Una «red de ejercicio» contra el cáncer en A Coruña
«Humanizar la atención a las personas con cáncer» y lograr que «tanto ellas, como sus familiares, se beneficien de los efectos preventivos, terapéuticos y promotores de bienestar y calidad de vida» a través de «la práctica segura y eficaz de ejercicio físico» es la finalidad de la recién creada Cátedra AECC-UDC Ejercicio Contra el Cáncer

Los investigadores María Rúa, Iván Nine, Jessica Rial y Manuel Giráldez, ayer, en la Facultad de Ciencias del Deporte y la Educación Física de la UDC, en Bastiagueiro.
«El ejercicio físico y los hábitos de vida saludable son esenciales para la prevención del cáncer y para potenciar el bienestar de los pacientes oncológicos», es el principio que inspira la recién creada Cátedra AECC-UDC Ejercicio Contra el Cáncer. Una iniciativa que dará forma a una «red de ejercicio» contra esa enfermedad, cuya base es «la humanización de la atención a pacientes y sus familiares», resalta el doctor Manuel Giráldez, profesor de la Facultad de Ciencias del Deporte y la Educación Física de la Universidade da Coruña (UDC) y coordinador del proyecto, que acaba de recibir de la Fundación Científica de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) una ayuda de 150.000 euros en tres años.
«La razón de que surja esta Cátedra AECC-UDC Ejercicio Contra el Cáncer es porque la AECC, con muy buen criterio, para superar determinadas carencias que podían tener los pacientes y sus familiares en la atención (carencias que, fundamentalmente, ellos centran en la inequidad, es decir, en la desigualdad en el acceso a las oportunidades, bien por las razones económicas, sociales, geográficas, etc.), quiso poner en marcha una iniciativa en donde se generase una colaboración estrecha entre el ámbito universitario y el sanitario. Es decir, que el conocimiento potencial y las capacidades que tiene la Universidad se pusiesen a trabajar al lado de los sanitarios. Y, para esto, se les ocurrió la idea de ofertar una convocatoria de Cátedras», explica el doctor Giráldez, quien detalla que, en total, «se ofertaron diez Cátedras AECC, a nivel nacional», a las que optaron en torno a «70 candidaturas». «Y tuvimos la suerte de que nos concediesen una», resalta el profesor de la UDC, antes de explicar que las Cátedras AECC «tienen la particularidad de que pretenden hacer varias cosas a la vez».
«Aparte de generar esa relación entre la Universidad y el sistema sanitario», prosigue el doctor Giráldez, «se busca, también, facilitar cierta atención a los pacientes», y «ayudar a humanizar esa atención que reciben». «Como nosotros de lo que sabemos es de ejercicio físico, desarrollamos un proyecto que está relacionado con el ejercicio físico. Así, se generó un grupo de trabajo, integrado por profesorado e investigadores de nuestro grupo (Performance & Health Group) de la UDC, y de Terapia Ocupacional de la Facultad de Ciencias; profesionales sanitarios de los servicios de Oncología y Rehabilitación del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac); y profesionales sociosanitarios de la propia Junta Provincial de la AECC. A partir de ahí, tenemos cuatro grandes líneas de trabajo o de intervención», señala el profesor de la UDC.
«Una tiene que ver con divulgar entre los pacientes la información sobre los beneficios del ejercicio físico, y realizar pequeños talleres, para enseñarles cómo deben hacerlo. Para aumentar las opciones de que estas personas hagan ejercicio, se va a generar una red de colaboración con diferentes entidades en el territorio que ya estén realizándolo con pacientes con cáncer y sus familiares, o que quieran empezar a hacerlo. Digamos que nuestra misión va a ser servir de canal de comunicación, pero para ayudar a acreditar, también, a los profesionales que están allí. Es decir, darles la formación necesaria para que el ejercicio físico que prescriban sea de más calidad, por tanto, más seguro y eficaz a la hora de lograr los beneficios potenciales que puede proporcionar», pormenoriza el doctor Giráldez, antes de indicar que «el germen» de esa idea es «el Plan Galicia Saludable», aprobado «ya hace años» por el Parlamento gallego.
«Uno de sus objetivos era que los ciudadanos tengan, con la mayor facilidad, la posibilidad de acceder a una práctica segura de ejercicio físico. En el caso del cáncer, si nosotros generamos esa red (y esto va a estar todo centralizado a través de un portal web), el paciente podrá entrar y, si quiere realizar ejercicio, puede ver dónde hacerlo. Porque, si es de Camariñas, Ferrol o Narón, a lo mejor le cuesta llegar a esta información. De esta manera, lo va a tener todo centralizado. Además, intentaremos garantizar que el servicio que reciban sea de calidad», subraya el profesor de la UDC, quien apunta que «la idea es que las personas o las entidades se vayan adhiriendo de manera voluntaria» a esa red. «Nosotros establecemos una serie de criterios de calidad, no con ánimo de limitar, sino de ayudar a cumplir esos estándares», refiere.
«Una vez que ya, digamos, los pacientes son conscientes de los beneficios del ejercicio físico, y se les empodera también para que puedan ser relativamente autónomos en su práctica o se les dice a dónde pueden acudir para hacerlo, otra ‘pata’ importante son los profesionales», continúa el doctor Giráldez, quien recuerda que, entre estos, «hay dos grandes grupos: los sanitarios, y los del ejercicio». «Vamos a intentar formar a los primeros, a través de la Axencia Galega de Coñecemento en Saúde (ACIS) para que, mediante cursos, conozcan cuáles son los beneficios de la práctica de ejercicio físico frente al cáncer y, sobre todo, para que sepan cómo podrían ayudar a sus pacientes a que comiencen a hacerlo: qué cosas tendrían que decirles, qué estrategias tendrían que utilizar...», expone.
