Dana catastrófica en Valencia

Esta gota fría es ya el segundo mayor desastre natural de la historia de España tras la riada del Vallés pero supera a la de Biescas y la del Túria

Emergencias confirma que hay ya 92 víctimas mortales. En Biescas fallecieron 87 personas mientras que en la ciudad de València fueron 81 los muertos

Esta Dana es la más adversa del siglo en la Comunidad Valenciana, con impactos más catastróficos que las de 1982 y 1987

Así está el nuevo cauce del Túria

J. M. López

Minerva Mínguez

“No hay dos situaciones meteorológicas iguales y cada una tiene sus características. Provoca graves efectos en las zonas próximas, pero diferentes”. Lo cierto es que el primer análisis de la Aemet es que la gota fría del martes es la más adversa del siglo en la Comunidad Valencianacon un impacto y registros superiores a la Dana de septiembre de 2019, la que arrasó la Vega Baja y la Vall d’Albaida. El episodio que sembró el caos y la devastación hace apenas 24 horas “estaría a la altura de los dos grandes temporales de los años ochenta, el de octubre de 1982 y el de noviembre de 1987”. Está entre los tres más intensos del último siglo, con una cifra de víctimas mortales cada vez más desgarradora. A última hora de la noche eran ya 92 en el postrero balance oficial.

A falta de la localización de muchos desaparecidos este sería ya el segundo desastre natural de la historia de España, tras la riada del Vallés (1962) donde murieron casi 1.000 personas y superando a las de Biescas (Huesca, 1996), con 87 muertos y la del Túria (València, 1957), con 81 víctimas mortales. Entonces el río aún transcurría por su lecho original y solo después se abordaría el Plan Sur, por el que se trasladaría el cauce a una nueva ubicación a las afueras de la ciudad.

 

En octubre de 2000 se registraron lluvias torrenciales, pero fue un fenómeno prolongado. De varios días y menos catastrófica que la de 1982, 1987 y 2024. ¿Lo sucedido tiene relación con el cambio climático? “Los patrones de precipitación se están alterando en nuestro territorio. Varios estudios apuntan hacia lluvias más torrenciales y de corta duración”, explica Aemet. “No es posible que la temperatura del aire y del mar esté aumentando y todo lo demás siga igual”, remarca, para concluir: “Estamos en un planeta más cálido y con más disponibilidad energética”. "Con más energía en la atmósfera la meteorología va a ser más violenta", como recordaba Jorge Tamayo, delegado de la Aemet en la Comunidad Valenciana, en una entrevista a Levante-EMV.

Estado de la V-31, también conocida como Pista de Silla, autovía de acceso de la ciudad de Valencia por el sur.

Caos y destrucción en la V-30 en la mañana del miércoles. / José Manuel López

Extremización de los fenómenos extremos

La extremización de los fenómenos extremos es la nueva realidad en la que las Administraciones deben trabajar. Una reflexión que no para de lanzar, con insistencia, Shamira Khodayar, directora del grupo de meteorología y climatología del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo. El catedrático Jorge Olcina es de los que lleva tiempo ya advirtiendo sobre los efectos catastróficos de las bautizadas como lluvias explosivas. Capaces de descargar enormes trombas, con hasta 100l/m² en poco tiempo que apenas dejan margen en los puntos más vulnerables del territorio. Especialmente en aquellos donde se ha construido en zonas inundables.

Imagen de los puntos más confictivos del martes.

Imagen de los puntos más confictivos del martes. / Aemet

Fuerte temporal marítimo también

En la zona de desembocadura el fuerte temporal marítimo, además, impide el desagüe normal de las ramblas, barrancos y cauces que llegan muy crecidos, desbordados en la mayoría de los casos. La mar gruesa, con olas de hasta 6,5 metros junto con los ríos crecidos, es sinónimo de inundación en los puntos del litoral y en este caso de las pedanías del sur del área metropolitana de Valencia. Una combinación fatal de elementos que sembró el desconcierto. Cuando la alerta de Emergencias sonó por la noche, tras horas de caos y destrucción, mucha gente se encontraba atrapada en tres puntos fatídicos: la A3, la V-31 y la V-30. Sin hablar de los arrastrados por la avalancha de agua y lodo en numerosas poblaciones, especialmente en l’Horta Sud.

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