de gracia aquello.

En junio de ese año, Kim Kardashian salió en defensa de su entonces marido afirmando en la revista GQ que él la había contactado por teléfono para que autorizara la letra; al mes siguiente, escribió un tuit calificándola de serpiente y compartió en Snapchat un fragmento de dicha llamada. Swift desapareció del mapa, pero en agosto de 2017 referenció el incidente —con serpiente incluida— en el videoclip de Look what you made me do, el primer adelanto del LP Reputation. No sería hasta el 21 de marzo de 2020 que, gracias a un vídeo filtrado en la red, se confirmaría la mentira: en la versión sin editar de su conversación, West jamás le dijo que la tildaría de “zorra” o que se atribuiría el mérito de su fama. Caso cerrado.

En 2012, cuando The Daily Beast le preguntó si era feminista, contestó: “Realmente no pienso en las cosas como chicos contra chicas. Nunca lo he hecho. Me criaron unos padres que me hicieron pensar que, si trabajas tan duro como los chicos, puedes llegar lejos en la vida”. Sin embargo, tras afianzar su amistad con Lena Dunham, su discurso mutó un par de años más tarde. “Cuando era adolescente, no entendía que decir que eres feminista es simplemente decir que esperas que las mujeres y los hombres tengan los mismos derechos y oportunidades. Lo que me parecía era que odiabas a los hombres. Ahora, muchas chicas han tenido un despertar feminista porque entienden lo que significa la palabra”, declaró al respecto en The Guardian.

Asimismo, como al inicio de su carrera se negaba a hacer declaraciones políticas, los medios dieron por sentado que era una simpatizante del Partido Republicano. Nada más lejos de la realidad. El 7 de octubre de 2018, un mes antes de las elecciones legislativas, posteó en Instagram un mensaje contra la senadora Marsha Blackburn de Tennessee, el estado en el que reside: “Creo en la lucha por los derechos LGBTQ y en que cualquier forma de discriminación basada en la orientación sexual o el género es incorrecta. El racismo sistémico que todavía vemos en este país hacia la gente de color es aterrador, enfermizo y prevalente. No puedo votar a alguien que no esté dispuesto a luchar por la dignidad de todos los estadounidenses, sin importar el color de su piel, su género o a quién aman”. Pese a la victoria de la republicana, Swift al fin se mojó.

El 2 de junio de 2013, minutos antes de actuar en Denver, el DJ y locutor de radio David Mueller —de 51 años— y su esposa conocieron a la cantante en un meet and greet. Los tres se tomaron una foto juntos, pero en la imagen podía apreciarse cómo él aprovechó esos segundos para manosear el trasero de la joven. Dos días después del incidente, su madre, Andrea, y uno de sus representantes, Frank Bell, hicieron llegar la instantánea a la emisora de radio local en la que trabajaba, KYGO-FM, para informarles de lo sucedido. Al ser despedido, en septiembre de 2015 interpuso una denuncia contra la artista exigiéndole tres millones de dólares por daños y pérdidas de ingresos. Al mes, ella contratacó demandándolo por acoso sexual.

En el juicio, celebrado en agosto de 2017, la defensa de Mueller resaltó que Swift estaba sonriendo mientras ocurrían los hechos y que no le recriminó nada. Finalmente, la justicia dio la razón a la autora de ShakeIt off y el locutor tuvo que abonar la simbólica compensación de un dólar que le había pedido. “Este día, hace un año, fue el día en que el jurado se puso de mi lado y me dijo que me creían. Solo quería decir que tenemos mucho, mucho camino por recorrer y que os estoy muy agradecida por estar ahí durante este momento realmente horrible de mi vida”, aseveró en 2018, emocionada, durante un concierto en Tampa.

Big Machine Records, la discográfica que la fichó con apenas 14 años, fue comprada en junio de 2019 por Ithaca Holdings, la compañía de inversiones y entretenimiento fundada por Scooter Braun. Debido a ello, los másteres de sus primeros seis LP dejaron de pertenecerle. Aunque eso no fue lo peor: Braun, el nuevo propietario de las grabaciones, por entonces era el mánager de Kanye West, su mayor enemigo. ¿Qué hizo Taylor para remediar la situación? Bajo el amparo de Universal-Republic Records, su sello desde 2018, se propuso regrabar la totalidad de aquellos seis álbumes. Así lo anunció, en agosto de 2019: “Mi contrato dice que a partir de noviembre de 2020 puedo grabarlos de nuevo”. Hasta la fecha, ha hecho lo propio con Fearless y Red.

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