La Xunta pregunta a los profesores por el libro digital: «¿Mejora la formación?»

Quiere saber cuánto tiempo pasa el alumno ante las pantallas en un contexto de restricción en otras autonomías | Educación tendrá en cuenta el resultado en su «revisión» de E-Dixgal

Alumnos de un instituto gallego, durante una clase con libro digital.

Alumnos de un instituto gallego, durante una clase con libro digital. / Marta G. Brea

C. Villar

Santiago

En teoría la digitalización llegó para quedarse, también en el ámbito educativo. La pandemia demostró que era útil un plan B, pero en los últimos meses colectivos de progenitores, e incluso algunos de los propios centros que utilizan el libro digital, están empezando a demandar que el tiempo que permanecen expuestos los menores a las pantallas se limite alegando falta de concentración, por ejemplo. Y no son los únicos. Los expertos consultados por el Gobierno central para elaborar su normativa de protección del menor en entornos digitales han dictaminado que hasta los 6 años, mejor evitar pantallas, y, hasta los 12, si acaso, un uso «puntual». Comunidades como Murcia o Madrid se han tomado la recomendación en serio y los han dosificado las horas que se utilizan los dispositivos en el aula en función del nivel educativo.

Igualmente Galicia se ha embarcado en una «revisión» del libro digital y, aunque por ahora solo ha trascendido que quiere enfocar esa reforma «con sentidiño» y apostando por un modelo «híbrido», que combine las metodologías más clásicas (lápiz y papel) con las electrónicas, la Consellería de Educación también quiere saber cuántas horas pasan sus chavales pegados a las pantallas en las aulas. Se lo pregunta así, directamente, a los profesores que trabajan con E-Dixgal en un sondeo que le lanza a los docentes implicados en el programa —que cuenta con más de 600 centros y más de 60.000 estudiantes adheridos—.

Maestros y profesores que impartan alguna materia a través de E-Dixgal están invitados a responder a una encuesta específica que incluye 23 preguntas y cuyo último módulo intenta conocer su grado de satisfacción con el proyecto, cómo lo evalúan y lo aplican en las aulas y qué «mejoras sugieren». En ese bloque, la Xunta pregunta: «A lo largo de la semana, de forma habitual, ¿cuánto tiempo pasa tu alumnado trabajando con su equipo personal en la clase?» Aunque por ahora el Ejecutivo gallego no habló de limitar las pantallas por horas, autonomías del PP como Murcia o Madrid, sobre todo la segunda, lo harán y además, caso de Madrid, de forma extrema, con un tope de dos horas por semana en Infantil y Primaria.

Pero la Xunta quiere saber si este ha incidido en el rendimiento. Al respecto, Educación presentaba hace casi un año un estudio de notas del estudiantado que le permitía concluir que emplear el libro digital no empeora las notas ni en Primaria ni en la ESO. El departamento que dirige Román Rodríguez pregunta en concreto si el programa mejoró en general la formación y en particular en lo tocante a competencia digital, uno de los argumentos que la Xunta esgrime, tomando como referencia las consignas de la UE, para avalar la inclusión de este tipo de apuestas en las aulas.

A estas cuestiones se unen otras sobre la incidencia en la motivación, si el libro digital permite ampliar la personalización del aprendizaje para el alumnado con diversidad o sobre si la eficacia de los filtros para evitar el acceso del alumnado a contenidos «inapropiados», aspecto que reforzó la Xunta el año pasado.

Galicia se ha embarcado en un proceso de revisión del libro digital en busca del «correcto equilibrio en la adquisición de competencias del alumnado», pero también en una legislación sobre el uso de la inteligencia artificial en el ámbito educativo. Qué hará su Ejecutivo al respecto dependerá, entre otras cuestiones, de los resultados del sondeo. «Es una de las acciones para mejorar el funcionamiento desde la evidencia científica», dice. Con el mismo fin, añade, mantuvo encuentros con equipos directivos de centros y ANPA. Estas últimas, en particular la Confederación ANPA Galegas, realizó un estudio en el que el 70% de familias consultadas era partidaria de abandonar el programa.

En Galicia, que es líder en la apuesta por medios tecnológicos en las aulas, la Administración recomendó a sus docentes prudencia en el uso de esos recursos.

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