Los alumnos con retrasos académicos antes de 4º de la ESO caen un 40%

Alumnos con 'tablet' en una clase.

Alumnos con 'tablet' en una clase. / EUROPA PRESS

C. Villar

Santiago

Uno de los principios articuladores de la nueva legislación que regula la enseñanza, la Lomloe, tal y como repitió su impulsora, la exministra Isabel Celaá, es el convertir la repetición en una medida «excepcional» en la carrera de fondo que experimenta un alumno en el sistema educativo. Con los criterios de promoción de la nueva normativa, a los estudiantes que pasan de curso porque aprueban todas las materias o por tener evaluación negativa, como mucho, en dos, caso de la ESO, incluyendo las que pueda arrastrar de cursos precedentes, se suma el que cumpla, entre otras, varias condiciones: que su media sea 5 o que el equipo docente crea que los suspensos no le impedirán seguir con éxito el curso siguiente y que la promoción podrá beneficiarle.

Pero ya antes de que estuviese en vigor la nueva normativa, que establece que la repetición «solo se podrá utilizar una vez en el mismo curso y dos veces como máximo a lo largo de la enseñanza obligatoria», el alumnado gallego de 15 años que acumula retrasos en su expediente académico ha ido retrocediendo en Galicia, según datos del Ministerio de Educación. Si se analizan los dos extremos de ese intervalo, los cursos 2022-2023 y 2012-2013, la caída experimentada en el estudiantado que carga en su mochila académica con atrasos roza el 41%, desde el 37% al 21,9% recogido por el departamento que dirige Pilar Alegría en su informe más reciente.

Ese descenso se ha producido de forma continua durante la última década, alcanzando las cifras más bajas a partir de 2020-21, el curso posterior a la irrupción de la pandemia y cuando los escolares volvieron al aula, pero con severas restricciones relacionadas con la distancia o la interacción. Si la comparación se hace con una perspectiva de veinte años, desde el curso 2002-2003, quienes arrastran repeticiones con 15 años suponen ahora la mitad que entonces. Aun así, no todo el alumnado consigue evitar la experiencia. En Galicia, el dato relativo al curso 2022-23 refleja que consigue llegar a 4º de la ESO a los 15 años, la edad teórica para cursar dichas enseñanzas, o ha accedido a dicha edad al grado básico de FP, un 78,1% de los adolescentes gallegos, a los que solo los separa un año de la edad que marca el final de la escolarización obligatoria. El resto, un 21,9%, repitió alguna vez, un porcentaje que rompe la tendencia continua al descenso en el indicador desde 2013. El curso previo, 2021-2022, se había alcanzado el mínimo, un 21,2%.

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