Antón Riveiro: «La inocencia del jurado es lo que hace especial el premio San Clemente»

Aunque se acorten los tiempos, aún existe La edad de la inocencia, título de la novela de Edith Wharton, llevada al cine por Scorsese en 1993, año de creación del premio literario San Clemente (su primer fallo llegó en 1995: Suso de Toro, Mario Vargas Llosa y Tariq Alí). Y a esa tierna edad alude Antón Riveiro Coello en charla con este diario. Es una de las tres personas galardonadas este año, distinciones que se entregan hoy (18.00 horas) en el instituto compostelano Rosalía de Castro, cuyo alumnado decide ese honor junto a cinco centros del resto de Galicia y otros de Madrid, Alemania, Reino Unido y Francia. Aparte de Riveiro Coello (Xinzo de Limia, 1964), con Hotel Carioca, editado por Galaxia; el premio San Clemente distingue en esta XXVIII edición a Maggie O’Farrell (Coleraine, Irlanda del Norte, 1972), por El retrato de casada, lanzado por Libros del Asteroide, y Alejandro Zambra (Santiago de Chile, 1975), con Literatura infantil, publicado por Anagrama. Riveiro Coello, O’Farrell y Zambra, suman sus respectivos galardones en las áreas de novela en gallego, panorama internacional y castellano.

«Este premio no es uno más, es especial, casi perfecto, porque está dado por lectoras y lectores que todavía están sin contaminar de los prejuicios que van surgiendo con la edad y la experiencia. No es un premio de plicas porque el jurado lee sin prejuicios ni condicionantes, y ese es el mérito del premio, esa cierta inocencia que, de algún modo, se puede equiparar con una justicia digna y desvinculada de todo prejuicio. Es cierto que hay primero una selección del profesorado de esas novelas, pero, a partir de ahí, cumple con los requisitos más nobles de cualquier premio, que es seducir a lectores», asegura Riveiro Coello.

El premio San Clemente está organizado por el IES Plurilingüe Rosalía de Castro en colaboración con la Xunta. Los estudiantes del Rosalía charlan entre hoy y mañana con el terceto de autores. Y a las 21.00 horas de hoy, hay una cena en el Hostal dos Reis Católicos.

En la trama de Hotel Carioca, Antón Riveiro Coello incluye a un personaje adolescente, y así valora este autor gallego, vecino de Boiro, la importancia de ese elemento para el jurado estudiantil del 28º premio San Clemente. «Puede que ayudase porque es una novela de cierta complejidad formal, pero parte de una niña de 13 años a quien encargan que escriba cartas para su abuela, haciéndose pasar por un tío... Entonces, es también una novela de formación, vamos viendo la transición de la infancia a la mocidade y la madurez de esa rapaza atravesando una suerte de desafíos y experiencias que son como un aprendizaje al tiempo que se desarrolla la trama. Y además vemos cómo se va convirtiendo en escritora, y tal vez eso sea un punto de conexión importante con esos lectores jóvenes que, a lo mejor en algún caso, puede que tengan en su mente el hecho de convertirse, no solo en grandes lectores, sino también en escritores, quiero pensar que eso también ayudó a que entrasen más en la novela y se decidiesen más por premiarla», cuenta Riveiro Coello.

El jurado salió de las aulas de los IES Rosalía de Castro (Santiago), Sar, Brión, Aquis Celenis (Caldas de Reis), Gregorio Fernández (Sarria), Universidade Laboral (Ourense), Ramiro de Maetzu (Madrid) y estudiantes del Lycée Santi François Xavier de Vannes (Francia), del Grimmelshausen Gymnasium de Gelnhausen (Alemania) y del Hockerill Anglo European College (Reino Unido).

«Son lectores que no están condicionados, muchas veces ni conocen a los autores, ni leyeron antes nada de ellos, lo viven con esa inocencia y, al mismo tiempo, con cierto asombro porque les sorprenden las historias que leen y, muchas veces, es importantísima una buena lectura en la adolescencia porque todos tenemos un primer libro que nos sorprende y el hecho de conocer a los autores después de leer una novela suya no deja de ser algo significativo», dice quien tuvo estos faros literarios en su adolescencia: «Arraianos, de Méndez Ferrín, y Cien años de soledad, de García Márquez», aclara.

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