La terapia con células madre podría ralentizar el avance del párkinson

Dos ensayos clínicos independientes prueban que esta técnica es segura para tratar esta enfermedad

Valentina Raffio

Barcelona

Según anunció ayer la revista científica Nature, un equipo de investigadores de Japón y otro de EEUU y Canadá han llevado a cabo dos estudios clínicos independientes para probar el uso de células madre en pacientes con párkinson. En ambos casos se demostró la seguridad de estos tratamientos se observaron mejoras sustanciales en los pacientes tratados. En algunos casos se notificaron reducciones de hasta el 50% de los síntomas en plazos de 18 meses. En otros se mostró una mejora de los síntomas motores incluso sin la necesidad de tomar otras medicaciones. Los expertos afirman que estos resultados, aunque preliminares, son alentadores y abren una vía para futuros tratamientos más eficaces y duraderos.

El método utilizado en ambos estudios es el trasplante de neuronas derivadas de células madre pluripotentes (entidades capaces de transformarse en cualquier tipo celular), con el objetivo de reemplazar las neuronas que producen dopamina y que se pierden progresivamente en esta enfermedad. Se emplearon técnicas distintas, pero en ambos casos se obtuvieron resultados esperanzadores.

El ensayo clínico de Japón, liderado por Ryosuke Takahashi y Jun Takahashi, se llevó en siete pacientes de entre 50 y 69 años con diagnóstico de párkinson. En este caso se utilizaron células madre pluripotentes derivadas de células de adultos sanos, que fueron reprogramadas para ejercer como neuronas. Estas células madre fueron trasplantadas quirúrgicamente en ambos hemisferios cerebrales, concretamente una región relacionada con la regulación motora. Durante los 24 meses posteriores, al menos cinco de los participantes evaluados mostraron mejoría mientras continuaban con su medicación y cuatro de ellos mantuvieron esa mejora incluso después de suspenderla. Los expertos afirman que no se reportaron eventos adversos graves ni formación de tumores, una de las preocupaciones históricas de las terapias con células madre.

El estudio realizado entre Estado Unidos y Canadá, dirigido por Viviane Tabar, se centró en 12 pacientes. En este caso se optó por trasplantar neuronas derivadas de células madre embrionarias. En algunos se inyectaron «dosis bajas» con hasta 1 millón de células por hemisferio mientras que en otros se optó por «dosis altas» de casi 3 millones de células por hemisferio. Según reportan los investigadores, 18 meses después del trasplante se observaron mejoras motoras significativas, especialmente en el grupo de dosis alta, donde las puntuaciones clínicas relacionadas con la gravedad de los síntomas del párkinson disminuyeron hasta un 50% en comparación con las medidas iniciales. Los escáneres cerebrales mostraron que las células trasplantadas habían sobrevivido, estaban activas y contribuían a una mayor producción de dopamina.

Los expertos afirman que, pese a estos buenos resultados, aún hacen falta más estudios para validar este posible tratamiento. Por ejemplo, se necesita estudiar esta terapia en muestras más grandes de pacientes y realizar seguimientos a largo plazo para evaluar posibles efectos adversos. «Pese a sus limitaciones, el hecho de que ambos ensayos hayan demostrado seguridad y hayan insinuado una posible eficacia es un paso importante hacia el establecimiento de esta terapia celular frente al párkison», señala el neurocientífico Hideyuki Okano, del Centro de Investigación de Medicina Regenerativa de la Universidad de Keio, en Japón, en un análisis publicado en la revista News and Views en relación a estos estudios pioneros.

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