La música reduce la ingesta de calmantes en pacientes de UCI

Diversos estudios confirman que la actividad musical adaptada a cada paciente mejora el estado y bienestar de los ingresados críticos

nieves salinas

La música es poderosa. Un reciente estudio del madrileño Hospital de la Princesa sobre los cambios en la actividad cerebral que induce el heavy metal en pacientes sedados en la UCI, vuelve a poner el foco sobre sus beneficios. También en las personas que están más graves. Lo atestigua el doctor José Carlos Igeño, Jefe de Servicio de UCI y Urgencias en el Hospital San Juan de Dios de Córdoba. Aparte de los efectos psicológicos (disminuye la ansiedad y la tendencia a la depresión) tiene beneficios en la frecuencia cardiaca, en la presión arterial, el sistema inmune y otras constantes vitales, por ejemplo, en pacientes que han sufrido un infarto. Cada vez, apunta, está más documentado y así lo ven, día a día, en su unidad.

Igeño, coordinador del Grupo de Trabajo de Planificación, Organización y Gestión de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), comienza detallando que la música es una de las medidas que se vienen implantando, todavía poco extendidas en los hospitales, precisa, para humanizar las UCI. Después, marca la diferencia entre poner música a los pacientes ingresados y la musicoterapia que ofrece, en directo, un músico profesional y especializado en la atención a pacientes tan delicados.

“La música tiene muchos beneficios. Desde la antigüedad, ya Pitágoras descubrió que era capaz de calmar a la gente y curar dolencias de cuerpo y alma, pasando por Santiago Ramón y Cajal, que descubrió que era una actividad que aumentaba las conexiones en las células cerebrales, hasta llegar a documentos más actuales que confirman que mejora el bienestar psicológico y clínico. Ahora tenemos más evidencia científica y sabemos que esos beneficios aumentan cuando se hace, sobre todo, a través de un musicoterapeuta cualificado”, explica el intensivista.

Si se habla de musicoterapeutas, el médico cita a Javier Alcántara, “el mayor experto de pacientes críticos de España” que trabaja en el Hospital de Badajoz y en el de Torrejón, en Madrid. De hecho, junto al Proyecto HUCI, del que él forma parte, ha creado una guía de musicoterapia en las UCI.

En las UCI, explica el doctor Igeño, la música, sea en directo o la que pone el personal de la unidad, va enfocada a las necesidades de cada persona: si está o no sedado, intubado, conectado a un respirador... Las sesiones son de en torno a 20 minutos. Antes, se entrevista a la familia o, si la persona puede hablar, o comunicarse a través de algún dispositivo, se le pregunta por sus gustos. Lo que comprueban los médicos es una serie de “efectos positivos constatados” en la frecuencia cardiaca, en la presión arterial, el sistema inmune y otras constantes vitales en pacientes que han sufrido un infarto.

Pero, además, un efecto muy importante que se ha visto en los estudios, “es que los pacientes conectados tienen menor necesidad de analgésicos y el tiempo de destete del respirador se acelera, porque mejoran sus parámetros fisiológicos, algunos relacionados con capacidad pulmonar, y esto también puede disminuir la duración de la ventilación mecánica y, por tanto, de la estancia en la UCI”. Existen diferentes estudios, añade el médico, que han constatado esas mejorías entre grupos de pacientes con musicoterapia y los que no escuchaban ningún tema. “Hay una publicación reciente que señala que una intervención musical ha llegado a reducir los costes económicos asociados al ingreso en la UCI”, indica Igeño.

Suscríbete para seguir leyendo