Antony Beevor | Historiador

“Un acuerdo de paz ahora dejaría a Ucrania en un lugar más débil”

“El apoyo a la guerra ha caído en Rusia porque empiezan a ver cómo les afectará”

LETICIA BLANCO

El historiador y exmilitar Antony Beevor, experto en la Segunda Guerra Mundial y autor de un reciente ensayo sobre la Revolución Rusa, analiza las claves de la Guerra de Ucrania a escasos días de su primer aniversario, el próximo 24 de febrero.

La semana que viene se cumple el primer aniversario de la guerra, ¿cuál es su balance?

Lo más inquietante es que la diplomacia se ha revelado como algo inútil en esta Segunda Guerra Fría que estamos viviendo. En la primera, Occidente pudo trabajar de manera bastante efectiva con los líderes comunistas, tanto en Rusia como en China, porque se ciñeron a lo que dijeron. Ahora no. Y eso es un cambio geopolítico muy peligroso. Los regímenes autoritarios dicen cualquier cosa y luego cambian de opinión o directamente mienten.

¿Qué pasará sobre el terreno?

Habrá una ofensiva rusa masiva. Su éxito dependerá de la rapidez con la que Ucrania reciba el nuevo armamento para defenderse. La munición volverá a ser crucial. Hay quien apunta que los planes rusos probablemente sean demasiado optimistas teniendo en cuenta la escasez de municiones. Me temo una horrible masacre de tropas rusas, chicos enviados a la batalla sin el entrenamiento ni las armas adecuadas.

Ese es uno de los temas de su último libro, Rusia. Revolución y Guerra Civil. 1917-1921: la crueldad con la que autoridades rusas tratan a su pueblo y sus soldados, la misma con la que tratan a su enemigo.

A principios de los 90 había cerca de 5.000 suicidios al año entre los reclutas debido a la forma en que habían sido tratados. Es la teoría de la opresión: tratan tan mal a los soldados que luego ellos se desquitan con civiles inocentes. Lo vimos en 1945 en Polonia, Hungría y sobre todo en Alemania, con las violaciones masivas de mujeres. Es algo que estamos viendo de nuevo en Ucrania.

¿Cuál es su pronóstico para los próximos meses?

Creo que Crimea va a ser absolutamente central. Me equivoqué con Zelenski: pensé que estaba siendo inteligente, que su amenaza de tomar Crimea era algo que iba a utilizar en una posible negociación porque sabe lo esencial que es como símbolo para Rusia desde Catalina la Grande. Incluso para los rusos que odian la guerra, Crimea es parte central de la historia de Rusia. Pero Zelenski está tan enfadado por las torturas, la destrucción y los asesinatos que no se detendrá hasta que todos los soldados rusos sean expulsados de todo el territorio ucraniano. No solo del Donbás, también de Crimea. Nada le va a detener.

¿La guerra se alargará mucho?

El aniversario y las próximas semanas van a ser dramáticas. No creo que Putin acabe usando armas nucleares porque eso le crearía problemas con India y China y sería un desastre humanitario, también para Rusia. Creo que incluso un improbable acuerdo de paz ahora dejaría a Ucrania en un lugar más débil. Porque ¿quién va a querer invertir en un país sobre el que seguirá existiendo la amenaza constante de otro ataque ruso? Putin intentará seguir apoderándose de Ucrania. Todo dependerá de la velocidad con la que Ucrania reciba lo que necesita.

España y otros países europeos han anunciado el envío de tanques Leopard, ¿qué le parece?

En Europa hemos confiado durante mucho tiempo nuestra defensa a los estadounidenses. Alemania es el ejemplo más obvio: tiene menos tanques Leopard que Grecia, es ridículo. Se necesitarían unos 300 y hay pocas posibilidades de obtener cien antes de verano. Hay una terrible ironía aquí, porque muchos de los análisis de la guerra que se han hecho hasta ahora apuntaban a que la era del tanque había llegado a su fin, sobre todo después del desastroso avance ruso hacia Kiev. Y ahora son los ucranianos los que están buscando tanques desesperadamente. Si reciben ese empuje de blindados que tanto necesitan creo que provocará el pánico en las filas rusas, donde la moral ya es muy frágil.

¿Cuánto tiempo hace que no viaja a Rusia?

Sería muy imprudente por mi parte volver allí. Me expongo a cinco años de prisión por lo que revelé sobre las violaciones masivas del ejército ruso, algo que salió de sus propios archivos. La última vez que pisé suelo ruso fue hace quince años, gracias a la BBC, que consiguió pasarme de contrabando.

De tanto en tanto llegan noticias de que los rusos están leyendo libros como 1984, de George Orwell o Metro 2033, ¿qué significa?

Evidentemente, hay una minoría culta e inteligente que ha reaccionado a los hechos. Y las madres de los reclutas se están vinculando de una manera que no habíamos visto antes. Hablamos de un círculo muy pequeño. La población corre el riesgo de ir a la cárcel si critica la invasión. Las encuestas apuntan a que el apoyo a la guerra ha caído muy rápidamente porque empiezan a ver cómo les afectará. El próximo año, Rusia se enfrentará a problemas económicos muy importantes, por eso Putin está tratando de acelerar las cosas y de lanzar un ataque masivo. También está la televisión estatal y su implacable programa de propaganda. Supongo que llega un momento en el que el ruso de a pie está harto y necesita un poco de escapismo.

¿Las sanciones económicas funcionan?

Las sanciones nunca funcionan, por mucho que se espere que suceda lo contrario. Pero sí que han conseguido hacer infeliz a más de un oligarca. Algunos lograron escapar con sus yates, otros los han perdido. Creo que deberían tomarse medidas más enérgicas contra las propiedades en Londres y el lavado de dinero, que es un escándalo. Personalmente, a mí también me han afectado.

¿Cómo?

Días después de la invasión, mis editores rusos me propusieron publicar mi libro allí. Yo les dije que sí, me parecía interesante que los rusos pudieran leer sobre su propia revolución desde otro punto de vista. Incluso renunciando al dinero que me iban a pagar ha sido imposible.

La capacidad de sacrificio de los ucranianos es impresionante, pero ¿qué precio está dispuesta a pagar Europa por esta guerra?

De momento, la esperanza de Putin de dividir Europa ha fracasado. Ahora bien, sabemos que Europa está agotada, entre otras cosas, por la falta de combustible. El próximo invierno será clave. Dependerá del estado de la guerra para entonces.

¿Cómo ve a China?

Su postura es muy similar a la de Putin: quiere recrear el imperio pasado y borrar la humillación histórica, aunque en su caso no sea tan reciente como la rusa. China está practicando dos diplomacias, la del lobo y la de la deuda. Pero empiezan a surgir múltiples presiones internas: hay muchos jóvenes frustrados que no encuentran esposa tan fácilmente como antes, están las tensiones entre Pekín y Shanghái y la errática política de arrestos y confinamientos. La marcha atrás en las medidas contra el COVID es una muestra más de la inseguridad del gobierno.

¿Y respecto a Ucrania?

Es probable que les aterrorice la idea de que Rusia utilice un arma nuclear, porque eso significaría que Biden envía misiles de crucero con cabezas nucleares a Taiwán, lo cual cambiaría mucho el juego. Desde China se observan los acontecimientos en Ucrania con mucho cuidado. No parece haber mucha evidencia de que le hayan proporcionado mucha munición a Putin. Están extremadamente nerviosos por si Putin provoca una gran recesión.