Sanidade avala los menús escolares, aunque un tercio no limita las frituras

Tras evaluar el 70% de los centros, destaca el empleo mayoritario de agua y de aceite de oliva o de girasol alto oleico | Un 86% ofrece carne blanca al menos una vez por semana

Una niña come sopa de estrellitas, en un comedor escolar. |  Gustavo Santos

Una niña come sopa de estrellitas, en un comedor escolar. | Gustavo Santos / Gustavo Santos

C. Villar

Santiago

Para la Consellería de Sanidade, la obesidad «se está convirtiendo en un importante problema de salud pública», en particular la infantil, «ya que el exceso de peso en la edad pediátrica aumenta el riesgo de morbimortalidad en la edad adulta». Los datos muestran que una tercera parte de niños y adolescentes gallegos tienen sobrepeso, más ellos que ellas y más en la provincia de Pontevedra que en la de Lugo, por ejemplo. Así lo midió en 2023 el estudio ENE-COVID, del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III y de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición tras analizar a más de diez mil niños en todo el Estado.

Una de las estrategias que el Gobierno gallego activó para combatir lo que tilda de «nueva pandemia» es la evaluación de los menús escolares con la intención de detectar si son o no «equilibrados». Su dictamen, tras pasar revista al 71% de los comedores de los centros públicos, es «positivo», aunque en esa labor de supervisión haya detectado asimismo que casi un tercio de los colegios e institutos analizados no limita las frituras.

Desde la Consellería de Sanidade proclaman que los resultados del examen a 496 centros educativos públicos, realizado durante el año pasado, «ofrecen una visión global positiva del trabajo que se está realizando en los comedores escolares». En esa línea, destacan que el 90,7% de los centros ofrece agua como única bebida durante las comidas; que el 80,2% de los menús se preparan con aceite de oliva o de girasol alto oleico o que un 86,1% de las cartas analizadas incluye por lo menos una ración de carne blanca a la semana.

Los progenitores están informados en el 88% de los centros de la programación mensual

Entre las conclusiones obtenidas figura igualmente que un 68% de los menús de los centros evaluados «limitan» las frituras, es decir, que no incluyen ese tipo de preparación más que un día a la semana. El dato supone que en un 32% de las instalaciones optan por ese tipo de cocina por lo menos dos veces cada semana.

En lo que respecta a la bebida, la Xunta aclara que el 9,3% de centros que no ofrece agua como «bebida habitual» puede ofrecer bebidas como zumos, leche o batidos. «No necesariamente tienen que ser refrescos», sostienen desde el departamento dirigido por Antonio Gómez Caamaño.

La prevención no solo llega a los comedores, sino también a las cafeterías escolares. Cuando la Consellería de Educación publicó el pasado año los pliegos para la concesión del servicio de bar en los centros escolares para este curso, no solo prohibió las bebidas energéticas, sino que conminó a los adjudicatarios a limitar «el contenido en grasas, azúcar y sal en los alimentos y fomentar hábitos nutricionales correctos en la población escolar».

La evaluación de los menús escolares es una estrategia contemplada en el marco de la Rede Galega de Promoción da Saúde (Regasp), puesta en marcha dentro del Plan Obesidade Zero en Galicia, con el que la Xunta pretende reducir en 189.000 las personas con sobrepeso en Galicia.

La Xunta no es la única preocupada por el problema del peso y sus efectos sobre la salud. La pasada semana el ministro de Derechos Sociales y Consumo, Pablo Bustinduy, avanzaba que la futura normativa sobre Comedores Escolares establecerá una ración al mes como máximo para el consumo de platos precocinados.

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