Ciencia e innovación

I+D+I de A Coruña para arrinconar el cáncer

Investigadores del Inibic trabajan en el desarrollo de un fármaco que logre frenar las metástasis | El proyecto acaba de ser premiado por el Clúster Tecnolóxico Empresarial de Ciencias da Vida de Galicia

De izquierda a derecha, Andrea Rodríguez, Angélica Figueroa, Lía Jove y Gloria Alfonsín, del grupo Plasticidad Epitelial y Metástasis del Inibic, posan sonrientes con la placa acreditativa del premio BioIdea Empresarial que Bioga Galicia ha concedido al proyecto ‘CanTher’. | // C. PARDELLAS

De izquierda a derecha, Andrea Rodríguez, Angélica Figueroa, Lía Jove y Gloria Alfonsín, del grupo Plasticidad Epitelial y Metástasis del Inibic, posan sonrientes con la placa acreditativa del premio BioIdea Empresarial que Bioga Galicia ha concedido al proyecto ‘CanTher’. | // C. PARDELLAS / María de la Huerta

Nueve de cada diez pacientes con cáncer fallecen por metástasis, es decir, porque las células cancerosas se desprenden del tumor primario, viajan por el cuerpo a través de la sangre o del sistema linfático e invaden otros órganos y tejidos. En los últimos años, se ha avanzado en el conocimiento de los mecanismos implicados en esa diseminación de la enfermedad, pero su control continúa siendo uno de los grandes retos a los que se enfrenta la investigación oncológica. El grupo Plasticidad Epitelial y Metástasis del Instituto de Investigación Biomédica (Inibic) del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), dirigido por la bióloga Angélica Figueroa Conde-Valvís (Madrid, 1974), trabaja en el desarrollo de un fármaco que logre detener ese proceso, tras identificar una prometedora diana terapéutica, la proteína Hakai, con una elevada expresión en las células tumorales cuando evolucionan a metastásicas. El proyecto, bajo la firma CanTher, acaba de recibir el premio BioIdea Empresarial del Clúster Tecnolóxico Empresarial de Ciencias da Vida de Galicia (Bioga).

“Las metástasis son un foco muy importante para los investigadores, al ser responsables del 90% de las muertes por cáncer. Su impacto en los pacientes oncológicos y en la sociedad en general es enorme, y nuestro proyecto nació con la idea de estudiar esos procesos en los tumores de colon”, refiere la doctora Figueroa Conde-Valvís, con más de veinte años de experiencia en la investigación oncológica. “Durante uno de los estudios científicos que llevamos a cabo con esa finalidad, identificamos una diana molecular, la proteína Hakai, implicada en estadíos tempranos de la metástasis. A raíz de este hallazgo, empezamos a entender un poco más cómo funcionaba, por qué...”, explica la directora del grupo Plasticidad Epitelial y Metástasis del Inibic, quien especifica que el término japonés hakai significa “destrucción”, y eso es, precisamente, lo que hace esa proteína. “Las células epiteliales están unidas entre sí, y Hakai actúa rompiendo esos contactos, lo que hace que puedan adquirir capacidad para moverse (motilidad), y entonces pueden invadir órganos y tejidos cercanos, hasta terminar haciendo metástasis en otros dispares, más alejados”, detalla.

Nueve de cada diez pacientes con cáncer fallecen por metástasis, es decir, porque las células cancerosas se desprenden del tumor primario, viajan por el cuerpo a través de la sangre o del sistema linfático e invaden otros órganos y tejidos

Con “todo ese conocimiento” y con las “herramientas” adecuadas, al encontrarse el Inibic “ya asentado”, el equipo de la doctora Figueroa Conde-Valvís empezó a trabajar en el diseño de fármacos dirigidos (moléculas) “que pudiesen específicamente bloquear esa proteína”, con el objetivo de “inhibir la acción de destruir estos contactos” celulares y, en consecuencia, frenar “la motilidad, la invasión y la metástasis”. “Este diseño lo llevamos a cabo de manera virtual. Fue como una estrategia bioinformática de predicción. Con cinco millones de moléculas de una librería, empezamos a ver cuáles encajaban exactamente como queríamos que lo hiciesen para bloquear ese efecto. Después de muchos años de trabajo, conseguimos identificar moléculas que potencialmente lo inhibían y demostrar, en modelos in vitro y en ratones, que realmente lográbamos bloquear la motilidad celular, la invasión y la metástasis a través de la acción específica contra Hakai, redundando en el concepto de medicina de precisión”, destaca la directora del grupo Plasticidad Epitelial y Metástasis del Inibic.

“Inicialmente —continúa la doctora Figueroa Conde-Valvís—, esta idea fue financiada con ayudas de concurrencia competitiva, públicas y de investigación, pero en el momento en que teníamos esas moléculas potencialmente candidatas a fármaco y esa prueba de conceptos, pudimos empezar a pensar ya en transferir e innovar. Después de proteger esos compuestos y la idea, comenzamos a solicitar ayudas a la innovación. Primero nos concedió una la Fundación “la Caixa”, y luego nos la revalidó con más financiación, además de ponernos en contacto con un ecosistema de innovación extraordinariamente bueno, porque pudimos hablar con muchísimos expertos en desarrollo de fármacos con orientación a la industria y estrategia de negocio y de patentes. Recientemente, recibimos otra ayuda, en este caso del Programa Ignicia de la Axencia Galega de Innovación (GAIN), y toda esta financiación nos ha permitido avanzar en la optimización de estos potenciales fármacos. No obstante, tenemos que mejorar muchísimo las características de nuestro compuesto para poder llevarlo a un ensayo clínico y ponérselo a un paciente. Y en ese punto nos encontramos en el momento actual. Vamos a seleccionar dos o tres candidatos que sean los mejores, y de ahí haremos un modelo animal que nos permita demostrar cuál de ellos es preferible llevar a la preclínica regulatoria”, señala.

No descartan que, “por el mecanismo de acción”, sus candidatos a fármaco dirigido a frenar la metástasis “puedan ser reposicionados a otros tipos de cáncer,” como los de “pulmón, páncreas, gástrico u ovario”

Aunque “la mayor parte” del trabajo realizado hasta ahora por el grupo Plasticidad Epitelial y Metástasis del Inibic está “enfocado” en el cáncer de colon, “donde más experiencia” atesoran hasta el momento, su directora explica que también se dedican a la investigación de “otros tipos de tumores sólidos”, y no descartan que, “por el mecanismo de acción”, sus candidatos a fármaco dirigido a frenar la metástasis “puedan ser reposicionados a otros tipos de cáncer”, como los de “pulmón, páncreas, gástrico u ovario”.

La doctora Figueroa Conde-Valvís resalta que todo el equipo del proyecto —integrado, ahora mismo, por “ocho investigadores de laboratorio”, a los que se suman “colaboradores clínicos” vinculados, sobre todo, a “la recogida de muestras”— está “muy satisfecho” con los resultados obtenidos hasta este momento, a los que se une “la validación” de los reconocimientos que les llegan a través de entidades gallegas como Bioga, pero también del exterior. “Hemos participado en un programa de emprendimiento en Boston (EEUU), y allí también premiaron nuestro proyecto como el mejor de los presentados. Consideramos que estamos haciendo las cosas bien, que nuestro trabajo va en la buena dirección y esto nos llena de ilusión”, concluye.

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