Discapacidad

Proyecto 'Rumbo' en Galicia: hacia una vida más independiente

Cinco entidades de la discapacidad se alían para impulsar en la comunidad gallega un nuevo modelo de apoyo a la autonomía y al cuidado de ese colectivo: "Unir fuerzas es fundamental", reivindican

Una usuaria de Adaceco, la asociación de daño cerebral adquirido (DCA) de A Coruña, utiliza un comunicador a través de un teléfono inteligente.  | // L.O.

Una usuaria de Adaceco, la asociación de daño cerebral adquirido (DCA) de A Coruña, utiliza un comunicador a través de un teléfono inteligente. | // L.O. / María de la Huerta

A Coruña

Cinco entidades gallegas de la discapacidad (Cogami, Aspace Galicia, Autismo Galicia, Fegadace y Precio Galicia) han unido sus fuerzas para desarrollar en la comunidad el proyecto Rumbo, con el que pretenden impulsar un modelo de apoyo a la autonomía y al cuidado de los integrantes de ese colectivo que evite la institucionalización, cuando no sea deseada, y favorezca la permanencia en el entorno familiar, social y comunitario. La iniciativa, surgida de la alianza de cinco grandes federaciones a nivel estatal (Cocemfe, Aspace, Autismo, Predif y Fedace), está financiada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, ligado a su vez a los fondos NextGenerationEU de la Unión Europea, y ha sido premiada por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) como "mejor práctica de colaboración asociativa".

Rumbo a una vida más independiente

Begoña Hermida, directora de Fegadace. / LOC

“Lo importante no es erradicar el modelo de instituciones, ni mucho menos, puesto que son recursos muy necesarios, y hacen falta todavía más. Eso está claro. Lo que se pretende, con Rumbo, es implementar un nuevo modelo de apoyo a la autonomía y al cuidado de las personas con discapacidad (y, sobre todo, de las que tengan mayores necesidades de respaldo), permaneciendo en su comunidad, su domicilio, su entorno familiar y social... porque son muchos los que prefieren continuar con esa forma de vida”, explica Begoña Hermida, directora de Fegadace (Federación Galega de Dano Cerebral), quien detalla que el proyecto “arrancó el año pasado”, con un “periodo de ejecución” que se “se extiende hasta el 31 de enero de 2024”.

“Como primer paso, se ha estado llevando a cabo el estudio y detección de las necesidades y expectativas de los diferentes colectivos. Se ha hecho un mapeo, tanto para detectar a los potenciales participantes en Rumbo, como para determinar las acciones de coordinación entre las cuatro entidades que lo ejecutamos en Galicia y establecer alianzas con las administraciones autonómicas y municipales para que también ellas respalden este proyecto y se impliquen en la medida de lo posible”, apunta, y resalta: “El objetivo final es crear un modelo de apoyo a la autonomía personal en la comunidad gallega, y transferirlo después a las administraciones competentes a nivel autonómico”.

Ese trabajo de “detección de necesidades, análisis y coordinación y establecimiento de alianzas” está ya “muy avanzado”, desvela la directora de Fegadace, quien explica que, “de forma paralela”, se han puesto ya en marcha “las líneas de trabajo” que cada una de las entidades va a ejecutar. “El proyecto tiene ocho directrices principales y, en el caso de Fegadace, nos vamos a centrar, sobre todo, en la de prestación de servicios sociosanitarios de proximidad a las personas con daño cerebral”, refiere, y especifica: “La idea es que puedan participar todas las personas con daño cerebral mayores de edad, en fase crónica o de mantenimiento, que presenten secuelas susceptibles de intervenir por parte de terapia ocupacional o logopedia y que carezcan de recursos sociosanitarios asistenciales o asociativos especializados en su entorno (o, en el caso de existir esos recursos, que vean limitado su acceso por motivos económicos, de distancia, accesibilidad...)”, indica Hermida, quien adelanta que la federación que dirige ya ha empezado a ejecutar esas actuaciones, que se “enfocan” en “los servicios sociosanitarios de logopedia y terapia ocupacional especialmente”; en “la realización de actividades formativas que fomenten el empoderamiento y la autonomía personal, tanto de las personas con daño cerebral como de sus familias”; y también en “acciones de información, orientación y apoyo en temas de accesibilidad en la vivienda, recursos disponibles y promoción de la ciudadanía activa”.

