“Nada repara tanto sufrimiento”

La presidenta de la Felgtbi+, Uge Sangil, denuncia el impacto de la transfobia en la salud mental: “Ha sido mucha la violencia. El colectivo se ha sentido vapuleado”

Violeta Molina Gallardo

Madrid

Ayer fue un día histórico para el colectivo trans: el Congreso de los Diputados aprobó definitivamente su ley. Jornada de “alegría” y de “alivio” por llegar con éxito al final de una tramitación tormentosa. Momento también para parar en el camino y sanar las heridas de las personas trans: “Ha sido mucha la violencia. No hay nada que repare tanto sufrimiento”, subraya la presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (Felgtbi+), Uge Sangil.

Sangil reconoce que temió en más de una ocasión que la norma decayera por las hostilidades y encontronazos políticos. Y lamenta las consecuencias que ello ha tenido en la vida y la salud mental de las personas trans. “Ha sido mucha la violencia. El colectivo ha sufrido mucho, hasta el punto de sentirse vapuleado, violentado; hasta el punto de llegar a preguntarse ‘por qué sigo aquí’. Una parte del colectivo, sobre todo los menores, han vivido con angustia esta violencia que ha habido con la ley, con procesos complejos que han activado emergencias de salud mental”, subraya.

La responsable de la Felgtbi+, persona transgénero, denuncia la transfobia que ha acompañado al debate político, los discursos de odio y el cuestionamiento de las identidades trans: “Han sido dos años en los que la frustración y la decepción han sido dos elementos constantes. Ha habido momentos en los que el discurso de odio ha sido total”, lamenta.

Y eso se ha traducido, detalla, en sufrimiento. “En estos años, los pensamientos autolíticos han estado presentes en los menores”. “A las personas trans no nos merece la pena tanto sufrimiento”, declara.

No esperaba Sangil una reacción tan fuerte contra la ley, “reacción puramente ideológica” que atribuye a la falta de sensibilidad y empatía con los derechos humanos de los otros: “Cuando hablamos de derechos humanos, no caben en absoluto la discrepancia y la falta de respeto. Es como si estuviéramos hablando de una ley contra el racismo y hubiera quien se opone”.

“Creo que quien ha complicado la tramitación de la ley no ha sido la ciudadanía, la ciudadanía está mayoritariamente a favor. Le ha faltado pedagogía a la clase política a la hora de tramitar esta ley sin hacer caso a ideologías contrarias a los derechos humanos”, opina.

Al preguntarle si el PSOE ha fallado al movimiento LGTBI durante la tramitación de la ley (por la oposición de dirigentes como la exvicepresidenta Carmen Calvo y enmiendas que pretendían limitar la autodeterminación del género en menores), Sangil indica que dentro del partido ha habido personas que han intoxicado a otros militantes, diputados y senadores con “mentiras interesadas y provocadoras” que “no tienen sentido ni se sustentan”.

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