Entrevista | Laura Muinelo Responsable de la Unidad de Análisis de Biopsia Líquida de Ocomet

«La biopsia líquida permite guiar terapias más eficaces»

El Simposio Biopsia Líquida, que se celebrará del 23 al 35 de enero en Santiago, cumple diez años, un decenio en el que este conjunto de técnicas que permiten detectar y analizar material tumoral en cualquier fluido biológico han pasado de ser una promesa esperanzadora en el campo de la oncología a una realidad. Hoy permiten conocer mejor el comportamiento de los tumores y seleccionar de forma más eficiente y personalizada los tratamientos.

La bióloga gallega
Laura Muinelo Romay.|  LOC

La bióloga gallega Laura Muinelo Romay.| LOC

Ágatha de santos

A Coruña

La biopsia líquida, término con el que se conoce a una serie de técnicas no invasivas que permiten detectar y analizar material tumoral en cualquier fluido biológico, está abriendo un amplio abanico de usos clínicos en el área de la oncología. La bióloga Laura Muinelo Romay es, desde 2012, la responsable de la Unidad de Biopsia Líquida del Grupo de Oncología Médica Traslacional (Oncomet), una unidad especializada en el estudio de biomarcadores circulantes como herramienta para caracterizar tumores y llevar a cabo una oncología más personalizada en diferentes tipos de cáncer. Esta bióloga destaca que los investigadores gallegos, y en especial los de Oncomet que lidera el doctor Rafael López, están jugando un relevante papel en el desarrollo tecnológico y clínico de estas técnicas.

¿Para qué se están empleando las técnicas de biopsia líquida?

Actualmente, se están empleando para guiar la selección de terapia en pacientes con tumores avanzados, donde el material tumoral circulante es mayor. Afortunadamente, cada vez hay más fármacos aprobados que van dirigidos a eliminar células tumorales con mutaciones u otras alteraciones moleculares específicas. Si el tumor no porta estas alteraciones, estos fármacos no son efectivos. La biopsia líquida está ayudando a los oncólogos a saber qué alteraciones tienen los tumores y monitorizar sus cambios a lo largo del tratamiento, que es donde hay más dificultades para obtener muestras de tejido para analizar.

¿Para qué tipo de tumores se está aplicando?

En la actualidad se está aplicando en todo tipo de tumores, pero con mayor frecuencia en cáncer de pulmón, colon y mama, por su mayor incidencia, aunque también porque son tumores en los que se conocen muy bien las alteraciones moleculares responsables de la respuesta a los tratamientos dirigidos. En el contexto de detección temprana existen técnicas que han mostrado utilidad para detectar distintos tipos de tumores de forma temprana, pero es un contexto clínico en el que necesitamos más investigación y estudios de validación muy ambiciosos.

¿Cuál es el acceso de los pacientes a estas técnicas?

El acceso ha mejorado en los últimos años y en los hospitales de Galicia, por ejemplo, se están aplicando estudios de biopsia líquida en pacientes con tumores avanzados donde este análisis puede ayudar al oncólogo a seleccionar el tratamiento. Sin embargo, tenemos que seguir avanzando para que aumente la aplicación clínica de estos análisis.

Un técnico de laboratorio, con un dispositivo de biopsia líquida.

Un técnico de laboratorio, con un dispositivo de biopsia líquida.

¿Hacia dónde avanza la investigación en este campo?

Las líneas de investigación más relevantes en el ámbito clínico se centran en la detección de enfermedad residual tras la extirpación del tumor, que no es detectable mediante otras técnicas, y que definiría a pacientes que se benefician de un tratamiento con quimioterapia, por ejemplo, tras la cirugía. También se trabaja en la combinación de distintos marcadores circulantes para mejorar la sensibilidad y especificidad diagnóstica de estas técnicas en estadios tempranos o como herramientas de cribado poblacional. Para esta integración será importante la aplicación de estrategias de inteligencia artificial que permitan generar algoritmos predictivos en base a resultados obtenidos analizando marcadores circulantes y datos clínicos. Finalmente, el análisis de firmas epigenéticas, que regulan muchos procesos tumorales más allá de las alteraciones genéticas, será también una línea de investigación clave en los próximos años para el desarrollo de las técnicas de biopsia líquida.

¿Qué balance hace de estos diez años de investigación en biopsia líquida?

