Récord de escolares supervisados por el 061 por sus dolencias: casi 12.000

Las alergias son la condición más repetida en el alumnado vigilado en Galicia | El programa gallego incluye patologías crónicas que pueden poner en riesgo la vida de los menores

Detalle de un aula, en un centro escolar gallego.

Detalle de un aula, en un centro escolar gallego. / LOC

C. Villar

Santiago

Más de 300 niños escolarizados en Galicia están bajo seguimiento mientras permanecen en sus centros educativos por riesgo de suicidio. La iniciativa, pionera entre las comunidades y destacada por expertos, responde al nombre de Código Agarimo y supone que tanto los ojos de los docentes como los de los servicios de urgencias del 061 están alerta en caso de que se produzca alguna crisis entre los chavales y además cuentan con recomendaciones y pautas para poder reaccionar cuanto antes.

Pero ese tipo de circunstancias no son las únicas que provocan que profesorado y los servicios sanitarios del 061 estén atentos a niños y adolescentes escolarizados para ofrecerles una atención sanitaria «eficaz e inmediata» si se producen complicaciones. En realidad, el Código Agarimo es una de las incorporaciones más recientes a un programa —Alerta Escolar— cuyos beneficiarios no dejan de crecer y que incluye patologías crónicas susceptibles de desencadenar crisis agudas potencialmente mortales, según explica la Xunta. De hecho, esos escolares supervisados alcanzan la cifra más elevada de la serie: son casi 12.000 los menores que se hallan bajo seguimiento para actuar con rapidez y de forma adecuada si alguna de esas dolencias desemboca en un episodio crítico.

En concreto, según la Consellería de Sanidade, forman parte del programa 11.721 escolares —en principio, menores de 16 años, en educación obligatoria, que son aquellos a los que va dirigido— matriculados en la red de centros de la comunidad. La cifra es casi un 79% superior a la que manejaban las consellerías de Sanidade y de Educación, aliadas en la iniciativa, en el último año prepandemia, y un 12% más que la que se registraba en el año 2023.

Mayor difusión

Con todo, desde la Xunta advierten que el incremento de menores incluidos en los programas Alerta Escolar y Código Agarimo no se explica «necesariamente» por un aumento en el número de casos, «sino por una mayor difusión e implantación de los programas sobre los que cada vez hay más conocimiento e interés en participar». Además, también ha tenido que ver un ampliación de las edades de los destinatarios, con la inclusión del alumnado de educación infantil.

Cronicidad grave

El programa nació en 2007 y la condición crónica «potencialmente grave» que más vigila son las alergias graves. Lo mismo sucede este curso: los chavales que aparecen de alta en el programa por la posibilidad de sufrir crisis alérgicas (anafilaxia) por exposición a alérgenos, habitualmente de tipo alimentario —como frutos secos, por ejemplo—, suponen el 46% de los escolares inscritos: en total, 5.411. El segundo grupo de condiciones crónicas «potencialmente graves» serían las relacionadas con la epilepsia, que afectarían a prácticamente el 28% —3.256 casos— de los niños y adolescentes supervisados por Alerta escolar.

La tercera condición más repetida son las crisis diabéticas, generalmente hipoglucemias, con 1.270 estudiantes vigilados, casi la misma cifra (1.273) que se reparten otras patologías menos comunes —cardiopatías entre ellas— y todavía se sumarían otros 197 niños y niñas que sufren asma.

De ese modo, tal y como explican en la Fundación Urxencias Sanitarias de Galicia, por un lado, se trata de que el profesorado, que es el que da el aviso, sea «capaz de reconocer la emergencia médica provocada por un cuadro agudo de las patologías» incluidas en el listado y que pueda «prestar una primera atención mientras no llegan los recursos adecuados».

En concreto, si se produce una crisis, el profesor es dirigido por un médico desde la Central de Coordinación del 061 en la atención al niño afectado y se le permite, si fuese preciso, administrarle una medicación pautada de antemano —como adrenalina, ante una reacción alérgica— y que es preservada en el centro escolar. Cuando el 061 recibe el aviso del docente, el registro previo del paciente permite a su personal reconocerlo en la base de datos y acceder «de inmediato» a su historial, lo que redunda en atender con eficacia y eficiencia la emergencia.

Los docentes, ‘ojos’ y ‘manos’ de los especialistas sanitarios

Cuando comienza el curso, no es inusual que el Gobierno gallego recuerde cómo funciona el programa de Alerta escolar para que los progenitores registren a sus hijos. Ese, el de la inscripción, es un requisito para que el menor forme parte de una iniciativa que se fundamenta en la coordinación de profesorado y del 061. Los docentes serían los ojos y las manos de los especialistas sanitarios en tanto estos no llegan al lugar.

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