Sanidad

La tuberculosis continúa a la baja en Galicia pese a la pandemia de COVID

La incidencia disminuyó casi un 40% entre 2015 y 2021 | Mayores de 74 años, los pacientes más afectados

La tuberculosis continúa a la baja en Galicia, y también en A Coruña, pese a la pandemia de COVID, que sí ha repercutido en el control de esa enfermedad en otras comunidades autónomas, y en otros países. “La incidencia de la tuberculosis sigue disminuyendo, en torno a un 7,8% anual en Galicia, y un 7% en el área sanitaria coruñesa. En nuestro caso, la emergencia sanitaria no tuvo un impacto negativo porque nuestra UTB (Unidad de Prevención y Control de la Tuberculosis) mantuvo la consulta presencial”, explica la doctora Paz Valiño, neumóloga del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), quien reivindica el papel del programa gallego de control de la enfermedad, que logró rebajar su prevalencia casi un 40%, si se comparan los datos de 2015 y 2021, tal y como informó ayer Alberto Fuentes, secretario xeral técnico de la Consellería de Sanidade, durante la XXVIII Reunión Gallega de Tuberculosis e Infecciones Respiratorias, celebrada en el Día mundial de esa dolencia.

Durante ese encuentro, se hicieron públicos los datos de un análisis llevado a cabo por la Dirección Xeral de Saúde Pública, que desvela que la cifra total de casos vinculados a la tuberculosis descendió un 82% en Galicia desde 1996, pasando de 1.963, a 353. Dicho de otro modo, la incidencia de la infección se redujo del 71,8 a 13,1 casos por 100.000 habitantes en la comunidad gallega. Ese estudio revela, también, la observación de un “nuevo perfil de paciente”, al presentarse casos “en edades más avanzadas y con otras patologías asociadas”, sobre todo, “aquellas que afectas al sistema inmunitario”. Asimismo, refleja que, en 2021, “seis de cada diez casos se presentaron en hombres” y, atendiendo a los grupos de edad, la incidencia más elevada se registró “en mayores de 74 años”. 

Síntomas y tratamiento

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa, provocada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, descubierta en 1882 por el médico microbiólogo alemán Robert Koch. Afecta principalmente a los pulmones, y los síntomas son similares a los de un catarro, siendo “el más frecuente la tos, productiva o no”, a la que “a veces” se suman “hemoptisis” (expulsión de sangre por la boca procedente del aparato respiratorio) y otros “generales y más inespecíficos, como cansancio, pérdida de apetito y fiebre”, refiere la doctora Valiño, quien asegura que “incluso pueden darse hallazgos” de la enfermedad “en pacientes asintomáticos”, al realizarles “un análisis por cualquier otro motivo”. “En general, frente a todo paciente con tos que dure más de 15 días y que no tenga otra causa, o que manifieste un síndrome general, habría que pensar en que puede tener tuberculosis, y llevar a cabo las pruebas correspondientes para descartarlo: una radiografía de tórax y después, si la sospecha es alta, se confirmaría haciendo un cultivo del esputo”, detalla la neumóloga del Chuac, quien resalta que los afectados deben permanecer a tratamiento (oral, consistente en “una combinación de fármacos”) unos “seis meses”. “La práctica totalidad de los pacientes con tuberculosis se curan, siempre y cuando sigan el tratamiento a rajatabla. Llevándolos en una UTB, se consiguen unas tasas de cumplimiento y de curación muy elevadas. En la de nuestra área sanitaria, contamos también con el apoyo de un trabajador social porque, en determinados casos, se hace un tratamiento observado en los centros de salud”, señala.