¿Quedarse o marcharse de ‘Twitter’? He ahí la cuestión
Stephen King, la Universidade de Santiago de Compostela y de A Coruña, Greenpeace o el Ayuntamiento de Barcelona han cesado de publicar en la red social X ante la deriva de los algoritmos y su propietario. ¿Será el fin de la antigua Twitter? Dos expertas de la UOC y la Universidade de Vigo nos dan las claves de lo que sucede

El año en que la red X se acercó peligrosamente a Donald Trump. / EFE
Mar Mato
En octubre de 2022 Elon Musk entraba en la sede de Twitter portando un lavabo y publicitando su sonrisa. Desde entonces, ha puesto la red social ‘patas arriba’. Cambió el nombre a X así como las instrucciones a los algoritmos en un giro que determinados internautas califican de «censura». Otros lamentan el auge de los bulos y critican verse más expuestos a post orientados hacia una ideología de derecha o extremaderecha con la que no comulgan. Como añadido, Musk acaba de entrar en el gobierno de Trump en Estados Unidos para encargarse del Departamento de Eficiencia Gubernamental, es decir, para recortar la cifra de trabajadores de la administración.
Desde hace unos meses numerosos y relevantes usuarios de X la han dejado o medio abandonado. Este lunes por ejemplo, lo hacía el Ayuntamiento de Barcelona al decidir cerrar sus casi 80 canales municipales dejando una única cuenta, @bcn_ajuntament, solo para informar de emergencias, alertas o el tráfico.
Un goteo de abandonos
Por su parte, el claustro de la Universidade de Santiago acordó «cesar la creación de contenido» en sus cuentas institucionales en dicha plataforma. También Kalandraka Editora dejó de publicar en X al estar en desacuerdo con el viraje de la plataforma.
Lo anunció en noviembre, el mismo mes en el que el escritor Stephen King tecleaba el siguiente post: «Dejo Twitter. Intenté quedarme, pero la atmósfera se ha vuelto demasiado tóxica. Seguidme en Threads, si queréis».
Unos días atrás seguía esta senda Astiberri Ediciones con un post escueto en el que se leía «La razón está muy clara» mientras se veía una ilustración (¿un deseo metafórico?) recordando los Campos Elíseos el 26 de agosto parisino de 1944 cuando la segunda división blinda del general Leclerc era recibida por la población con la pancarta «Viva De Gaulle» por el fin de la ocupación nazi.
¿La pérdida de internautas para X será sangrante? ¿Se quedará esta red social solo con las voces más tóxicas y de una sola orientación? No es fácil hallar respuestas en un medio que cada día parece saludar un escenario inimaginable dos años y medio atrás, antes de que Elon Musk lo adquiriera.
Protesta contra el odio
Silvia Martínez, directora del Máster Universitario Social Media: Gestión y Estrategia en Universitat Oberta de Catalunya (UOC), reconoce que «estamos viviendo unos momentos bastante convulsos en cuanto a lo que pasa en las plataformas sociales. Quienes se van lo justifican como un posicionamiento ético porque hay un discurso de odio o polarización evidente en X. No quieren entrar en ese juego».
El día que tomaba posesión Trump como presidente de Estados Unidos recuerda que muchas instituciones ecologistas, «como señal de protesta, decidieron retirarse de X. En los últimos meses se está produciendo una migración bastante clara. En un primer momento vimos una salida de instituciones, medios de comunicación como La Vanguardia en España, alguna universidad y ahora el Ayuntamiento de Barcelona».
Sin actividad en el perfil para protestar
Martínez, no obstante, deja claro que en muchas ocasiones se habla de cierre de perfiles pero este «continúa en la plataforma sin mantener la actividad, sin generar contenido nuevo. Enocasiones se justifica alegando que es una cuestión de memoria histórica, o señalan que no quieren perder el contenido generado pero en algunos casos es un gesto que busca forzar determinados cambios. La Vanguardia sigue teniendo seguidores; no se han dado de baja, ni han dejado de seguirlo», expone la experta en Comunicación digital.
Esta doctora y profesora en la UOC recalca que los internautas están reaccionando a cambios que las plataformas han realizado en aras de lo que ellas ven como «libertad de expresión. Martínez, no obstante, también llama la atención sobre qué acontecerá en X si «los medios o periodistas se van y dejan libre que circulen determinados mensajes porque no están ahí para contrarrestar el impacto y advertir que es mentira aportando la verificación de contenidos».
Pero quienes se quedan también sufren cambios. Desde la Universidade de Vigo, Mónica Valderrama, vicerrectora de Comunicación e Relacións Institucionais de ka Universidade de Vigo, reconoce que «en diciembre empezó el fenómeno de la salida masiva y nuestros seguidos bajaron muchísimo en X». Ahora rondan los 40.000.
Quedarse para luchar
Valderrama recuerda que «muchas universidades catalanas se marcharon pero la Complutense y nosotros en la Universidade de Vigo decidimos no cerrar. No nos parecía adecuado renunciar; nosotros emitimos una serie de valores positivos que queremos seguir transmitiendo por ese soporte: defender el gallego, la enseñanza pública, el feminismo y la diversidad. Abrimos cuenta en Bluesky y decidimos replicar en esta lo que publicamos en X».
Como investigadora en redes sociales, Mónica Valderrama señala que «los discursos liberales de la derecha o incluso radicalizados están teniendo influencia en la generación Z. Si los emisores con pensamiento diferente al que está en boga en X notamos que en la red no nos aparecen contenidos de las personas que antes seguíamos. Ahora para ver lo que publican tienes que entrar ex profeso en esa cuenta, no aparece de forma aleatoria. Si sigues a 1.000 personas... Se hace menos atractivo el consumo en X, por eso también mucha gente prefiere otras redes».
Contra el negacionismo científico
La experta gallega alerta de que vivimos en una «época de negacionismo científico y los más jóvenes en general no se fijan en la reputación de las fuentes ni las contrastan. ¿Tiramos la toalla ante la deriva hacia el populismo, la derecha más radical? Hay una tendencia entre la gente joven de votar a Vox. El discurso en redes sociales lo está ganando la derecha radical. ¿Marchamos de la red?¿Qué ganamos con marchar? X no va a dejar de tener impacto en la audiencia más vulnerable. ¿Cuántas veces se dijo que Twitter moría?».
Mientras pensamos en quién ganará la partida, desde la red, Linda Yaccarino,CEO de X, escribía estos días: «Nuestra misión en X es clara, proteger la libertad de expresión para el discurso».
X se alía con Visa para transferir dinero desde la plataforma
Elon Musk quiere convertir X en la «red para todo», incluso para pagar. Su experiencia con PayPal va a ser pulida y aderezada con inteligencia artificial y el apoyo de Visa (se supo esta semana). El proyecto es XMoney. Prometen antes de que acabe el año que los tuiteros puedan realizar transferencias económicas P2P (de persona a persona) en tiempo real y con tarjeta de crédito. ¿Adiós a los bancos?
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