Mortadelo y Filemón: los inicios que pocos recuerdan
Un precioso volumen del sello Bruguera Clásica recopila las páginas publicadas entre 1958 y 1960 en la revista ‘Pulgarcito’ con los 200 primeros casos de los inmortales personajes creados por Ibáñez
José Vicente Rodríguez
Francisco Ibáñez (1936-2023) fue uno de los mayores talentos de la mítica editorial Bruguera y Mortadelo y Filemón, sin duda, son sus personajes más célebres. Son varias las generaciones de lectores que le debemos a Ibáñez tardes memorables de carcajadas en los años 70 y 80 leyendo aquellos inigualables tebeos de la colección Olé, con aquellas historietas largas de 44 páginas donde, además de asistir a un inigualable festival de tortazos y mamporros (que hoy serían impensables en un tebeo para niños), aprendimos a insultar con términos tan rotundos e inclasificables como ‘percebe’, ‘merluzo’ ‘batracio’ o ‘berzotas’. Especialmente desternillante (por seguir utilizando el maravilloso vocabulario de estos cómics) era el hecho de que, entre tanto guantazo y persecución, los personajes de Ibáñez se trataban siempre de usted, manteniendo una corrección formal que hacía aún más hilarantes las rocambolescas historias protagonizadas por los dos agentes de la TIA en aquella etapa gloriosa.
El fallecimiento de Francisco Ibáñez en 2023 ratificó el cariño de tantísimos lectores por su obra, algo que ha permitido la publicación de Los 200 primeros casos de Mortadelo y Filemón, un magnífico volumen editado por Penguin Random House bajo el sello Bruguera Clásica que recupera las andanzas primigenias de estos personajes, publicadas entre 1958 y 1961 en la famosa revista Pulgarcito, cuando Ibáñez era poco más de un veinteañero, pero ya con cierta experiencia como dibujante. Son historias muy breves, la inmensa mayoría de una sola página, y Mortadelo y Filemón lucen un aspecto algo distinto a la que veríamos posteriormente, en su época más conocida.
Filemón, en una suerte de guiño paródico de Sherlock Holmes, fuma una gran pipa, regenta una agencia de información y trata de forma habitualmente despótica a su empleado Mortadelo que, en estos inicios de la serie, utiliza un sombrero del que saca sus disfraces. Las tramas de aquella primera época son, por su brevedad, muy simples y se remiten, en la mayoría de ocasiones, a equívocos que terminan, por supuesto, de forma desastrosa (a menudo, los detectives leen una noticia, escuchan algo en la radio o llega a sus oídos un comentario casual en la calle del que sacan deducciones erróneas). Hay además guiños cariñosos de Ibáñez a dibujantes como Vázquez (un amigo al que además admiraba) con la aparición de una de las hermanas Gilda en una historieta (acude a Mortadelo y Filemón para que la ayuden a buscar a su novio). También a Escobar, con referencias al siempre hambriento Carpanta o a la criada Petra.
Segunda parte
El volumen está dividido en dos partes (las primeras 123 historias y luego las otras 77) separadas por un artículo explicativo donde se resalta la evolución estilística de los personajes y se analizan las líneas argumentales, que reflejan diversos aspectos de la sociedad de la época. Es cierto que la segunda tanda de historias empieza a incluir ya una mayor variedad de planteamientos y gags más reconocibles para el lector clásico, a medida que los personajes asientan sus características (Mortadelo abandona su sombrero y la vestimenta de Filemón se simplifica, adoptando su icónica pajarita). El tomo incluye también textos biográficos sobre el autor y sobre la génesis de estas primeras historias, todo ellos escritos por Antoni Guiral y Jordi Canyissà, expertos en el mundo del cómic. La labor de documentación para elaborar esta antología ha sido ímproba, ya que los dos especialistas han comentado que revisaron todas las revistas de la editorial Bruguera de 1957 a 1969 (Pulgarcito, Selecciones de Humor de El DDT, Tío Vivo). En definitiva, una obra formidable que nos permite disfrutar por primera vez en un solo volumen de estos tesoros de la primera etapa de Ibáñez.
Al parecer, la intención de Bruguera es continuar recuperando esta etapa temprana pero, según Guiral, dependerá de la respuesta del público: «Si este libro funciona bien y gusta, habrá un segundo volumen con los 200 siguientes casos», ha afirmado. Ojalá sea así.
Los 200 primeros casos de Mortadelo y Filemón
Francisco Ibáñez
Textos de Antoni Guiral y Jordi Canyissà
Bruguera Clásico
240 páginas
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