La sección segunda de la Audiencia Provincial de Lugo condenó ayer, de acuerdo con el veredicto de culpabilidad del tribunal del jurado, a prisión permanente revisable a Ana Sandamil por el asesinato de su hija, Desirée Leal, de siete años, durante la madrugada del 3 de mayo de 2019, en la vivienda que ambas compartían en Muimenta (Cospeito, Lugo). El jurado descartó que tuviese afectadas sus facultades mentales y concluyó que mató a la menor “de manera querida y premeditada”. Sandamil fue en febrero del pasado año la primera gallega condenada a prisión permanente revisable. En noviembre pasado, el TSXG ordenó repetir el juicio al considerar que el jurado popular no motivó de forma suficiente el grado de imputabilidad de la acusada. En el segundo juicio, el jurado consideró probado que, con la finalidad de acabar con la vida de su hija, cuando estaba en la cama con ella, le suministró un fármaco con efectos sedantes y “la asfixió con sus propias manos, para lo cual pudo haber empleado, además de sus manos, alguno de los objetos que había en la habitación”.
La víctima, según el fallo, careció de cualquier posibilidad “de reaccionar o de defenderse” del ataque de su madre. El jurado, pese a considerar que la acusada tenía “un trastorno de personalidad que le afectaba a su capacidad de relacionarse y expresarse”, concluyó que, en el momento de los hechos, ese trastorno “no le impedía tener la plena capacidad para comprender y entender la ilicitud del acto enjuiciado”. Además, el tribunal ciudadano entendió acreditado que antes de los hechos Sandamil indagó en internet “sobre los medios con los cuales podía acabar con la vida de su hija”, así como que cuando cometió el crimen era “conocedora de la intención del padre de modificar e incrementar legalmente el régimen de visitas, con el fin de que pudiesen pasar más tiempo juntos”. El padre de Desirée manifestó ayer que la sentencia es “un paso más”, pero “no calma el dolor” que lleva dentro.