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Tratar la tensión alta podría reducir el riesgo de demencia

Valentina Raffio

Barcelona

Lo que es bueno para el corazón, también es bueno para el cerebro. Este mantra de la medicina, repetido hasta la saciedad por la comunidad científica y sanitaria, ha inspirado a uno de los estudios más grandes realizados hasta la fecha sobre la relación entre la tensión arterial y la salud cerebral. ¿El resultado? Según publica este lunes la revista Nature Medicine, tras analizar más de 34.000 pacientes, un ensayo clínico a gran escala ha evidenciado que un control intensivo de la presión arterial puede reducir en un 15% el riesgo de demencia y en un 16% el deterioro cognitivo. «Los tratamientos contra la hipertensión podrían ayudar a reducir la incidencia y el impacto global de la demencia», concluye el trabajo, liderado por el epidemiólogo Jiang He.

Actualmente se estima que en el mundo hay alrededor de 57 millones de personas viviendo con un diagnóstico de demencia. Tal y como advierten los expertos, de no aplicarse medidas de prevención efectivas, esta cifra podría triplicarse hasta alcanzar los 153 millones en 2050. En estudios previos se había demostrado que la hipertensión no tratada se perfila como un factor de riesgo que aumenta hasta un 42% las probabilidades de desarrollar demencia. Aun así, hasta ahora no había evidencia directa sobre el uso de tratamientos para la tensión para reducir el deterioro cognitivo.

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