Jóvenes e inventores: «Es gratificante ayudar a otros»
Una gran feria científica reunió ayer las soluciones tecnológicas ideadas por alumnos de los quince centros gallegos participantes en el programa Talentos Inclusivos. Su misión, facilitar las tareas cotidianas de personas con discapacidad

Alumnos del IES Eusebio da Guarda, de A Coruña, explican a un grupo de personas con discapacidad cómo funciona la canasta para piscinas que han creado. | Xoán Álvarez
susana lópez carbia
«Hemos creado una jardinera elevable para que los niños con parálisis cerebral puedan cuidar sus propias plantas», explican Mónica López y Ariadna Seoane, alumnas de Agrojardinería en el CIFP Montecelo de Pontevedra, mientras manipulan los pulsadores que ponen en movimiento su dispositivo. «Han asumido el reto con muchísima ilusión», apunta su profesora María del Puerto Blanco, «muy orgullosa» de la implicación de su clase en el proyecto.

Román Rodríguez atiende las explicaciones de los alumnos del IES Díaz Castro de Guitiriz sobre su solución para abrir y cerrar un grifo. / .
Esa jardinera que los alumnos han llenado de plantas aromáticas es una de las 59 soluciones tecnológicas que ayer presentaron en la Cidade da Cultura, en Santiago, los 15 centros educativos participantes en el programa Talentos Inclusivos, que busca implicar a los jóvenes en la creación de dispositivos para mejorar la vida cotidiana de personas con discapacidad. Una iniciativa impulsada por el Citic (Centro de Investigación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) de la Universidade da Coruña, en colaboración con la asociación de atención a personas con parálisis cerebral Aspace.
En una especie de gran feria científica, unas 450 personas, entre estudiantes, docentes, investigadores y personas con discapacidad, han ido probando cada uno de los inventos, desde adaptaciones 3D hasta sistemas electrónicos, aplicaciones visuales o soportes personalizados en los que profesores y alumnos han estado trabajando durante todo el curso.

Jóvenes inventores y usuarios de Aspace que probarán sus soluciones tecnológicas. | Xoan Álvarez / .
El resultado de ese trabajo de meses demuestra, en palabras del conselleiro de Educación, Román Rodríguez, al que los propios alumnos fueron presentando sus proyectos, la «creatividad» y la «visión integradora» con la que los centros han ideado estas aplicaciones «fantásticas».
«Por un lado, los estudiantes se adentran en la tecnología y crean sus propios proyectos y, por otro, ven que existen otras realidades», señala Manuel González, director del Citic, que reivindica la importancia que cualquier dispositivo que facilite la vida diaria tiene para las personas con discapacidad. «Un simple picaporte que ayude a abrir una puerta o una rampa portátil que se pueda llevar en una mochila tienen una utilidad terapéutica y, a la vez, pueden hacer más feliz a una persona con parálisis cerebral», añade.
Lo comprueba Nico, usuario de Aspace que utiliza una tablet para poder expresarse y que, gracias al invento de los alumnos del CIFP Montecelo, podrá mover el dispositivo por sí mismo. También los estudiantes del IES Maximino Romero de Lema (Zas) ayudarán a un enfermo de Alzheimer que solo habla inglés a manejar los electrodomésticos de su casa. «Su mujer se lo pidió a Cruz Roja y nosotros hemos podido darles una solución», cuenta su profesora. «Es gratificante saber que podemos facilitar la vida a otros», añade Lola Cumplido, alumna del centro, que sueña con estudiar Medicina.

La jardinera elevable del CIFP Montecelo de Pontevedra. | X. Á. / .
Un mecanismo para dormir con las manos estiradas creado por el IES Rego de Trabe (Culleredo); otro dispositivo para tirar de la cisterna presentado por el IES Breamo (Pontedeume), o un timbre inalámbrico con pulsador ideado en el IES Sofía Casanova (Ferrol)... Los usuarios de Aspace han ido de puesto en puesto escuchando las explicaciones de los alumnos sobre la utilidad de sus dispositivos. Pero también han podido divertirse, por ejemplo, probando los videojuegos adaptados del CPR Calasanz Escolapios (A Coruña). «Preguntamos a los usuarios de Aspace y fuimos haciendo videollamadas para testar con ellos la velocidad o los colores que utilizábamos», explican los estudiantes responsables del proyecto.
«Las alumnas saben que esto no va de ganar o perder, sino de aportar algo que ayude a los chicos de Aspace», dice Cristina Coence, profesora del colegio Montespiño de Culleredo, que valora muy positivamente la iniciativa.
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