Los cigarrillos electrónicos fomentan el consumo del tabaco tradicional

Así lo afirma un informe de un doctor del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo

R. S.

La mayoría de las personas que utilizan el cigarrillo electrónico para dejar de fumar terminan consumiendo ambos productos, según una de las principales conclusiones del informe sobre vapeo, pipas de agua y salud que ha elaborado el experto del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y del Grupo de Abordaje del Tabaquismo de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, el doctor Rodrigo Córdoba García, junto al Instituto #SaludsinBulos.

Según el informe, el consumo dual, lejos de reducirlo, aumenta el riego de enfermedades respiratorias, especialmente en adultos jóvenes. En este colectivo el vapeo triplica el riesgo de transición al tabaco. Algunos estudios aseguran, incluso, que los menores que usan e-cigs tienen 6,3 veces más probabilidades de ser fumadores y 5,7 de convertirse en adictos al cigarrillo electrónico.

«El vapeo conduce a una dependencia permanente de la nicotina y, en algunos casos, los e-cigs son más adictivos que los propios cigarrillos», asegura el doctor Córdoba. Además, el riesgo de padecer patologías cardiovasculares, metabólicas, respiratorias y de la cavidad oral se incrementa un 30 por ciento al consumir cigarrillos electrónicos, cuando se consumen conjuntamente con tabaco.

En cuanto a las pipas de agua, el informe señala que uno de cada cinco jóvenes españoles consume cachimbas o shishas con alta frecuencia y, mientras el 20% de la población joven lo hace a diario, un 35 por ciento enciende al menos una pipa de agua semanalmente. Las pipas de agua representan un riesgo para la salud, pues su humo contiene altos niveles de monóxido de carbono y contribuye a la generación de hidrocarburos aromáticos policíclicos carcinógenos.

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