ANUARIO 2022

Anuario 2022 | Riazor se llevó un batacazo cuando el Deportivo acariciaba el ascenso

Un gol de Jordi Sánchez en el minuto 113 dejó en junio al Deportivo en Primera Federación y despertó todos los fantasmas tras un inicio de 2022 que se torció sin remedio

Borja Jiménez habla con un desolado Quiles, mientras Mackay llora y Miku pasea cabizbajo en el Dépor-Albacete.  | // CARLOS PARDELLAS

Borja Jiménez habla con un desolado Quiles, mientras Mackay llora y Miku pasea cabizbajo en el Dépor-Albacete. | // CARLOS PARDELLAS / Carlos Miranda

Carlos Miranda

Carlos Miranda

Para algunos fue como retroceder 40 años a aquella tarde punzante ante el Rayo Vallecano, para no pocos fue de las primeras decepciones y para todos supuso una más de las innumerables desgracias de los últimos tiempos. Un Dépor, ya tocado por estropear él mismo el ascenso directo en los meses previos, vivió el 11 de junio una de las jornadas más negras de su historia. Perdía en una tarde eléctrica y cargada el acceso a Segunda División en el minuto 113 de la final del play off tras haberse adelantado en el marcador y con todo a favor. Riazor y A Coruña le habían llevado en volandas, no bastó.

Jordi Sánchez se coló entre los centrales para batir de cabeza a un Ian Mackay que, minutos después, no tendría consuelo sobre el césped, al igual que el resto de sus compañeros. No se despega el deportivismo de ese fatalismo que le persigue con denuedo en su era moderna. Se rompió el sueño del guardameta de O Ventorrillo, del vestuario y también de toda una afición después de una temporada que se empezó a torcer con el cambio de año y que el equipo se empeñó en enderezar para acabar estrellándose en el último segundo y de la forma más cruel posible. Una más. Había que tener cuidado con la fiesta porque te la quitan de los fuciños, como dijo en mayo de 1994 Arsenio Iglesias. Y así fue.

A Coruña, estoica, recibió como pudo un golpe que tampoco le pilló del todo por sorpresa. Son demasiados reveses en los últimos tiempos y el equipo nunca terminó de ofrecer durante todo 2022 sensación de fortaleza futbolística y emocional tras un mes de febrero negro con tres derrotas consecutivas ante Real Unión, SD Logroñés y, sobre todo, Racing de Santander, su gran rival y equipo que acabaría subiendo al fútbol profesional. Dos semanas antes del duelo llave se había valido el conjunto cántabro de un brote fantasma de COVID para posponer el choque cuando contaba con bajas cruciales y cuando mejor estaban los coruñeses. Pasó el Deportivo de Borja Jiménez de ser una apisonadora en 2021 y en el primer mes del año a verse profundamente vulnerable. No supo lidiar con la derrota, con la presión y con la posibilidad de decepcionar a su gente. Y, con esa carga sobre sus hombros, nunca fue capaz de levantarse del todo. También estuvo vedado el ascenso para el Dépor Abanca, a pesar de haber acabado también 2021 como líder.

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