Una cámara de la discoteca captó a Dani Alves ignorando a la presunta víctima mientras lloraba

Las imágenes pueden ser claves si el futbolista mantiene que fue un encuentro sexual consentido u Hoy se decide si el exjugador del Barcelona sigue en prisión

guillem sánchez / j.g. albalat

Barcelona

Una cámara de seguridad de la discoteca Sutton de Barcelona captó al futbolista Dani Alves abandonando el local después de la supuesta violación, según las fuentes consultadas por El Periódico, diario que pertenece al mismo grupo, Prensa Ibérica, que LA OPINIÓN. La grabación muestra que el exjugador del F. C.Barcelona pasó junto a la víctima y su amiga sin dirigirse a ellas. En las imágenes se aprecia que Alves casi las roza al pasar a su lado pero evita mirar a las dos jóvenes, que en ese instante se encuentran de espaldas, relatando a un empleado de seguridad y a un responsable de Sutton lo que acaba de suceder en el baño del reservado. La víctima, de 23 años, está llorando. Hoy se celebrará en la Audiencia de Barcelona la vista por el recurso presentado por la defensa del futbolista, en el que pide su excarcelación. La fiscalía y la acusación particular se opone.

Las imágenes que grabaron los instantes posteriores a la supuesta violación pueden desempeñar un papel importante en el proceso judicial si, como parece, Alves se defiende de la acusación argumentando que se trató de un encuentro sexual consentido. En el auto de prisión que se dictó contra el jugador, la magistrada Anna Marín subraya que el comportamiento de Alves inmediatamente posterior a los hechos no casa fácilmente con el de alguien que acaba de mantener una relación sexual con consentimiento. El futbolista no volvió a entablar diálogo con la joven e incluso la ignoró.

En las imágenes de las cámaras instaladas en la zona reservada de Sutton se aprecia cómo Alves regresa a la mesa de su espacio VIP después de la supuesta violación. Futbolista y denunciante acaban de pasar sin cámaras entre 15 y 16 minutos en el interior de un baño. En el sofá se encuentra su amigo y una amiga de la denunciante. La segunda amiga que la acompañaba esa noche ha ido a la planta inferior. Alves evita el contacto con el grupo y acude a buscarse una copa sin cruzar palabra con ellos. Medio minuto después de haberlo hecho Alves, las cámaras captan también cómo la denunciante sale del baño. Ella se dirige a su amiga, la agarra por el brazo, le dice algo al oído y ambas se marchan. La amiga se despide con un beso del amigo de Alves, pero la denunciante no. Ni Alves ni la denunciante se hablan ni se despiden. Ni un simple gesto.

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