El rendimiento de los graduados gallegos, a la cola de España pese a mejorar su nota

Los egresados finalizan el grado con un 7,46, la mejor calificación de la década | Tras el primer año plantan la carrera uno de cada seis nuevos inscritos, un 16% más en un curso

Alumnado de la facultad de Informática, en A Coruña. |   // CARLOS PARDELLAS

Alumnado de la facultad de Informática, en A Coruña. | // CARLOS PARDELLAS

C. Villar

Los universitarios gallegos se esfuerzan más por aprobar y los que lograron culminar la carrera en 2023 pueden presumir de que salen de su periplo por la facultad con mejores expedientes que compañeros de promociones anteriores. Con todo, siguen sin ser capaces de escapar del furgón de cola en el que los datos del Gobierno los sitúan al analizar su rendimiento en general.

A pesar de que las estadísticas muestran que quienes lograron sacarse el título el pasado año lo hicieron con la calificación media más elevada de la década —una puntuación de 7,46, la sexta mejor del Estado—, cuando se trata de examinar el porcentaje de créditos (materias) que en general supera el estudiantado en relación al total de los créditos matriculados se mantienen rezagados, en el cuarto puesto por el final, con un 76,84%. La cifra mejora en un punto porcentual el dato del curso previo, pero estaría casi 2,2 puntos por debajo de la media estatal y a más de diez de Navarra, que lidera el ranking en la tasa de rendimiento.

La calificación media con la que titulan los egresados del curso 2022-23 es muy similar a la que traía consigo del instituto (7,44) el alumnado que llegó a las aulas de los campus cuatro años antes, en 2019. En teoría cuatro años es lo que duran la inmensa mayoría de las titulaciones de grado ofertadas en Galicia, siempre y cuando el estudiante sea capaz de llevarlas a curso por año. No ocurre siempre así y, de hecho, ese es otro de los parámetros en los que la estadística revela una ligera mejoría en este alumnado de educación superior en Galicia. Los egresados gallegos que finalizaron en 2023 tardaron una media de 4,84 años en sacar adelante una carrera de cuatro años, el dato más bajo desde 2020, el año de irrupción de la pandemia, cuando se había disparado hasta los 4,97. Pero esa estadística se refiere a quienes persisten en los mismos estudios hasta que logran terminarlos y no todo el alumnado de nuevo ingreso lo hace. Un porcentaje elevado tira ya la toalla después de un curso. Universidades muestra que, al año siguiente de comenzar la carrera, uno de cada seis alumnos de nuevo ingreso desaparece del listado de alumnos de esa titulación, bien por que decida intentarlo de nuevo, pero en otra, bien por entender que la facultad no es lo suyo.

El porcentaje de abandono tras solo un curso fue a más en Galicia: el 16,74% de los matriculados (en este caso la analizada es la promoción 2020-21) que planta los estudios tras el primer año supone un 16% más que los que habían tomado esa determinación un curso antes (el 14,42%). Quienes deciden abandonar directamente la universidad fueron un 8,89% del alumnado que arrancó, un 22,4% más en un año, mientras que quienes se dan una nueva oportunidad, pero en otra carrera, crecieron casi un 10 por ciento, hasta el 7,85% de la matrícula de nuevo ingreso.

Sin embargo, tanto el porcentaje de materias que el alumnado es capaz de sacar adelante como el de jóvenes que toma la decisión de plantar difieren mucho en función de la carrera analizada. Universidades ofrece el dato desglosado por ámbitos e incluso Medicina, a la que cuesta mucho acceder por la elevada nota de corte con la que suele culminar el proceso de matrícula, registra bajas ya tras el primer año: un 6,1% de inscritos. Con todo, esa carrera es de las que más retiene al alumnado en sus aulas, solo superada por grados de Deporte y maestros de Primaria, donde abandona únicamente un 4,2%.

Mejor desempeño y menos abandono entre las chicas

Cuando la Xunta entrega los premios extraordinarios de fin de carrera, la mayoría suelen recogerlos chicas. Ese fenómeno se reproduce no solo en la nota media del expediente académico, una vez que culminan sus estudios (ellas les sacan cuatro décimas a sus compañeros de pupitre, con un 7,62 frente a un 7,21), sino también mientras se prolonga la formación. Así, las universitarias aprueban casi un 82% de las materias en las que se matriculan, mientras los chicos apenas aprueban el 70% de los créditos que formalizaron al inscribirse. Es cierto, con todo, que las chicas son minoría en carreras de Ingeniería y tanto la Xunta como el Gobierno reconocen una mayor dificultad en estos estudios al bajar el listón en esta rama para otorgar los premios de fin de carrera o para poder mantener una beca. Ese factor podría incidir en un dato igualmente dispar en cuanto abandono: planta un 20,9% de chicos y un 13,6% de chicas.

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