Caamaño pide a la sanidad privada igual calidad que la pública y menos esperas

El conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, hizo ayer un alegato a favor de la sanidad privada como complemento de la pública. En su opinión, es «pertinente y necesario» que el sistema sanitario público se apoye en la privada. Pero eso sí, con condiciones. En su opinión, debe ofrecer la misma calidad que la pública y además atender a los pacientes «en menos tiempo».

De hecho, el Sergas recurre a hospitales externos para aligerar las listas de espera de la pública, aunque no siempre un sistema privado garantiza más rapidez en la atención. Durante años, por ejemplo, las listas de espera de Povisa, en Vigo, lastraban la demora media para operarse en Galicia. Eso finalmente se corrigió pero ahora la Xunta está en pleno proceso de negociación con Ribera Salud para renovar el contrato que permitirá prestar atención sanitaria a 116.000 pacientes y el acuerdo se está demorando, pues a un mes del fin de la segunda prórroga forzada aún no se han cerrado todos los flecos.

En una intervención en Madrid el conselleiro de Sanidade recalcó que a día de hoy «es imposible atender a toda la población en un sistema sanitario público» por lo que se necesita recurrir a la privada. «A mí lo que me importa es que un paciente que tiene que operarse de cadera, se opere lo antes posible», señaló.

En cuanto a la propuesta del Ministerio de Sanidad para incentivar económicamente la exclusividad de los jefes de servicio, el conselleiro se mostró en contra y advirtió que, en todo caso, si eso se quiere aplicar debe ser el Gobierno quién «debe pagarles». En Galicia los médicos que deciden trabajar solo para el Sergas cobran ya 180 euros más al mes.

Esta propuesta de exclusividad aparece contemplada en el nuevo Estatuto Marco de la profesión que está diseñando el Ministerio de Sanidad al que Caamaño criticó «por ir por libre» y en contra de los médicos. Y reclamó que el documento vaya acompañado de una memoria económica.

Once meses después de tomar posesión como conselleiro, Caamaño hizo repaso de su trabajo al frente de Sanidade. Así destacó que la consellería sufrió «muchísima transformación», ya que renovó a buena parte de los altos cargos que tenía su antecesor Julio García Comesaña. Reconoció que heredó «una buena gestión» del anterior conselleiro y «con muchos proyectos en marcha por los que está muy agradecido».

Caamaño es uno de los miembros del Gobierno gallego con más agenda. Según explicó, su día a día se resume en «tres vías». La primera «los incendios diarios»: «todos los días hay problemas que hay que apagar y resolver con la máxima prudencia». La segunda vía es la institucional, que incluye «asistir a eventos» y mantener reuniones: «Me han pedido citas surrealistas, pero yo recibo a todo el mundo y encima escucho, que no todo el mundo lo merece». Y, en tercer lugar, la tarea que más disfruta es la de los proyectos a medio y largo plazo.

Caamaño confirmó ayer además que el proyecto de ley contra las adicciones, que regula el botellón y prohíbe el consumo de bebidas energéticas a menores, recibirá el visto bueno del Consello de la Xunta «pronto». Así, cree que en un mes podrá contar con la aprobación del Ejecutivo autonómico. De la misma manera, avanzó que el plan de recursos humanos del Sergas está «bastante avanzado».