«Quiero acompañar a mis pacientes toda su vida»

Dos médicas gallegas que harán su residencia en centros de salud de A Coruña y Vigo cuentan qué les llevó a decantarse por esa opción

María Abellás hará su residencia de Medicina de Familia  en A Coruña. | Cedida

María Abellás hará su residencia de Medicina de Familia en A Coruña. | Cedida

belén teiga

Tras seis años de carrera universitaria, miles de graduados en Medicina escogieron este mes de mayo la especialidad a la que quieren dedicar su vida y eligieron en qué hospital o centro de salud van a hacer el MIR (residencia). La diferencia de demanda entre las especialidades ha sido, un año más, holgada. Mientras que las plazas en algunas áreas como Dermatología o Anestesiología se agotaron en los primeros días, otras se han hecho esperar un poco. En esta ocasión, además, ha habido alguna que otra sorpresa: las 207 vacantes de Médicos Internos Residentes (MIR) de Medicina de Familia y comunitaria que se ofertaban en la comunidad gallega fueron adjudicadas en su totalidad al cierre del proceso ordinario este miércoles. Por primera vez en años no quedó ninguna vacante.

«Es una especialidad en la que nunca dejas de aprender, que te permite tocar muchas áreas distintas», señala la viguesa Alba Sola, que, con el puesto número 883 —se presentaron un total de 13.692 aspirantes—, fue la segunda persona en escoger esta opción en la comunidad gallega. Sola, que hará la residencia en su ciudad natal, es «consciente» de que su elección «no siempre se percibe como una de las opciones más atractivas», algo que achaca «tanto a la situación actual de la Atención Primaria como a ciertas ideas sobre el prestigio hospitalario».

Con todo, Sola asegura que lo tuvo muy claro: «No me pesaron mucho los comentarios del tipo: ¿con ese número no quieres hacer otra cosa?». Tuvo una buena experiencia en las prácticas de sexto curso: «hubo muy buenos profesionales que se implicaron mucho en mi proceso de aprendizaje», señaló. Y eso fue el detonante para no dudar de una decisión que «con vocación, compromiso e ilusión» la llevará a convertirse en una médica «que acompañe a sus pacientes toda su vida».

También durante su rotación en las prácticas quedó cautivada por esta especialidad María Abellás, quien hará la residencia de Familia en A Coruña : «Me encantó el contacto humano y el tipo de medicina que hay en las consultas de Primaria». Abellás coincide, además, con Sola en que la especialidad está «un poco denostada» entre los pacientes. Por ello, llega «con ganas de darle el valor que se merece» a lo que ella considera «la puerta de entrada al sistema sanitario».

La saturación en los centros de salud, las listas de espera de varios días para atender a los pacientes o las tareas burocráticas que los facultativos tienen asignadas, sumadas a falta de recursos humanos son algunas de las cuestiones que habitualmente se achacan a que la Medicina de Familia no parezca una modalidad demasiado atractiva. Con todo, la asignación de plazas de este año da un halo de esperanza, sobre todo si se tiene en cuanta lo ocurrido el año anterior, en el que 63 plazas de esta especialidad quedaron desiertas en Galicia. La cobertura, eso sí, fue especialmente complicada en la provincia de Lugo. Las últimas plazas en adjudicar de toda España en esta especialidad eran para Burela y Monforte de Lemos. «Es una modalidad que tiene salidas que van mucho más allá de la atención primaria», puntualiza Sola, animando a los futuros médicos a escoger esta especialidad.

Alba Sola se formará en Vigo, tras una buena experiencia en las prácticas. | Cedida

Alba Sola se formará en Vigo, tras una buena experiencia en las prácticas. / Cedida

«Elegí Familia por la relación continuada con los pacientes. Estar en un mismo centro salud te permite conocer, no solo a las personas, sino también su entorno y eso te ayuda a tratarlas de una forma más integral y personalizada», alega Sola al explicar por qué se decantó por esta especialidad de la que también le atrae «la versatilidad y complejidad». Y es que estos facultativos desarrollan sus labores integrando áreas biológicas, clínicas y conductuales.

A Abellás se le pasaban las jornadas de prácticas en el centro de salud volando. «No me gustaba que se fuesen acabando los pacientes a medida que pasara la mañana porque todo lo que hacía me parecía súper interesante», revela la joven, que quedó en el puesto 3.015 y fue la séptima persona en elegir esta especialidad en el territorio gallego. Para ella, Familia es un ámbito «muy completo», puesto que «ves desde un paciente crónico, que va a hacer sus revisiones, a otros con patologías más agudas que vienen a diario». «Me pareció una especialidad bonita, muy cercana a lo que es mi visión de la medicina y de mi vida laboral», se sincera.

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