Los dependientes graves atendidos por cuidadores superan a los de residencias

Galicia es la comunidad con un mayor peso de grandes dependientes reconocidos

Una voluntaria acompaña a una dependiente |   // CARLOS PARDELLAS

Una voluntaria acompaña a una dependiente | // CARLOS PARDELLAS

C. villar

Casi 112.000 gallegos se consideran en situación de dependencia porque precisan de la ayuda de un tercero para realizar actividades de la vida diaria, ya sea por razones de discapacidad, debido a la vejez o como resultado de alguna enfermedad, según el Instituto Galego de Estadística (IGE) y su módulo sobre dependencia dentro de la Enquisa Estrutural a Fogares. En función de en cuántos momentos de los que haceres cotidianos —levantarse, lavarse, ir al baño, hacer la compra, tomar medicamentos...— precisen de esa asistencia y de su intensidad, el IGE los clasifica en dependientes moderados, severos y grandes. En este tercer estadio, el que implica una menor autonomía, se encuentran, según ese análisis, unos 34.000 gallegos. De ellos, 25.867 son beneficiarios de la ley de la Dependencia y, aunque en 4.000 casos tienen una plaza en una residencia, son más los que se quedan en casa y reciben prestaciones económicas para cuidadores familiares y no profesionales.

Los gallegos que tienen una resolución de grado III representan un 33,7% de todos los que tienen derecho a prestación y ese porcentaje de grandes dependientes es el más elevado de todas las comunidades. Mientras, entre los beneficiarios de la normativa de todo el Estado, el peso del colectivo no llega al 27% y en el caso de Cataluña, donde se registra la menor incidencia, no llegan a representar ni a uno de cada cinco.

Aunque la edad, como apunta el IGE, es uno de los factores que puede determinar la situación de dependencia, en comunidades también muy envejecidas, como puede ser el caso de la vecina Asturias —donde el colectivo de mayores de 65 años supera al gallego al rozar el 27,8%—, apenas uno de cada cuatro beneficiarios de las prestaciones ha sido calificado como gran dependiente. Además, en el caso de Galicia, uno de cada cinco grandes dependientes no ha cumplido todavía los 65. La encuesta del IGE revela que dos de cada tres personas dependientes achacan esa situación a la enfermedad.

La gran mayoría de los dependientes más graves que tienen asignado ya un programa individual de atención (PIA) son mujeres: con 17.341 casos, duplican a sus homólogos varones, que suponen un tercio de los beneficiarios.

Las cifras, extraídas del último informe sobre el Sistema para la Autonomía y la Atención a la Dependencia del Imserso, fechado a 31 de julio, muestran cómo esos grandes dependientes gallegos tienen reconocidas, entre otras, un total de 5.270 prestaciones económicas para cuidados en el entorno familiar frente a 4.098 de atención residencial.

Cada persona puede recibir más de una ayuda. De hecho, para esos casi 26.000 grandes dependientes, el Ministerio de Derechos Sociales informa de 31.895 prestaciones (a una media de 1,23) y la gran mayoría, más de 8.800, están vinculadas a ayuda a domicilio. La de la ayuda a domicilio es la prestación más socorrida en Galicia en general, al margen del grado, ya que supone un 26% de todos los apoyos asignados, que ascienden en la comunidad a un total de 97.644 para los 75.568 gallegos que ya disponen de una resolución de programa individual de atención, donde se especifican las modalidades de intervención más adecuadas a la persona en función de los recursos previstos en la resolución para su grado de dependencia.

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