Tras toda una vida

Este pueblo de Castellón cierra el bar después de 49 años y ofrece trabajo para reabrirlo

Su hasta ahora propietaria, Victoria Aznar, se jubila y el Ayuntamiento alquila el establecimiento durante un año por un precio de entre 300 y 500 euros al mes

Victoria Aznar baja la persiana tras pasar toda su vida en el bar de Espadilla.

Victoria Aznar baja la persiana tras pasar toda su vida en el bar de Espadilla.

David Donaire

Espadilla, un pequeño pueblo del Alto Mijares de solo 92 habitantes, lleva desde el pasado mes de septiembre en una orfandad hostelera que no sufría desde hace medio siglo. El Bar Saganta, el único establecimiento de este tipo que había en la localidad, ha cerrado desde sus puertas después de 49 años y el Ayuntamiento se ha encomendado a la Agenda Valenciana Antidespoblament (Avant) para intentar encontrar a alguien que quiera hacerse cargo del negocio y reabrir el bar.

La última etapa de este bar no se entiende sin la dedicación y el esfuerzo que han puesto durante tantos años Victoria Aznar y Domingo Silvestre, un matrimonio que se jubila tras haber dedicado toda su vida a sacar adelante este negocio familiar. "Después de medio siglo, termina nuestra etapa", cuenta Victoria a Mediterráneo. Aunque es oriunda de Arañuel y se crió en Fanzara, el amor la condujo hasta Espadilla, donde, después de que sus suegros abrieran el bar en la década de los 70 (lo hicieron porque en ese momento el que había, cerró, como ahora), ella y su marido tomaron las riendas una vez que los padres de él bajasen la persiana.

Foto de archivo del Bar Saganta del año 2006.

Foto de archivo del Bar Saganta del año 2006. / Rocío Gayoso

Clientela fiel

Tras tantos años de cara al público, Victoria aconseja a su sucesor "mucha paciencia" y "tener carácter", ya que, al ser un municipio con tantos pocos habitantes, es sobre todo los fines de semana y en verano cuando más actividad hay. "Los sábados y los domingos había clientes de todo tipo, como motoristas, ciclistas o senderistas. Y, entre semana, entre las obras y gente que pueda haber de paso íbamos tirando. Es un tira y afloja constante", explica.

Y es que, como pasa en otros pueblos pequeños de la provincia, el bar cobra en estos casos una dimensión social tremendamente importante. "El bar es el punto de reunión, el centro neurálgico del pueblo y hasta el punto de información. ¿Dónde va la gente a preguntar algo que no sabe o una ubicación que no conoce? Al bar. ¿Dónde dejan los repartidores los paquetes? Al bar", ejemplifica Victoria.

"No he cerrado ni un día"

Eso sí, la hasta ahora gerente del bar Saganta avisa de que este trabajo es muy sacrificado. "No tienes ningún día de descanso, en todos estos años no he cerrado ni un día. Hay que estar al pie del cañón de lunes a domingo, no hay festivos que valgan", relata. Es gracias a esa entrega, cuenta Victoria, lo que le ha permitido tener "una clientela fiel". "Pese a estar en un pueblo, nunca me ha faltado trabajo, no me puedo quejar", concluye esta vecina de Espadilla (vive al lado del bar).

Victoria, junto a la cafetera.

Victoria, junto a la cafetera.

Alquiler por 250-300 euros

Al no haber habido hasta ahora ningún interesado para coger el bar desde septiembre, el alcalde, Vicente Domingo Silvestre, siguiendo el camino que tomaron otros municipios pequeños como la Torre d'en Doménec, ha buscado el apoyo del plan Reviu, el programa de Avant para repoblar los pueblos, para encontrar a alguien que quiera reflotar el negocio.

El Ayuntamiento alquila el bar por un precio de entre 300 y 500 euros al mes (negociables y luz y agua incluidos) durante un año, con la opción de renovar el contrato. Para atraer a gente de fuera, ofrece alojamiento en una vivienda municipal a cambio de un alquiler de entre 200 y 350 euros mensuales, con una estancia máxima de seis meses y siempre vinculada a la explotación del local.

El local se encuentra en perfectas condiciones.

El establecimiento cuenta con una capacidad para 50 comensales y una terraza de 100 metros cuadrados con vistas a la Serra d'Espadà.

Tal como destaca el anuncio y remarcan tanto el alcalde como la anterior gerente, el bar está "en condiciones impecables", por lo que la persona interesada "podría entrar a trabajar ya mismo", sin necesidad de hacer ninguna reforma.

Otra foto de las instalaciones del Bar Saganta.

Requisitos y cómo inscribirse

Los únicos requisitos son tener solvencia económica para poner el aval tener experiencia en el sector de la hostelería y la restauración, además de estar dado de alta como autónomo y en la Seguridad Social.

El último día para inscribirse a la oferta es el 30 de enero y los interesados pueden apuntarse rellenando este formulario.