Desnudos en tinieblas

Durante la enfermedad de su padre, las fotografías del lucense Lázaro Louzao perdieron el color y los cuerpos masculinos que retrata se envolvieron en un halo fantasmagórico y macabro. Se trata de su serie más extensa, personal y ambiciosa, que ahora reúne en el libro «Obumbratio»

Dos piezas de la serie «Obumbratio», realizada durante la enfermedad de su padre. |  Lázaro Louzao |

Dos piezas de la serie «Obumbratio», realizada durante la enfermedad de su padre. | Lázaro Louzao |

Ágatha de Santos

A Coruña

«Obumbratio» es una palabra latina que significa sombreado, oscurecimiento. Y este es también el título del segundo libro del fotógrafo y director de cine lucense Lázaro Louzao (Xove, 1988), un monográfico de su serie «más extensa, personal y ambiciosa de su carrera», afirma el artista. Y, sin duda, también la más oscura. «Este proyecto nace en una época complicada para mí. Mi padre enferma y, dos años después, fallece. Todas estas obras fueron surgiendo durante el proceso de la enfermedad, cuando todo lo ves mucho más oscuro. En esa época la vida perdió el color para mí y mis fotografías también», explica.

Desnudos  en tinieblas

Desnudos en tinieblas

En efecto, Obumbratio recopila 76 fotografías en blanco y negro, realizadas entre los 2021 y 2023, en las que los cuerpos masculinos se sumergen en la oscuridad y se desdoblan hasta deformarse. «No es autobiográfica, pero sí es una serie que refleja perfectamente el estado anímico y personal en el que estaba en este momento», comenta.

Desnudos  en tinieblas

Desnudos en tinieblas

Son imágenes oscuras y mucho más abstractas que su trabajo anterior. «Es una representación del deseo oculto, de lo que no debe o no quiere ser visto y que al observarse a través de la oscuridad, de ese cielo negro, llega a nosotros deformado, transformado», comenta.

Según Louzao, ese concepto de transformación presente en las obras está también condicionado por el concepto alemán del Doppelgänger (término alemán para definir el doble fantasmagórico). «Es ese doble fantasmagórico que todos tenemos, ese gemelo malvado, el lado oscuro de uno mismo, nuestro Dr. Jekyll y Mr. Hyde, visible en las obras como una repetición, un efecto de doble exposición», detalla.

Cada una de las obras de «Obumbratio» ha sido creada a partir de dos fotografías, realizadas ex profeso para esta serie fotográfica, tomadas desde un mismo ángulo y encuadre muy similar, con leves variaciones en la pose de la persona retratada. El resultado: personajes deformados y macabros con múltiples extremidades cuyos cuerpos se interponen y entrelazan y que generan en el espectador una sensación inquietante.

Cierto grado de erotismo

«Que las fotografías que conforman las obras se hayan realizado desde una perspectiva con cierto grado de erotismo no hace más que ahondar en esa sensación inquietante que generan en el espectador: estas criaturas terroríficas no nos miran de forma amenazante si no con cierta lascivia, como vampiros que quieren atraerte a la oscuridad a través de la sexualidad», explica.

Aunque una parte de esta serie —12 imágenes— fue expuesta en la galería madrileña Studio RGF el pasado mes de junio y también en Lugo en septiembre, la imposibilidad de realizar una exposición que la incluya al completo animó a Louzao a reunirlas en este volumen. «El hecho de publicar el libro también ha sido liberador. Para mí, ha sido como pasar página y cambiar de capítulo», explica. De hecho, ya está trabajando en un nuevo proyecto, de nuevo, en color.

En su obra fotográfica, Louzao trabaja la belleza a través del cuerpo masculino. En Obumbratio, sin embargo, esa belleza se deforma hasta convertirse en fealdad, lo que supone una ruptura con sus trabajos anteriores.

Se inició en la fotografía siendo un niño. Con tan solo diez años, le cogía la cámara a su padre para fotografiar su entorno. En 2009 comenzó a trabajar el desnudo masculino, para lo que se vale de modelos no profesionales. «Me interesa la belleza del cuerpo masculino en su diversidad», explica el fotógrafo lucense.

Louzao dirigió en 2018 Nove de novembro, la primera película LGTB rodada en Galicia, y el pasado año estrenó en el Festival de Cans Volver cantando, un cortometraje sobre su abuela materna, Josefa Gato, realizado a partir de los VHS caseros que grabó su padre entre 1997 y 2004. «Es una obra también influenciada por la época de Obumbratio porque el material era de mi padre. Es un homenaje también a su afición por la fotografía y el vídeo que siempre tuvo hasta el día de su muerte», afirma el artista.

Como en el caso de su trabajo audiovisual, Louzao autoedita Obumbratio. «Cuando un director financia una película se habla de cine independiente, pero cuando se trata de una publicación editorial parece que se le resta importancia. Esto siempre me ha resultado curioso», añade.

Lázaro Louzao tiene ya varias fechas para presentar este libro: el 28 de ese mismo mes (19.00 h.) y en Vigo, el el centro social A Desviada el 4 de abril, también a las 19.00 h.

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