El Gobierno y las universidades preparan cambios en el grado y el máster para ser profesor

Helena López/ E.o.

Barcelona/A Coruña

El divorcio entre lo que se enseña en las facultades de Educación (la conocida como “formación inicial” de los docentes) y lo que se les exige después a los profesores en las escuelas es uno los puntos débiles del sistema identificados por todos (mucho antes de PISA) en los que ya se está trabajando, aunque no se resolverá a corto plazo. Los actuales planes de educación del grado universitario de Magisterio se pusieron en marcha en 2008 y la necesidad de su revisión es un clamor.

“La formación inicial del profesorado es otro aspecto claramente mejorable en nuestro sistema, tanto en la educación Infantil y Primaria como en la Secundaria”, expresó una de las voces más autorizadas de España en ciencias exactas, el presidente de la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas (Fespm) y profesor de Secundaria en Galicia, Julio Rodríguez Taboada, a propósito de un análisis de los resultados de PISA.

En marzo, el Ministerio de Universidades hizo una propuesta no consensuada que no sentó bien a los decanos de todas las facultades del Estado, quienes forzaron su retirada para trabajar un documento acordado, y en eso andan. Se está trabajando en un nuevo plan para todas las especialidades (Infantil, Primaria y Secundaria) que, si todo va bien, estará lista el próximo otoño. Es decir, en un año. Universidades ha comprometido que marcará unas líneas y a partir de ese marco cada facultad tendrá que diseñar sus propios planes de estudios.

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