«El Papa se está creando esa libertad que le permitirá tomar cualquier decisión»

El intelectual británico Austen Ivereigh (1966) es uno de los analistas más escuchados para interpretar qué piensa el pontífice. En esta entrevista con ‘El Periódico’, del mismo grupo que LA OPINIÓN, en plena plaza de San Pedro, deja claro que, pase lo que pase, la Iglesia católica seguirá una línea continuista

Irene Savio

Ciudad del Vaticano

Austen Ivereigh, historiador conocido por sus libros con y sobre el papa Francisco, es prudente. «Eso de ser el biógrafo del Papa puede ser complicado…», se justifica lacónico este intelectual británico que también es uno de los analistas más escuchados para interpretar qué piensa el Pontífice argentino, cuyo estado —según el último parte médico, emitido ayer tarde— es estable sin ningún nuevo episodio de insuficiencia respiratoria.

Se habla mucho de la posibilidad de que Francisco dimita. ¿Cree que está pensando en eso?

Lo único que puedo decir es lo que él ha dicho siempre: que, en el caso de una enfermedad prolongada en el tiempo, de una condición debilitante o degenerativa, él consideraría la posibilidad. Pero también creo que para él el papado es ad vitam (para toda la vida), y que piensa que es muy importante que en el futuro los papas no se sientan presionados a renunciar simplemente porque están enfermos o débiles o frágiles o viejos.

El Papa está enfermo, pero sigue trabajando.

El mensaje que nos está enviando estos días el Vaticano es claro: el papa está gobernando. Es cierto que está firmando papeles y también ha convocado un consistorio, es decir, una reunión de cardenales; eso sí, esta reunión no tiene fecha. Pienso que el papa puede haber pensado en que, por si en algún momento decide anunciar [que dimite], esa podría ser una manera [de hacerlo]. El Papa es jesuita, y, como buen jesuita, se está creando esa libertad que le permitirá tomar cualquier decisión con más opciones.

Ha dicho que Francisco ha sido un gran reformador, pero, ¿cuán profundas son estas reformas? ¿Es posible que su sucesor haga borrón y cuenta nueva?

Estoy convencido de que el papado de Francisco es el primero de una nueva generación de pontificados que expresan la globalidad y universalidad de la Iglesia, pero también refleja la visión de la Iglesia latinoamericana, forjada en la Conferencia General de Aparecida en 2007, en la que él fue, sin duda, la gran guía de aquella asamblea. Sin embargo, esto no significa que un futuro papa no quiera enfatizar aspectos que Francisco no destacó, porque los tiempos cambian. Aun así, no veo otra ruta que la que ha trazado Bergoglio. [...] Después de 12 años del pontificado de Francisco, hay otro ambiente aquí en Roma, hay otra forma de tratarse entre las personas.

¿Pero ve en el colegio de cardenales otro Bergoglio?

Uno de los logros más importantes del pontificado de Francisco ha sido la transformación del Colegio Cardenalicio. No solo ha incorporado a representantes de Asia, África y América Latina, sino que también ha incluido a numerosos cardenales de zonas periféricas con pocos fieles, así como de regiones afectadas por la guerra, la pobreza y el hambre. ¿Por qué lo ha hecho? Porque está convencido de que, en el proceso de elegir a su sucesor, es fundamental que la realidad del mundo esté representada entre los cardenales. Y ahora lo está. […] También ha arraigado dentro de la Iglesia la capacidad y el hábito de generar consensos mediante el diálogo paciente, una cultura necesaria para la democracia. Creo que es muy significativo en una época de derrumbe del orden mundial internacional y de strongman que ejercen el poder político.

¿Este es el legado de Francisco?

En el sínodo de la sinodalidad [convocado por el papa en 2023 y 2024], la Iglesia empezó a recuperar una forma de ser basada en la escucha mutua y el diálogo, y la práctica de tomar decisiones desde el consenso. Esas prácticas son la antecámara a la democracia. Creo que esto es importante en un mundo en el que las democracias están en crisis, porque la Iglesia no puede impedir el colapso de las democracias, pero sí asentar las bases para una futura renovación democrática. Ya ocurrió en Alemania e Italia, donde después de la Segunda Guerra Mundial nacieron los partidos de los demócratas cristianos.

Algunos rivales de Francisco también lo han atacado ahora que está en el Gemelli.

Uno de los fenómenos de este pontificado ha sido el crecimiento del movimiento Rad-Trad (Radical-Tradicionalista), una mezcla de tradicionalismo litúrgico y posturas políticas de extrema derecha. Muchos de sus seguidores son, en la práctica, cismáticos […] y creo que este grupo seguirá siendo un desafío.

¿El poder político tiene interés en lo que está pasando ahora en Roma?

La Iglesia es un actor internacional y por eso necesariamente los estados están muy interesados en lo que está pasando aquí y lo que podría pasar. Saben que el papado sigue siendo un faro moral en el mundo; además de ser la institución más universal, más global y más antigua del mundo. El punto es que a veces los poderes políticos no se dan cuenta de que la Iglesia, sobre todo el Vaticano, es muy resistente a toda presión política.

¿Intentarán influir en un próximo cónclave?

Y esa es su ingenuidad, piensan que pueden utilizar las mismas herramientas políticas que han utilizado en Estados Unidos. [El exasesor del presidente estadounidense, Donald Trump], Steve Bannon, lo ha intentado varias veces. Pero cuando se intenta ejercer esa presión, normalmente [dentro de la Iglesia católica] se refuerza el rechazo.

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