Despedidos por sus redes sociales

De desnudos a bailes en TikTok “incompatibles” con bajas laborales

Grabación de un baile para TikTok.   | // LOC

Grabación de un baile para TikTok. | // LOC / Alberto Muñoz / Toño Calleja

Alberto Muñoz / Toño Calleja

En las redes sociales de sus empleados, hay empresas que encuentran “hechos que no se pueden tolerar”. Actitudes, comportamientos y declaraciones que resultan “insultantes, degradantes y humillantes”, y que, en algunos casos, acaban con el despido de los trabajadores. Los hay que bailan en TikTok cuando estaban de baja y se suponía que no podían trabajar, que insultan en vídeo a sus clientes con el uniforme de trabajo puesto o incluso que se desnudan en Instagram y aluden a la marca para la que trabajan.

En los ejemplos a los que ha tenido acceso El Periódico de España —de Prensa Ibérica, al igual que LA OPINIÓN—, la justicia ha terminado dando la razón a las empresas y ha declarado los despidos como procedentes. Se trata de casos en los que la actividad de los trabajadores en redes sociales, que no por ser en sus cuentas personales resultan privadas, ha chocado de alguna forma con su empleo.

“La empresa puede adoptar medidas disciplinarias contra el trabajador si el contenido que publica en sus redes sociales es homófobo, racista..., pero también si critica a la compañía, se ha creado en horario laboral o se puede relacionar con la marca, por ejemplo”, explica Marta del Campo, abogada laboralista de Lener. “Que el perfil esté cerrado al público no tiene por qué ser un impedimento para poder ser sancionado; si la empresa ha llegado hasta ese contenido de forma legítima resultará igualmente válido como prueba para cualquier posible sanción, incluido el despido”.

El carnicero de uno de los supermercados Masymas en Gijón llevaba tres meses trabajando cuando la empresa le comunicó su despido alegando motivos “disciplinarios” por unas “gracietas” que habrían “ofendido” a la marca públicamente. “Desde el 14 de diciembre de 2021 tiene colgado en TikTok un vídeo donde aparece usted vestido con el uniforme de trabajo de la compañía parodiando a clientes y escribiendo ‘vamos a currar de buen rollo’, ‘primera clienta a las 9.07’, y a continuación cantando machaconamente una canción que dice ‘empezamos con los hijos de puta, hijos de puta...”, relata la carta enviada por la empresa al empleado en enero de 2021.

La Justicia, que en un primer momento dio la razón al trabajador, declaró “procedente” el despido a través de una sentencia del 18 de octubre del año pasado contra la que se puede seguir recurriendo.

En Cartagena, un trabajador de Dia fue despedido tras constatar la empresa que llevaba “más de un año publicando una serie de vídeos en la red social en los que se puede ver claramente el logo de nuestras tiendas” relacionado con un “contenido que consideramos inapropiado, ofensivo y difamatorio”. Los responsables de supermercados Dia destacan, “a mayor abundamiento”, que “algunos de estos vídeos fueron grabados dentro de su jornada laboral”. La justicia, en este caso, también dio la razón a la empresa.

Sin embargo, las empresas no encuentran en TikTok únicamente malas praxis de sus trabajadores dentro de su lugar de trabajo. Los supermercados Lupa se dieron cuenta a finales de 2021 de que una de sus trabajadoras en Burgos “estaba realizando movimientos incompatibles con sus dolencias de lumbalgia” durante una baja médica que duró un año. Por esa razón, decidieron despedir a una empleada que llevaba 16 años trabajando para la compañía.

Las empresas, sin embargo, no solo están pendientes del TikTok de sus empleados. Envases Rafa, una compañía andaluza, decidió despedir a uno de sus trabajadores después de que este publicase “en Instagram, con su perfil abierto para todo el público, varias fotografías en las que aparecía desnudo con el comentario: ‘Estas son para el calendario de la empresa Envases Rafa SL”.

La empresa, que considera lo sucedido un “agravio” y un “descrédito” a nivel nacional por ser “totalmente falso” que esos desnudos fuesen a formar parte de un calendario suyo, consiguió que el Tribunal Superior de Justicia en Granada le diera la razón.

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