“Impulsar la participación comunitaria y ciudadana de las personas con daño cerebral es otro de los objetivos de este proyecto, de modo que sean ellas mismas quienes reivindiquen e incidan a nivel político y social sobre cuáles son sus necesidades y cuál consideran que es el modelo de vida que quieren desarrollar”, agrega la directora de Fegadace, quien avanza que el equipo de esta federación “encargado de ejecutar ese paquete de servicio sociosanitarios a domicilio” está trabajando ya sobre el terreno. Sobre todo, “en áreas rurales”, o “con carácter semiurbano” pero sin “recursos sociosanitarios específicos para personas con daño cerebral”. “Se ha empezado a actuar, por ejemplo, en concellos como Aranga, San Sadurniño, Muros, Noia, Xinzo de Limia, Vilar de Barrio…”, enumera.

“Estamos en la fase de ir recibiendo solicitudes para entrar en el programa —prosigue—. Inicialmente, se valoran todas y, si cumplen los criterios establecidos para acceder a Rumbo, se realiza un primer estudio por parte de nuestro equipo. A continuación, se diseña un plan de intervención adecuado y consensuado con la persona beneficiaria y su familia, en el que se establecen los objetivos de recuperación, así como acciones formativas, que se irán llevando a cabo de forma individualizada, o que se programarán en ese entorno comunitario, con el Concello, los servicios sociales o las farmacias”, incide Hermida, quien reivindica el papel de estos establecimientos sanitarios como “agentes clave” en el desarrollo del proyecto, dado que “conocen perfectamente las patologías de los ciudadanos en entornos pequeños y tienen acceso a historiales médicos y sociales, muchas veces mejor, incluso, que los propios centros de salud”.

Las farmacias son un punto primordial en todo lo que es la salud pública y el seguimiento de situaciones sociales. Por eso, durante el mapeo para distribuir la información sobre Rumbo, nos hemos centrado en estos establecimientos, además de en la red de Atención Primaria de salud y en los servicios sociales comunitarios que dependen de los concellos de turno. Establecemos contactos con todos ellos y, a partir de ahí, llevamos a cabo sesiones formativas —por ejemplo, con las técnicas del Servizo de Axuda no Fogar (SAF)— sobre atención a personas con daño cerebral en los domicilios. Esas formaciones sirven, también, para que puedan identificar a personas que tienen daño cerebral pero que no están siendo atendidas por profesionales de un perfil específico, como serían los terapeutas ocupacionales o los logopedas”, señala directora de Fegadace, quien reivindica, sobremanera, el carácter “colaborativo” del proyecto.

“Unir fuerzas es fundamental y, en este sentido, hay que destacar que Rumbo es un proyecto muy cooperativo entre cinco entidades a nivel estatal, pero somos 22 las que lo ejecutamos en toda España. Todo el aprendizaje que salga de esta iniciativa piloto resultará muy positivo a la hora de proponer un modelo de autonomía personal para el colectivo de la discapacidad. Ir de la mano nos permitirá promover cuestiones comunes a todas las personas con discapacidad, pues hay muchísimas necesidades compartidas y son muchos, también, los recursos que se pueden aprovechar para ser más eficientes”, apunta Hermida, antes de destacar lo “ilusionante” del proyecto. “La intensidad del trabajo es muy elevada, porque coordinar todas estas entidades tiene un trabajo de fondo muy importante. Conseguir que confluyan todas las especificidades, llegar a esos puntos en común, es una tarea ardua. Pero, ¡para eso estamos!”, concluye.

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