Entrevista | Francisco Ferre Jefe de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón

Francisco Ferre, psiquiatra: «Es incomprensible comprar un móvil a un niño de menos de doce años»

¿Debemos distraer con el teléfono a un bebé? ¿Cómo detectar la adicción a las pantallas? El jefe de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón, Francisco Ferre, dio ayer respuestas en Santiago con el apoyo de la Fundación Araguaney y Sanidade

Francisco Ferre, 
psiquiatra. |  V.L.

Francisco Ferre, psiquiatra. | V.L.

Mar Mato

Santiago

La organización de la jornada señala que muchos jóvenes sufrieron malestar psicológico durante el apagón del 28 de abril por no poder estar en línea y que eso era señal de un síndrome de abstinencia.

En las adicciones hay varias fases: el abuso, la tolerancia, la abstinencia y la rendición. Esta última es cuando ya no puedes dejar de tener esa adicción. Pensemos en la adicción al alcohol. En las pantallas, con los videojuegos por un lado y las redes sociales por otro, lo que ocurrió el día del apagón fue que les retiraron de golpe la posibilidad de estar en línea. Eso está descrito como FoMo, Fear of Missing Out, miedo a no enterarse de lo que está pasando. Seguro que numerosos jóvenes entraron en malestar incluso físico al ver que había una incertidumbre por no saber si se podrían conectar otra vez.

¿Cuáles serían las señales de alarma para reconocer esa adicción a las pantallas?

Hay una serie de signos. En primer lugar, hay que fijarse si la persona habla de sentirse sola; si tiene problemas de sueño; si esto repercute en el rendimiento académico; además aparecen comportamientos poco saludables como el evitar comer con todos, ya que busca quedarse solo con la pantalla. También empieza a pasar menos tiempo con sus amistades, a tener menos relación con ellas. A esto se une ver a la joven o al joven con ansiedad. En algunos casos empiezan a mostrar quejas o preocupación por su imagen corporal. El aislamiento, la dificultad de poder tener un rato con ella o con él para hablar como padres, es una señal.

En el caso de personas adultas como los community manager que pasan infinidad de horas trabajando ante la pantalla, ¿también hay riesgo de adicción?

No, no les quema. Se ha demostrado recientemente que la adicción no depende del tiempo de pantalla, sino del patrón adictivo. Estar muchas horas no significa que acabes siendo un adicto a las pantallas. Está demostrado científicamente. Es cierto que cuanto más tiempo, más riesgo; pero hay personas que se enganchan con muy pocas dosis. Depende de nuestra vulnerabilidad genética [predisposición genética a desarrollar una adicción a una determinada sustancia o actividad].

El I Observatorio de Hábitos Digitales en menores señala que más del 42% de niños usa el móvil antes de cumplir ocho años.

Y el 23% de los niños españoles menores de diez años ya tienen móvil. Este es uno de los temas fundamentales que hay que abordar. Es incomprensible comprar un móvil a un niño de menos de 12 años y yo diría que incluso de menos de 14, sobre todo smartphone. No es saludable; es un problema de salud pública y se tendrá que poner un límite desde fuera. Otra cosa es que por organización o seguridad algunos puedan tener un teléfono básico para llamadas y SMS.

Incluso en restaurantes hay bebés de menos de tres años sentados en la trona toda la comida ante una pantalla de móvil.

Es un tema que me genera bastante tensión. Primero me cuestiono qué hace un niño tan pequeño en un lugar con tanta gente y ruido, pero bueno, sería cuestionable. Lo que no puede ser es que, para que el adulto esté tranquilo disfrutando de su ocio, al menor se le distraiga con una pantalla. Es un error muy grave. En las escuelas de padres enseñamos a las madres y padres a estar con sus hijos sin una pantalla de por medio. Los niños tienen que aprender a aburrirse. Al darle la pantalla generamos un ser humano que no puede permitirse estar aburrido. ¿Por qué de adolescentes lo quieren rápido y ya? Porque desde pequeños han tenido un estímulo.

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