«Los antirretrovirales lo cambiaron todo»

«Ahora que la infección está bastante controlada, debemos centrarnos en mejorar la vida de los infectados»

Belén Teiga

El Centro Nacional de Epidemiología daba a conocer hace unos días que los nuevos casos de VIH detectados se reducen año a año. En Galicia, cayeron un 45% en tan solo dos décadas. Con todo, siguen existiendo desafíos para la salud pública en torno a la infección, uno de ellos la identificación tardía. En este contexto, El Correo Gallego, del mismo grupo que LA OPINIÓN, habla con Rogelio Lama, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y técnico del Servicio de Control de Enfermedades Transmisibles de la Dirección Xeral de Saúde Pública de la Consellería de Sanidade.

Los datos reflejan un descenso de los nuevos casos de VIH en Galicia, si bien todavía no se ha conseguido bajar del centenar al año. ¿Existe una barrera que lo impida?

Ocurre en todas las enfermedades infecciosas: cuando llegamos a una incidencia baja es difícil seguir descendiendo. Estamos seguros de que lo seguirá haciendo, pero a un ritmo mucho más lento que hasta ahora. En este caso, además, la transmisión está muy ligada a conductas y actitudes personales, porque, hoy en día, la mayoría de infecciones están relacionadas con prácticas sexuales de riesgo.

El diagnóstico tardío es, según el estudio, uno de los principales retos a los que se enfrenta la sanidad. Casi la mitad de las infecciones de VIH se diagnostican cuando ya han avanzado de manera significativa...

Es difícil conseguir diagnosticar a personas de una infección que en la mayoría de los casos no tiene síntomas. Con todo, estamos llevando a cabo estrategias de salud pública para tratar de diagnosticar estos casos. Por ejemplo, ante determinados perfiles que acuden a urgencias por otra causa, les proponemos hacer la prueba de VIH en el momento. Así ya hemos diagnosticado más de una docena de casos.

Los datos apuntan que entre los mayores de 50 años el diagnóstico tardío supera el 60% y que, en muchos casos, la infección se produce a través de una relación heterosexual. ¿Sigue existiendo un estigma en torno al virus?

Las personas heterosexuales, sobre todo a partir de cierta edad, se creen que están al margen del mundo de esta infección, lo cual no es cierto. Como no se dan por aludidas, el diagnóstico es más complejo y, además, no es un grupo poblacional definido en el que tengamos más capacidad de desarrollar políticas de diagnóstico precoz.

¿Hay alguna estimación de cuántas personas portadoras del virus están sin diagnosticar en Galicia?

Estimamos que están sin diagnóstico alrededor del 7% de las personas infectadas. Con todo, cuestiones tales como el programa de urgencias nos están permitiendo mejorar este dato. Por ejemplo, a una persona de cierta edad con un herpes zóster es probable que le recomendemos hacerse la prueba, ya que es una cuestión indicativa .

El informe del CNE alerta de que en España casi la mitad de los nuevos casos corresponde a nacidos fuera del país. ¿Es necesario diversificar los protocolos para que lleguen a todos los colectivos y que los casos se sigan reduciendo?

En Galicia suponen en torno a un 20% o 25% de los casos. Aquí hay mayores facilidades para diagnóstico y tratamiento que en otros lugares, también son mayores los derechos de las personas Lgbti. La tendencia, de todos modos, es a la baja. Nosotros tenemos como objetivo para el año 2030 terminar con los nuevos casos de sida y que se reduzca a límites muy bajos las nuevas infecciones de VIH.

¿Qué pasos se dan para conseguir frenar nuevos contagios?

Hay un cambio importante. A día de hoy se le da tratamiento a toda persona que se diagnostica y esto antes no ocurría hasta que había determinada pérdida inmunológica. La persona con tratamiento habitualmente no transmite la infección a otra persona, aunque mantenga una práctica de riesgo, porque tiene una carga viral muy baja. Esto es una herramienta importantísima para romper la epidemia.

En lo que respecta a los casos de sida, el estado avanzado de la infección causada por el VIH, que provoca la destrucción progresiva del sistema inmunitario, el informe del Centro Nacional de Epidemiología muestra una reducción de la incidencia. ¿Cuánto se ha avanzado en este ámbito?

La situación mejoró espectacularmente, sobre todo, a partir del año 1996. Ahora mismo, el nivel de casos de sida es bajísimo, en Galicia hablamos de cuatro o cinco casos al año. La llegada de los antirretrovirales lo cambió todo.

Los tratamientos no han dejado de avanzar en las últimas décadas, ¿hacia dónde se dirige la investigación?

Ahora que la infección está bastante controlada, aunque no existe un tratamiento que permita la cura, debemos centrarnos en mejorar la vida de las personas infectadas y que tengan una vida prácticamente igual al resto. Un avance importante van a ser los antirretrovirales inyectables de larga duración —ahora es una pastilla diaria—, lo que hará que el VIH pase a un plano muy secundario en la vida diaria de estas personas.

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