Los sanitarios, a examen: «Te lo juegas todo a una»

Un total de 1.850 personas se presentan hoy en Galicia a las pruebas de acceso a la Formación Sanitaria Especializada, entre ellas el conocido MIR. Es para muchos una jornada que marcará el resto de su futuro laboral. En el caso de la comunidad, el Sergas convoca 657 puestos, la mayoría para médicos

Belén Teiga

«Es imposible no estar nervioso porque es un día en el que se decide algo que va a marcar toda tu vida». Como Álvaro Juiz, cientos de gallegos con algún título universitario del ámbito sanitario se examinarán hoy con un objetivo: conseguir plaza en la especialidad en la que desean ejercer en su futuro profesional. También «con nervios» está Ana Álvarez , que aspira a formarse como enfermera de salud mental en A Coruña: «Te lo juegas todo a una, hay mucha presión encima».

Tras meses, años en ocasiones, de estudio, «en los que no piensas en otra cosa», cuatro facultades de Santiago y una de Vigo son los escenarios en los que un total de 1.850 personas se examinan de las pruebas de acceso a la Formación Sanitaria Especializada (FSE) en Galicia. El Ministerio de Sanidad convoca este año 11.943 plazas en toda España, para las que hay inscritos 32.212 aspirantes. En el caso del Servizo Galego de Saúde (Sergas) son 657 los puestos ofertados, en su mayoría —500— para médicos, si bien también hay plazas en enfermería, psicología, química, biología, farmacia y física.

Cuatro horas y media de tiempo, ni un minuto más ni uno menos. Prohibido de salir durante los primeros sesenta minutos y los últimos treinta. Documento de identidad encima de la mesa. Bolígrafo azul o negro. Esas son las instrucciones que Sanidad dio a los aspirantes que acuden hoy a los exámenes. A las 15.00 horas empieza el llamamiento de los candidatos , mientras que las pruebas dan inicio una hora más tarde.

Hoy es un día definitivo, si bien la fecha del examen es tan solo la punta del iceberg tras la que hay una larga preparación. «En el proceso hay veces que crees que puedes con todo y que te parece que esto es muy fácil; otras piensas que es muy complicado. Es como ir subiendo una montaña, hasta que el día del examen llegas al pico», relata Juiz que, tras estudiar la carrera de Medicina en la Universidade de Santiago de Compostela (USC), querría hacer la especialidad de Endocrinología en Barcelona. «Si no lo consigo, pensaré en otras opciones, pero no quiero repetir un año más de estudio así», puntualiza acerca de su futuro, consciente de la complicación de optar a ciertas plazas de Médico Interno Residente (MIR).

Sobre las dificultades del proceso también habla Hadriana, una viguesa graduada en Psicología por la USC: «Lo que más me costó durante este tiempo fue decir no a un montón de planes sin saber 100% que voy a conseguir una plaza». En su caso, esta es la segunda vez que se presenta, si bien el año pasado acudió «para ver como era». «A estudiar en serio empecé en junio, una vez había terminado el máster. Me resultó más complicado de lo esperado, también porque era verano», apuntilla. En su caso, eso sí, está la ausencia de presión a la hora de escoger especialidad, ya que la residencia es únicamente para Psicología Clínica.

Álvarez, una lucense graduada en Enfermería por la USC, apunta que «después de estos meses una ya está cansada. Hay que procesar mucha información sobre un temario que, además, es abierto. Es imposible saberlo todo y eso también es agotador». Además, hace hincapié en un factor que ha sido especialmente desmotivador para ella, el exigente nivel del examen: «El año pasado solo quince de las seis mil personas que se presentaron aprobaron. Aunque consigas la plaza, eso es muy frustrante».

El día previo: no tocar un apunte

De cara al día de hoy, y después de una semana «con altibajos», el objetivo de Hadriana es estar «lo más tranquila posible», la única manera en la que ve posible afrontar una prueba de estas características en la que la propia duración de los exámenes requiere de una gran concentración y esfuerzo. «La recomendación que me hicieron en la academia de preparación fue que me levantase pronto el día anterior para que me entrase el sueño y poder descansar bien», apunta.

Juiz se desplazó hasta Oviedo para preparar el MIR, en su caso «cogía los domingos libres y me iba a conocer Asturias con amigos para despejarme». «Mi objetivo es no tocar ni un apunte el día previo, cogerme de nuevo el día libre», señala el joven, que explica que, aunque no era su caso, muchos de sus compañeros que estaban en la misma situación que él «optaban por el deporte como vía de escape para poder estar un rato sin pensar en medicina».

«Deseando que pase», Álvarez decidió dejar «24 horas de descanso mental» antes del examen. «Este último día diría que es más bien de preparación psicológica, de ir con fuerzas y preparada para lo que pueda pasar», resalta.

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