La OCU avisa: pagas igual por menos

En los últimos años han subido los precios de todo y para tratar de «enmascarar» esto algunos fabricantes han recurrido a estrategias difíciles de detectar para el consumidor. Una de ellas, y que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ya lleva denunciando tiempo, es la reduflación. Esta estratagema consiste en reducir el contenido de un envase pero sin variar casi la apariencia externa ni el precio. De esta forma, aunque no lo sepas, estás pagando lo mismo por menos. Otra variante de esta estrategia, explican desde la OCU, es la cheapflación que «consiste en cambiar un ingrediente por otro de menor precio, pero sin modificar el aspecto o la denominación del producto ni rebajar el precio», apuntan desde la OCU.

Avisar al consumidor

En España, indica la OCU, en octubre de 2024 el gobierno propuso modificar la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios para facilitar la identificación de prácticas de reduflación y cheapflación. La fase de alegaciones a esa propuesta finalizó el pasado miércoles y la OCU formuló algunas alegaciones sobre el texto presentado por el Grupo Socialista (en cursiva sobre el texto de la norma).

«Cuando se ponga a la venta un producto de consumo preenvasado con una cantidad nominal constante, deberá informarse de forma inequívoca, clara y comprensible a las personas consumidoras siempre que se reduzca dicha cantidad o se utilicen materias primas de peor calidad y esto se traduzca en un aumento del precio por unidad de medida, manteniendo el mismo o similar diseño en su envase. Este deber de información se considerará cumplido cuando se indique de forma legible y visible y de forma independiente y adicional a la etiqueta en la que se recoge el precio en el punto de venta final, la reducción de la cantidad envasada y el aumento de precio en consecuencia durante un plazo no inferior a 90 días desde la primera comercialización del producto con las nuevas características».

Transparencia informativa

La OCU reitera que el consumidor debe ser informado de cualquier reducción en el contenido o en la calidad de los ingredientes. Mientras la nueva norma no se apruebe, indican desde la organización, «es recomendable comprobar de vez en cuando que no ha habido cambios sustanciales en los ingredientes básicos de los alimentos procesados que suelas comprar y que mires también el precio por unidad de medida (por kilo, por litro, por docena…) que se indica en el lineal del supermercado».

En Francia y Alemania ya se advierte de la reduflación y la cheapflación, ahora queda esperar a que en España se actúe igual.

Productos engañosos

La OCU advertía de esta estratagema ya hace unos dos años y medio e iniciaba la campaña #StopReduflación para tratar de identificar todos aquellos productos de los supermercados en los que se llevó a cabo esta estrategia. Algunos en los que la detectaron fueron: en el ColaCao de 800 gramos, que pasó a tener 760; en la margarina Tulipán de 500 gramos, que pasó a 450; en la Pepsi-Cola de 2 litros, que pasó a 1,75 litros; en el sobre de chorizo Revilla de 1 euro de 80 gramos, que pasó a tener 70; en el sobre de jamón Campofrío de 1 euro de 110 gramos, que pasó a 90 y en cada yogur Activia, que pesaban 5 gramos menos.