En cuanto a los profesionales del ejercicio, recuerda el profesor de la UDC que «muchos tienen una formación general sobre entrenamiento, pero no tienen tanto conocimiento sobre el cáncer». «Y las enfermedades, y sus tratamientos, generan una serie de situaciones que hacen que el ejercicio tenga que estar ‘más finamente dirigido’. Que la ‘dosis’, digamos, se ajuste mejor», detalla el doctor Giráldez, quien hace hincapié en que, «con el ejercicio, la clave de la seguridad, y del éxito, está en la ‘dosis’ también», reitera, antes de asegurar, en base a su experiencia, que «la mayoría de los profesionales sanitarios tienen muy claro» que la práctica de ejercicio físico es beneficiosa para los pacientes con cáncer. «Lo que sucede es que, una cosa es que algo sea bueno, y otra es que existan realmente las oportunidades para que las personas puedan acceder a eso. Y la Cátedra AECC-UDC Ejercicio Contra el Cáncer lo que pretende, sobre todo, es esto segundo: incrementar las opciones. De hecho, una tercera ‘pata’ del proyecto es la supervisión de programas de ejercicio», avanza.
«Habrá personas en nuestra facultad haciendo ejercicio, supervisado directamente, de forma presencial, pero tendremos también a un número importante de pacientes que, una vez que son ‘dados de alta’, estarán controlados, telemáticamente, en sus casas. Con los fondos que se nos han concedido, vamos a adquirir una serie de dispositivos para monitorizar a los pacientes, lo cual nos permitirá saber qué están haciendo, y poder ayudarles a organizar mejor su ejercicio», expone, antes de explicar «la cuarta ‘pata’» del proyecto, «la generación de conocimiento».
«Queremos generar conocimiento, pero en un contexto ‘ecológico’, tratando de interferir lo menos posible en la vida cotidiana de las personas. Y va a estar orientado a tres grandes ámbitos. Uno es ver cómo influye la práctica de ejercicio físico en el bienestar y la calidad de vida de los pacientes con cáncer. De esto se va a encargar un grupo de Terapia Ocupacional de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UDC. Otro tiene que ver con la condición física funcional, es decir, cuál es el estado físico que tienen estas personas para poder realizar las tareas de su vida cotidiana, con la idea de que nosotros no las entrenamos para que corran maratones de cuatro horas; las entrenamos para que corran ‘maratones de toda una vida’. Es decir, para que hagan sus cosas y puedan vivir de manera autónoma y disfrutando plenamente de aquello que les guste. Y, el tercero, tiene que ver ya con cuestiones cardiovasculares, algo en lo que nuestro grupo tiene mucha experiencia, y es líder a nivel nacional e internacional», reivindica, y especifica:
«Todo lo que tiene que ver con el control autonómico cardiovascular, muy deteriorado en las personas con cáncer. Queremos ver qué efecto tiene el ejercicio con ese deterioro: si ayuda a corregirlo, que suponemos que sí, pero sobre esto hay menos conocimiento científico, por eso vamos a centrarnos en ese ámbito en concreto».
El doctor Giráldez llama la atención, asimismo, sobre el hecho de que «seis de la diez Cátedras AECC están relacionadas con el ejercicio, lo cual da buena cuenta del interés, y de la oportunidad que supone esta iniciativa», apunta, antes de resaltar «que uno de los objetivos de la AECC, y de su Fundación Científica, era que esto no se quedase solo en investigación», sino que «los pacientes tuviesen un beneficio directo desde el principio». «Por eso, digamos, hay esta intervención que tiene que ver tan directamente con los pacientes, respetando primero sus intereses y su bienestar. Y luego, de manera secundaria en orden, pero no en importancia, lo que tiene que ver con la generación del conocimiento. Pero lo primero es ayudar a los pacientes a que vivan mejor», reitera.

Carlos Lamora, en la sede de la AECC en A Coruña. / Víctor Echave
«La generosidad de los ciudadanos que colaboran con la AECC se materializa en estas actuaciones»
«Se han concedido diez Cátedras AECC en toda España por concurrencia competitiva, lo cual demuestra que el nivel de la propuesta de colaboración con la Universidade da Coruña (UDC), presentada por el doctor Manuel Giráldez, es muy solvente», reivindica Carlos Lamora, vicepresidente de la Junta Provincial de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en A Coruña, quien resalta que «de lo que se trata es de incorporar el ejercicio físico» en el abordaje del cáncer.
«Estamos acostumbrados a que la investigación se limite a buscar compuestos químicos, nuevos tratamientos, métodos de detección... Sin embargo, también es todo aquello que supone otro paso más: estudiar qué otras iniciativas o actuaciones pueden ayudar a todos los enfermos de cáncer, para mejorar su situación clínica y anímica. Y hemos llegado a la conclusión de que la parte del ejercicio físico es muy importante», subraya Lamora, antes de hacer hincapié en que, «una vez más», la AECC quiere «trasladar a la ciudadanía que su generosidad se materializa en todas estas actuaciones», y que «hay mucha gente detrás de los enfermos de cáncer y de sus familiares, preocupándose por ellos», al igual que «por los grandes supervivientes» de esa dolencia. «Esta Cátedra AECC-UDC Ejercicio Contra el Cáncer también está destinada a ellos», resalta.
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