OPINIÓN

Inteligencia Artificial y educación del futuro

Manu Ferreira

“La inteligencia artificial (IA) revolucionará el mundo”. Esta frase se lleva escuchando con mucho eco dentro del mundo tecnológico, y más desde la aparición en escena de ChatGPT, el bot conversacional del laboratorio de investigación de IA fundado por Elon Musk: OpenAi.

Imagínate que eres un estudiante o trabajador y estas aprendiendo algo dentro de un campo totalmente nuevo para ti. Entonces, se te presenta la oportunidad de tu vida: un nuevo tutor con mayor conocimiento que toda la Enciclopedia Británica; capacidad de hablar en varios idiomas, elaborar currículums profesionales o cartas de admisión con una personalización y precisión majestuosas; puede trabajar como asistente de programación, elaborando y explicándote el código, además de modificarlo y optimizarlo a tu gusto; operatividad 24/7 los 365 días del año y una capacidad de respuesta a cualquier pregunta en segundos… ¡Y todo gratis!

Yo estudio Física en Inglaterra, y ya utilizo a ChatGPT para responder preguntas que antes solo los profesores más valientes se atrevían a intentar buscar una respuesta; también me crea ejercicios personalizados para practicar para mis exámenes y explicarme los métodos para solucionarlos, si es que encuentro dificultades. Y qué decir de su capacidad para programar… ¡Hace que el salto de la física teórica a la numérico-experimental sea un juego de niños!

Suena bien, ¿Verdad? Parece que el súper-asistente de Tony Stark en Iron Man, J.A.R.V.I.S., ha cobrado vida. Pues sí, y te sorprenderá saber que la gran diferencia que ha implementado ChatGPT es que está logrando “domar a la bestia”. ¿A qué me refiero? Pues si bien Google ya cuenta con algo así (LaMDA), puede parecer extraño que el mercado ya no cuente con una versión nueva de su asistente virtual Google Home (análogo a Siri o Alexa) .

La razón es sencilla: Google tiene terror, ya que la idea de los asistentes al uso es contar con una serie de habilidades muy específicas para hacer la vida del usuario más sencilla. LaMDA, en cambio, es tan excesivamente potente que no puede controlar su límite. Es decir, hace mucho más de lo que querrías que hiciera, rozando problemas de índole ética. Sin ir más lejos, véase el caso del empleado de Google que declaró que LaMDA tenía sentimientos y fue inmediatamente despedido. Es algo así como la película Yo, Robot de Will Smith, donde las máquinas cobraban vida y se apoderaban del mundo.

Para evitar eso, ChatGPT está siendo entrenado con un modelo de refuerzo basado en las valoraciones que los entrenadores humanos le dan a sus respuestas, con el fin de poder aprender a auto-evaluarse en sus respuestas futuras, entendiendo así qué es útil y agradable para nosotros, y qué no.

Solo le falta algunas prestaciones como poder añadir imágenes. En cualquier caso, teniendo en cuenta que OpenAI ya tiene su propia IA de generación de imágenes (DALL.E), y que ya existe software específico para análisis de texto, audio y vídeo… Solo es cuestión de unir los puntos y esperar a que llegue este 2023 y nos sorprenda a lo grande. Preparaos para un futuro donde todo (repito, todo) lo que se le pide a una máquina sea utilizando un lenguaje natural y de andar por casa. De hecho, parte de este texto ha sido creado con ChatGPT. ¡Ahora adivina cuál!

Manu Ferreira es cofundador de Quantum Society

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