«Me gustaría trabajar en una agencia espacial como la NASA»

Audrey Noguera. |  Roi Cruz

Audrey Noguera. | Roi Cruz

S. DE LA FUENTE

Ourense

Audrey Noguera Alonso, ourensana de 18 años y exalumna del IES As Lagoas, ha conseguido una de las notas más altas de Galicia en la PAU: un 13,72, suficiente para acceder al doble grado en Física y Matemáticas en la Universidade de Santiago, la titulación con la nota de corte más alta de Galicia. Su sueño desde niña es «trabajar en una agencia espacial como la NASA», y ahora está un paso más cerca de lograrlo.

Juega al ajedrez desde los seis años y siempre le ha fascinado el universo, pero su mayor mérito no está solo en su brillante expediente académico. Desde pequeña convive con una enfermedad genética llamada atrofia muscular espinal (AME), que debilita sus músculos de forma progresiva. A pesar de las dificultades físicas y el tiempo que debe dedicar a tratamientos y terapias, Audrey nunca ha renunciado al conocimiento ni al esfuerzo. «Me gusta mucho estudiar y aprender cosas nuevas», afirma con entusiasmo.

El año pasado su familia impulsó una campaña para recaudar fondos con la que logró adquirir una silla adaptada que le proporcionó mayor independencia en su vida diaria. Gracias a este apoyo, ha podido compaginar los estudios con su rutina médica. Actualmente recibe dos tratamientos: uno en el CHUO de Ourense, que requiere un ingreso hospitalario cada cuatro meses, y otro experimental en el hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, con una inyección semanal y controles trimestrales. Aunque exigente, este ensayo clínico está dando buenos resultados y supone una esperanza en la evolución de su enfermedad.

A esto se suman las sesiones terapéuticas y las revisiones en el hospital de Ourense que también le quitan tiempo. «Este año tuve que dejar de hacer alguna actividad para poder dedicarle más horas al estudio, pero nunca dejé de ir a fisioterapia y logopedia porque son imprescindibles para mantenerme en mi estado actual. A pesar de todo conseguí organizarme para estudiar y sacar todo lo mejor posible», afirma.

Aunque puede escribir, su ritmo es más lento que el de sus compañeros, lo que la llevó a realizar la PAU en el centro de recursos educativos de la ONCE en Pontevedra. Allí utilizó un ordenador que le permitió adaptar sus respuestas sin limitación de tiempo: «Allí cada alumno entregaba cuando acababa. Yo los hice en unas 2 horas», reconoce.

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