Los peligros de conductir «tablets con ruedas»
Los fabricantes de automóviles parecen estar en una carrera armamentística por ver quién pone la pantalla más grande en el salpicadero de los nuevos modelos. Aunque modernas, vistosas e informativas, poner todas las funciones del coche en ellas hace que las distracciones aumenten considerablemente

Un coche elléctrico gestionado a través de una pantalla táctil. / Vladimir Srajber.
Diego G. Carballo
La tecnología avanza en nuestra sociedad sin dejar ningún apartado de la misma atrás. Bien sean dispositivos electrónicos personales como los móviles o los ordenadores, herramientas que nos ahorran trabajos manuales o robots, todas estas innovaciones nos ayudan en nuestra vida. Sin embargo, no siempre vienen con más pros que contras, y un uso inadecuado puede tener consecuencias, en algunos casos, fatales. Es el caso de los coches más nuevos, en los cuales cada vez encontramos pantallas más grandes y que controlan más funciones del mismo. Nos pueden parecer vistosas, y nos ofrecen posibilidades al volante que hace un par de décadas parecían ciencia ficción, pero su uso durante la conducción puede dar lugar a distracciones que acaban por causar accidentes.
Tener que controlar muchas de las funciones del coche a través de pantallas táctiles y no botones causa aún más distracciones, ya que nos obligan a girar la cabeza hacia el dispositivo para cosas tan básicas como activar el climatizador o subir el volumen de la radio. Habiendo botones físicos, mucha gente ya sabe dónde están para activarlos por simple memoria muscular. Esto se suma a las distracciones causadas por usar el móvil de forma indebida durante la conducción, una causa perenne de accidentes de tráfico.
Las distracciones continúan siendo uno de los principales causantes de accidentes de tráfico. Así lo atestigua la jefa provincial de Tráfico en A Coruña, María Victoria Gómez Dobarro: «Las distracciones al volante son un factor de riesgo significativo, la conducción distraída es un fenómeno frecuente que ocurre cuando se desvía la atención de las tareas necesarias para conducir y al mismo tiempo se realizan otras ajenas a ello, particularmente cuando se desvía la mirada de la carretera y se pierde la visión de la circulación».
Gómez Dobarro dice que las distracciones no tienen por qué ser solo visuales, sino que también pueden ser auditivas, físicas o cognitivas, y asegura que desde hace varios años son la causa principal de los siniestros mortales en la carretera: en 2023, un 30% de los accidentes viales con víctimas en España fueron achacados a este motivo.
«Las salidas de vía son el tipo de siniestro más numeroso y el más habitual cuando el conductor se distrae y quita la vista de la carretera, por el motivo que sea: el móvil, la pantalla del navegador, el cigarro que va a encender, una discusión...», comenta la jefa provincial de Tráfico. En estos casos, es incluso habitual ver como coches se salen «solos» de la calzada, sin haber otros vehículos o conductores implicados, habitualmente por despistes o cansancio.
El problema con los móviles es cada vez mayor. Según el más reciente Informe de Distracciones elaborado por las empresas BP y Castrol junto con el Real Automóvil Club de España (RACE), en 2019 un 25% de los encuestados usaba el móvil como GPS durante la conducción –lo cual está permitido siempre y cuando pongamos el destino antes de arrancar la marcha, pero no manipularlo durante la conducción, como en este caso–, un 19% usaba aplicaciones de mensajería, un 14% realizaba llamadas sin manos libres, y un 12% hacía fotos, vídeos o usaba redes sociales.
Ahora, si a esto le añadimos las pantallas integradas en los salpicaderos de los coches –los llamados sistemas de infoentretenimiento–, las distracciones aumentan. De hecho, EuroNCAP, la organización europea que se encarga de evaluar la seguridad de los coches –hacen, entre otras cosas, los famosos crash tests–, ha empezado a poner el foco en las pantallas táctiles.
A partir del año 2026, la agencia recomendará a los fabricantes que diversas funciones básicas se activen con botones, y no con una pantalla. Aunque EuroNCAP no puede obligar a los fabricantes a hacerlo, ya que no tiene poder legislativo, sí puede reducir la puntuación de seguridad que les da a los automóviles.
Recomendaciones
Gómez Dobarro señala que ya existe legislación al respecto sobre la manipulación de pantallas en marcha: «El uso de las pantallas del coche mientras se conduce está catalogado como una infracción grave, que conlleva una multa de 200 euros y la retirada de tres puntos del carnet». La jefa provincial también asegura que no hay un grupo demográfico específico que tenga más distracciones al volante que otros, ya que «cualquier conductor puede distraerse por una u otra razón y siempre son peligrosas».
Los sistemas avanzados de ayudas a la conducción (ADAS), como los que previenen que el coche se salga del carril o el frenado automático ante un obstáculo, han ayudado mucho a reducir los siniestros en la carretera, aunque algunos usuarios aseguran que la gente se está volviendo demasiado dependiente de ellos, lo que puede causar distracciones: «Las ADAS son solo ayudas a la conducción, lo que no significa que el vehículo sea autónomo y el conductor pueda desentenderse. Este sigue siendo el máximo responsable al volante y tiene que realizar una conducción atenta en todo momento», remarca Gómez Dobarro.
Las recomendaciones que extiende la experta son muy claras: «Antes de conducir hay que programar todo lo necesario: navegador, manos libres, temperatura, música... para así evitar distracciones y poder mantener en todo momento la atención permanente a la conducción». El mensaje es claro y conciso: para evitar distracciones al volante, debemos prescindir de usar las pantallas y otro tipo de elementos durante la marcha, ya que apartar la vista tan solo unos segundos de la carretera puede acabar en una situación cuanto menos trágica. Practicar la conducción segura beneficia tanto a nosotros mismos como a los demás conductores y peatones en la calzada.
La tecnología no avanza al mismo ritmo para todos
El uso de las pantallas de los coches puede causar distracciones a todos, incluso a los más experimentados con la tecnología, pero con los que «peor se llevan» con ella, como gente mayor que no está acostumbrada a ellas, puede hacer que tengan que apartar la vista de la vía durante mucho más tiempo. Es el caso de Juanita, una jubilada de 71 años de Bertamiráns que lleva una vida más «analógica»: «El móvil lo tengo para el WhatsApp y poco más, no uso el ordenador, pero tengo plenas facultades para conducir. Ahora tengo un coche antiguo, de hace 15 años, pero ¿qué pasará cuando se me estropee y tenga que comprar uno más reciente? Tener los botones del climatizador o de la radio al alcance de la mano es mucho mejor que tener que pelearme con una pantalla», asegura. Aunque no es para nada un caso generalizado, y ser mayor no significa llevarse mal con la tecnología, no todos se adaptan igual y, ante un sistema desconocido, las distracciones se multiplican. «Ahora mismo no hay mucho dónde elegir, no hay coches sin pantallas a menos que sea un modelo muy básico. El mercado nos está dejando atrás en ese sentido», finaliza.
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