El estadounidense León XIV, un papa para tender puentes al diálogo
Robert Francis Prevost llama a la unidad en sus primeras palabras como Pontífice | Una plaza de San Pedro abarrotada celebró la fumata blanca

El estadounidense Robert Francis Prevost se presenta al mundo como León XIV, ayer tarde en el balcón central de la basílica de San Pedro. | Efe
Robert Francis Prevost, un cardenal agustino y estadounidense, de 69 años, que habla perfectamente español, descendiente de emigrantes europeos y que ha vivido durante años en América Latina, se convirtió ayer tarde en el papa 267.º de la historia de la Iglesia bajo el nombre de León XIV. La Iglesia católica rompió así uno de sus tabús más históricos, el de no elegir a una persona nacida en la primera potencia del mundo. En tan solo un día y medio, los purpurados se decantaron por una de las figuras barajadas en el abanico de los posibles sucesores de Francisco, una figura además cercana al difunto pontífice.
«Que la paz sea con ustedes», fue el primer saludo de Prevost, lo que generó la ovación de decenas de miles de católicos congregados en la plaza de San Pedro, en el Vaticano. «Ayúdennos y ayúdense unos a otros a construir puentes con el diálogo, con los encuentros, uniéndonos a todos para ser un solo pueblo siempre en paz», dijo después en un mensaje de menos de 10 minutos. Durante su alocución, el nuevo papa repitió varias veces la palabra paz y evocó la labor misionera de la Iglesia católica. «La paz es amada, humilde y perseverante, proviene de Dios, que nos ama a todos de manera incondicional», dijo este sacerdote con fama de discreto y progresista.
Una palabras en español
De forma inesperada, el nuevo papa también pronunció unas palabras en español para saludar a Perú, país donde residió durante más de tres décadas y cuya ciudadanía adquirió el año 2015. «Un saludo particular a mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo la Iglesia fiel de Jesucristo», dijo León XIV, designado arzobispo de Chiclayo, en el norte de Perú, en 2015 por su predecesor, el papa Francisco.
Los 133 cardenales reunidos en cónclave en la Capilla Sixtina del Vaticano desde el miércoles eligieron ayer por la tarde al nuevo papa, el tercero del siglo XXI. Pasadas las seis de la tarde y por segunda vez durante la jornada, el humo empezó a salir por la chimenea de la capilla pero, al principio, parecía negro. En una de las plazas más famosas del mundo, había en ese momento varios miles de personas, que recibieron entre la exaltación y la sorpresa la fumata blanca bajo un cielo azul. Los fieles congregados a la espera de noticias no acababan de creerse que era blanca, ya que al principio no se oyeron repicar las campanas. Cuando la chimenea llevaba ya unos segundos expulsando humo y creando intriga y confusión en torno al color, una bocanada blanca acompañada del redoblar de las campanas despejaron las dudas.
El Vaticano había explicado inicialmente que las fumatas se producirían o después del mediodía o sobre las 7 de la tarde. Sin embargo, la confusión ya del primer día, cuando hubo que esperar dos horas más que el horario estimado, añadió un pathos difícil de imitar incluso para cualquier cineasta. Entre la multitud mezclada con los cerca de 3.000 periodistas acreditados —que retransmitían sus crónicas para todos los rincones del mundo—, el sentimiento reinante era el de estar asistiendo al más grande espectáculo de todos los tiempos, inimitable a pesar de que la Iglesia católica tiene más de 2.000 años.
Muchos cardenales habían manifestado su deseo de que, en una época de guerras terribles y desorden mundial, fuera una elección no demasiado larga, y gran parte de los analistas habían barajado que la elección se produciría entre el jueves y el viernes. Al final, el nuevo jefe de la Iglesia católica y monarca absoluto de la Ciudad del Vaticano fue designado en la cuarta votación en el segundo día de cónclave. El miércoles por la tarde se procedió a la primera votación, que terminó siendo la primera fumata negra del cónclave. La segunda fumata negra fue ayer por la mañana, como resultado de dos votaciones más.
Como hace 800 años
Ayer, como hace 800 años, cuando se celebró en Viterbo el primer cónclave de la historia, ningún cronista pudo atestiguar lo que ocurrió en el interior de la Capilla Sixtina bajo el juicio final de Miguel Ángel, y antes había pasado en Santa Marta y Santa Marta Vieja, los dos albergues vaticanos acondicionados para que sus eminencias transcurrieran el tiempo que necesitaban para llegar a una decisión. Pero un hecho quedó claro desde el minuto uno: después de medirse, estudiarse y contarse en la primera fumata —por eso se llama la votación táctica—, los príncipes de la Iglesia se abrieron a las negociaciones entre las facciones.
A partir de ahí, solo quedaba por perfilar el nombre del candidato del cónclave —en el que ocho de cada 10 cardenales había sido designado por Francisco— que pudiese convertirse en papa sin suponer una ruptura demasiado honda con el grupo más minoritario. Al contarle al mundo el contenido de la 11.ª congregación general de cardenales, una de las reuniones precónclave empezadas después de la muerte de Francisco, la sala de prensa del Vaticano ya había dado algunas pistas sobre el perfil que buscaban los cardenales. Un «pastor cercano a la vida» que no desatendiera el «diálogo» y la «construcción de relaciones con los diferentes mundos religiosos y culturales» y que haga frente a una «humanidad desorientada y marcada por la crisis del orden mundial».
En este contexto de ebullición, el propio cardenal decano, Giovanni Battista Re, que ayer se desplazó hasta Pompeya, en el sur de Italia, no desaprovechó la ocasión para decir desde allí que esperaba encontrarse con una fumata blanca a su regreso. «Estoy particularmente contento de estar aquí al inicio del cónclave para que el Espíritu Santo sople fuerte y para que sea elegido el papa que necesita hoy la Iglesia y el mundo», señaló Re desde Pompeya, donde asistió a un acto religioso. No fue el único. El cardenal Sean O’Malley, arzobispo emérito de Boston, también dijo algo muy parecido. El nuevo papa será elegido «pronto, quizás esta noche o el viernes», afirmó, en una entrevista a un medio latinoamericano en la que también deslizó la posibilidad de que el nuevo pontífice fuera no europeo.
Según informó el Vaticano, hoy el nuevo papa León XIV celebrará la tradicional misa con el colegio cardenalicio en la Capilla Sixtina. Se transmitirá en directo. El próximo domingo a las 12 pronunciará su primera Regina Coeli (la oración que sustituye al Ángelus durante el tiempo de Pascua) desde el balcón central de la basílica de San Pedro, donde ayer se presentó al mundo. El próximo lunes se llevará a cabo la primera audiencia del nuevo papa con la prensa.
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