El “sí” a la donación de órganos se consolida en Galicia

Donante y receptor son las dos piezas imprescindibles para que una vida que se va pueda ser el motor que haga continuar otra. Un engranaje perfecto de solidaridad que recupera el ritmo en Galicia, tras el inevitable impacto de la pandemia de SARS-CoV-2. El enorme esfuerzo realizado por los profesionales sanitarios y, sobre todo, la inmensa generosidad de decenas de familias que dijeron “sí” en el peor trance, permitió a la comunidad gallega contabilizar 128 donaciones de órganos en 2022, la segunda cifra más alta de la historia tras la de 2019, justo antes de la irrupción del COVID.

Un dato para celebrar ofrecido ayer por la directora de la Axencia de Doazón de Órganos e Sangue (ADOS), Marisa López, durante la presentación del balance de donaciones y trasplantes de órganos en Galicia correspondiente al ejercicio que acaba de finalizar. Acompañada por el director xeral de Asistencia Sanitaria del Servizo Galego de Saúde (Sergas), Jorge Aboal, y la coordinadora autonómica de trasplantes, Encarnación Bouzas, López resaltó que la comunidad gallega superó los 47 donantes de órganos por millón de habitantes en 2022, frente a los 46 de media española.

España sigue líder en trasplantes: la actividad recupera el ritmo de antes de la pandemia

Los hospitales del Sergas que llevan a cabo trasplantes —con el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) a la cabeza— realizaron 296 cirugías de ese tipo en 2022, dos menos que el año anterior. Más de la mitad de esas intervenciones fueron injertos renales (151), seguidos de hígado (78), pulmón (38), corazón (26) y páncreas, (3). “Galicia está por encima de la media nacional en todos los grupos, menos en trasplante de riñón”, subrayó la directora de ADOS, quien especificó que los pacientes en espera de un órgano en la comunidad gallega son 253, nueve más que al cierre de 2021. El segundo dato más bajo de la última década.

Galicia suma 9.217 transplantes de órganos, desde que el Chuac estrenó esta modalidad de cirugías, en 1981. “Esto significa que más de 9.000 personas tuvieron una segunda oportunidad”, reivindicó Marisa López, quien detalló que la edad media de los donantes gallegos se sitúa en 60,8 años, y que la principal causa de su fallecimiento son los accidentes cerebrovasculares (62%). Por traumatismos craneoencefálicos no debidos a accidentes de tráfico murieron el 8%, mientras que los donantes que perdieron la vida en la carretera apenas suman ya el 3%.

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