La evolución a nivel internacional y nacional en los últimos diez años ha sido muy importante. Cuando empezamos a trabajar con estas técnicas en Oncomet, en 2009, su uso estaba prácticamente restringido al ámbito de la investigación. Progresivamente se ha mejorado la sensibilidad de las técnicas de detección y se ha hecho un esfuerzo importante para validar la robustez de estas técnicas frente a los estudios convencionales realizados en tejido sólido. Los laboratorios trabajan ahora con protocolos estandarizados, materiales de referencia y programas de control de calidad específicos. Nuestro laboratorio, por ejemplo, está acreditado con la normativa ISO desde 2022 para la aplicación de estas pruebas para la práctica clínica. Es decir, que se ha conseguido implantar estos análisis en los hospitales y representan una herramienta valiosa para que los oncólogos seleccionen el tratamiento de forma más personalizada. En el ámbito de la investigación traslacional, el estudio de biopsia líquida nos ha permitido conocer mejor los mecanismos de diseminación tumoral, que son responsables de la generación de las metástasis. También nos han servido para comprender mejor por qué algunos tumores son resistentes al tratamiento y, más recientemente, nos están permitiendo generar modelos celulares in vitro con los que podemos testar la actividad de nuevos fármacos antitumorales. El balance global es muy favorable porque se ha conseguido superar retos tecnológicos importantes y se ha logrado trasladar estás técnicas desde un contexto de investigación básico a un contexto de aplicación real en los hospitales, pero aún quedan retos.

¿Que papel está desempeñando Galicia en este campo?

Los investigadores gallegos, y en especial los grupo Oncomet, liderados por Rafael López, hemos sido un elemento importante a nivel nacional e internacional en el desarrollo tecnológico y clínico de estas técnicas. Desde que se creó Oncomet, el estudio de biomarcadores tumorales circulantes ha sido una línea de trabajo prioritaria. Nos centramos inicialmente en el estudio de células tumorales circulantes cuando muy pocos grupos lo hacían y desarrollamos estudios que aportaron conocimiento sobre las características de estas células y los mecanismos que tienen para diseminar y generar las metástasis. Con el paso del tiempo incluimos nuevos marcadores, sobre todo el estudio de ADN libre circulante y vesículas extracelulares. Hemos llevado a cabo estudios de desarrollo tecnológico y validación clínica y esto ha hecho posible que tengamos a día de hoy técnicas acreditadas que se están usando en la práctica clínica. Globalmente podemos decir que Galicia, a través del trabajo de Oncomet y otros grupos de investigación gallegos, está en la vanguardia con colaboraciones y proyectos internacionales de alto impacto. Además, como herramienta para promover la investigación en el campo, desde hace diez años organizamos el Simposio de Biopsia Líquida en Galicia, que reúne todos los años a los referentes internacionales en el campo de los biomarcadores circulantes y que ha sido un elemento clave en la evolución de este campo en nuestro país.

¿Qué ventajas presenta frente a otras pruebas diagnósticas?

Las técnicas de biopsia líquida son mínimamente invasivas y permiten monitorizar la evolución del tumor sin necesidad de rebiopsiar repetidamente el tumor, que en ocasiones no es accesible. Esto permite tener una información más dinámica y personalizada para seleccionar el tratamiento. Otra de las fortalezas de esta estrategia diagnóstica es que en los biofluidos podemos encontrar material que libera el tumor primario, pero también las metástasis, y por ello podemos tener una información más completa sobre las características del tumor.

¿Cuáles son los últimos hallazgos científicos?

El concepto «biopsia líquida» es muy amplio, por lo que hemos vivido muchos avances en poco tiempo. Destacaría, por un lado, los trabajos en los que se ha demostrado el valor de estudiar el ADN tumoral circulante en pacientes con tumores en fases tempranas para detectar la presencia de enfermedad residual después de la cirugía. También resaltaría el valor del estudio de marcadores epigenéticos y los resultados prometedores en biofluidos alternativos como la saliva o la leche materna, por ejemplo, para la detección temprana del cáncer.

Ha hablado también de retos, ¿cuáles son los principales?

Creo que hay tres retos principales que debemos afrontar en la actualidad para un uso más eficaz y generalizado de las técnicas de biopsia líquida. En primer lugar, la mejora de la sensibilidad de técnicas como la NGS [secuenciación de nueva generación] para poder abordar mejor la enfermedad no metastásica. En segundo lugar, la armonización y acreditación de las técnicas centradas en biopsia líquida que se desarrollan en los distintos laboratorios. Y, finalmente, el avance en la especialización de los comités moleculares para poder transformar los resultados que obtenemos en el laboratorio en alternativas de tratamiento para los pacientes.

¿Qué papel juegan los avances tecnológicos a la hora de optimizar esta herramienta?

El desarrollo tecnológico ha sido esencial para que hoy podamos estudiar biomarcadores que se encuentran en muy baja concentración en circulación. Por ejemplo, la presencia de células tumorales en sangre se describió hace dos siglos, pero hasta hace dos décadas no existía una tecnología eficiente para su estudio. Es importante seguir invirtiendo en desarrollo tecnológico, que permita alcanzar mayores sensibilidades con costes y tiempos de respuesta menores. Esto ayudará, sin duda, a potenciar el empleo de estas técnicas en beneficio de los pacientes.

¿El futuro de los métodos diagnósticos mira hacia procedimientos menos invasivos?

Sin duda alguna. Aplicar estrategias menos invasivas beneficia al paciente, porque va a tener un diagnóstico con un procedimiento menos molesto; y al oncólogo, porque puede monitorizar el tumor con mayor facilidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la biopsia sólida seguirá siendo esencial, sobre todo en tumores que liberen poco material tumoral a la circulación.

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