La científica María Blasco denuncia una campaña de insultos, difamación y «amenazas de muerte»

La directora científica del Centro de Investigaciones Oncológicas responde a las acusaciones de mala gestión

La científica María Blasco. |  J. P. Gandul / Efe

La científica María Blasco. | J. P. Gandul / Efe

La directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, denuncia una campaña de insultos, difamaciones «y hasta amenazas de muerte» que se ha orquestado contra el centro y contra ella. Asegura que «igual que en la Alemania nazi se deshumanizó a los judíos, y en Estados Unidos se deshumanizó a los japoneses con calificativos infrahumanos para degradarles, generar el odio de masas y justificar genocidios —en campos de concentración o con bombas atómicas, respectivamente—, también hoy en día se puede generar odio contra cualquier persona con una imagen pública específica, también contra una científica».

Blasco lanza estas duras acusaciones en una carta abierta que ha dirigido a todos los miembros del Patronato del CNIO, que mañana se reunirá con carácter extraordinario para estudiar los informes de la directora científica, María Blasco, y el director gerente, Juan Arroyo, para decidir sobre su continuidad tras las acusaciones de mala gestión. También se analizarán los informes requeridos a los jefes de grupo que pidieron por carta al Gobierno el pasado mes de diciembre el relevo de la directora.

La crisis gestada durante años en el buque insignia de la investigación oncológica en España ha estallado ahora y ha salido a relucir el descontento de la plantilla por los bajos salarios, el déficit estructural y la falta de equipos técnicos. Hubo incluso una carta firmada por la mitad de los jefes de grupo en la que pedían públicamente la dimisión de Blasco por su falta de liderazgo y transparencia y la pérdida de competitividad del CNIO. Ella se defiende y señala al gerente, Juan Arroyo.

En la misiva, María Blasco —en el cargo desde 2011— denuncia que esa «campaña de bulos y desinformación» ha viajado «a la velocidad de la luz» por los canales de comunicación y por las redes sociales. También resume las actuaciones que ha emprendido durante el último mes para contrarrestar esa «campaña», y cita la reunión que tuvo con todos los trabajadores del CNIO para analizar la situación y responder preguntas; una reunión con el Defensor del Pueblo para pedirle una auditoría externa de su labor y la del director gerente; o su comparecencia en medios de comunicación y ruedas de prensa.

María Blasco mantiene en la carta que «todos y cada uno de los supuestos» que se han denunciado durante las últimas semanas son competencia del director gerente, de acuerdo con los propios estatutos del CNIO y la actual «bicefalia» que existe en la gestión del mismo, y ha incidido en que «no todo es relativo».

«Que todo sea relativo es lo que quieren quienes desprecian la evidencia empírica, quienes desprecian la ciencia y quienes se aprovechan de la desinformación de la ciudadanía sobre asuntos científicos para llevar a cabo sus malvados planes», denuncia María Blasco, y advierte de que «matar a la ciencia, matar a una científica comprometida con su tiempo, es la mejor inversión para los negacionistas». La desinformación y las mentiras «son el abono de la barbarie social», escribe Blasco.

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