El papa Francisco, operado con éxito de una hernia abdominal

El Pontífice, de 86 años, necesitó una cirugía laparotómica para realizar “una reconstrucción de la pared abdominal con prótesis”

Irene Savio

El Papa fue sometido con éxito ayer a una cirugía en Roma, con anestesia general y no anunciada previamente, para evitar una obstrucción intestinal. Francisco ingresó a mediodía en el Hospital Gemelli después de que el Vaticano confirmara la operación. Con este son ya tres sus ingresos hospitalarios en el último año. La agenda papal ha sido cancelada “por precaución” hasta el 18 de junio, según informó el portavoz de la institución, Matteo Bruni. La intervención acabó “sin complicaciones” y “tuvo una duración de tres horas”, precisó El Vaticano. Según las autoridades vaticanas, el Papa necesitó una cirugía laparotómica para realizar “una reconstrucción de la pared abdominal con prótesis”, algo que se debió a una hernia abdominal que venía empeorando. Esto, añadió la Santa Sede, le estaba “causando síndromes suboclusivos recurrentes, dolorosos”, por lo que la operación se pactó “en días anteriores con el equipo médico que asiste al Santo Padre”.

Tras la cirugía, el médico que operó al Papa, Sergio Alfieri, explicó a los medios que Francisco reaccionó positivamente a la anestesia general y a la operación. “Está bien, despierto, consciente y ya habla con sus colaboradores. Incluso se río de mí”, afirmó Alfieri. El cirujano detalló que la cirugía “no dejará rastro alguno” y que Francisco “no tiene otras enfermedades”, por lo que se espera que se recupere sin percances.

Aun así, al tratarse de un hombre de 86 años que ya ha sufrido otras cuatro cirugías, se adoptarán “todas las precauciones necesarias”. El tiempo de hospitalización en estos casos ronda al menos los “cinco, siete días”, concluyó tras negar que se hubiese tratado de una intervención “urgente”. La cirugía, pese a la gran alerta que ha provocado, no conllevará cambios de calado para la actual estructura jerárquica vaticana, precisó Pietro Parolin, el secretario de Estado vaticano. “No habrá absolutamente ningún traspaso de poderes. El Santo Padre permanecerá en el hospital el tiempo necesario para la intervención y luego retomará su actividad, incluso desde la cama, al servicio de la Iglesia. Si hay asuntos urgentes, se los llevaremos allí”, señaló el número dos de Francisco.

El ingreso del Papa fue inesperado porque por la mañana Francisco había celebrado su tradicional audiencia e incluso se reunió con el proprefecto para la Evangelización, el cardenal Luis Antonio G. Tagle, y con el secretario del Centro de Diálogo Interreligioso e Intercultural Rey Abdullah Bin Abdulaziz, Zuhair Alharthi. Más aún, Francisco incluso finiquitó algunas renuncias y nombramientos de obispos en Guatemala, Tanzania y Brasil, según la Santa Sede. La salud del Papa ha supuesto cierta preocupación en los últimos meses, después de que a finales de marzo fue ingresado de urgencia por una bronquitis infecciosa, lo que lo llevó a pasar tres días en el hospital Gemelli de Roma. Y el pasado 26 de mayo, cansado y con fiebre, volvió a suspender su agenda por un día. Con ello, la noticia de la nueva operación de Francisco, que también padece de dolores de rodilla, suscitó una ola de mensajes de ánimo por parte de políticos y líderes en el mundo. El presidente italiano, Sergio Mattarella, fue uno de los primeros. “Deseo enviarle mis mejores deseos para un resultado exitoso en la operación a la que será sometido”, escribió el jefe de Estado en su mensaje.”«En este momento, puede contar con las oraciones de los fieles católicos y con los pensamientos solidarios de innumerables personas, creyentes y no creyentes”, añadió Mattarella. La hospitalización del Papa también provocó que numerosos curiosos se desplazaran hasta el hospital Gemelli de Roma.