Entrevista | Emilia Ocón Vocal del Comité Clínico de reproducción humana asistida de Galicia

«Congelar óvulos a los 35 no implica mejorar la natalidad»

La creación de un comité para asesorar casos complejos de reproducción asistida en el Sergas marca un punto de inflexión en el abordaje de la fertilidad. La Xunta acordó ampliar la cobertura: elevó la edad de atención hasta los 45 años, para el segundo hijo y permitirá congelar óvulos a mujeres de 30 a 35 años que buscan retrasar la maternidad. La ginecóloga Emilia Ocón analiza su alcance

La ginecóloga Emilia Ocón. |  Alba Villar

La ginecóloga Emilia Ocón. | Alba Villar

Elena Ocampo

A Coruña

¿Qué impacto cree que puede tener este comité en el día a día de las unidades?

Positivo. Puede servir para señalar que en un área no se están haciendo determinadas cosas, unificar la lista de espera por fecundación in vitro (FIV) que se sitúa hoy entre 4 y 6 meses en los hospitales gallegos, o que no se cuenta con los recursos anunciados. Resulta muy útil para abordar casos complejos que no encajan en la rutina diaria. Poder compartir y decidir de forma conjunta qué hacer es muy valioso.

¿Qué se entiende por «casos complejos»?

Pueden ser pacientes que no cumplen los criterios de inclusión o situaciones que requieren valoración ética, como el destino de óvulos congelados de mujeres que ya han superado los 50 años.

A menudo se habla de dificultades técnicas, pero usted menciona las consideraciones éticas. ¿Tienen el mismo peso?

Sí, totalmente. Muchas veces hablamos de los retos derivados del envejecimiento poblacional o del retraso de la maternidad, y se entiende que mujeres sanas entre 30 y 35 años vitrifiquen sus óvulos. Hay cuestiones éticas igual de relevantes que el comité ayudará a abordar de forma colegiada.

¿Hasta qué punto influye hoy la edad en los problemas de fertilidad que atienden ?

Muchísimo. En nuestra unidad, el 60% de los ciclos que hacemos son en mujeres de 38 años o más. Es una edad compleja para la reproducción. Hay más factores, como el masculino o mujeres que acceden sin pareja.

¿Desde cuándo han notado que llegan más mujeres interesadas en ser madres en solitario?

Desde hace un lustro más o menos. Subjetivamente diría que ha habido un aumento, aunque no sé en qué porcentaje.

¿Qué otras prestaciones de la nueva cartera de servicios le parecen especialmente relevantes?

La «esterilidad secundaria» me parece interesante, aunque es restringida, porque solo se contempla para técnicas básicas en segundos hijos. Esto es: poder ofrecer inseminaciones en parejas que ya han tenido un hijo y quieren ir a por el segundo, pero no lo consiguen. Me parece un paso importante.

¿Se hace en todos los casos?

No, no se le hace a todas las parejas. Es una técnica sencilla, pero no muy eficaz. Se seleccionan mujeres de buen pronóstico para aplicarla.

También se ha ampliado la edad máxima de atención. ¿Qué valoración hace de ese cambio?

La ampliación de la edad me parece interesante, aunque hay que ser realistas. Por mucho que digas «vamos a hacer tratamientos hasta los 45 años», hay que tener en cuenta que, con la edad, la tasa de embarazo baja. A los 40 años muchos embriones son cromosómicamente anormales y, a los 42, más del 60% lo son.

¿Y eso implica más pruebas o cribados genéticos?

No se hace cribado genético en una fecundación in vitro estándar. Entonces, lo ideal sería que la mujer se lo planteara antes. Puedes darle cobertura a los 42 años, pero esa mujer tiene que saber que la tasa de nacido vivo es menor del 10%, sea su primer hijo o no.

¿Cuál es actualmente el perfil mayoritario de las pacientes?

La mayoría tienen entre 35 y 39.

¿Y esa edad ya se considera tardía para iniciar un proceso?

No diría que es una edad avanzada, pero sí es cierto que no es la edad reproductiva óptima. Una edad reproductiva joven sería por debajo de los 35 años. Ahí es donde hay mejores perspectivas de éxito.

Galicia es una comunidad especialmente envejecida y con baja natalidad. ¿Cree que este plan ayudará a revertir esa tendencia?

Podría ayudar, sí. Por ejemplo, si una mujer congela óvulos con 33 años y luego los utiliza. Pero si no los utiliza, no será rentable. Si se hace solo porque es gratuito, pero sin tener clara la decisión de tener hijos, entonces no va a ayudar a mejorar la natalidad.

¿Se puede medir ese grado de convicción?

Es muy difícil de evaluar. Uno no puede saber realmente cuál es la motivación o el nivel de compromiso. Aunque si congelas óvulos, al menos tienes la posibilidad. Lo que la ciencia dice es que habría que congelar más de 15 óvulos para tener una tasa de embarazo razonable, en torno al 30-50%, dependiendo de la edad. No basta con un óvulo para tener un hijo.

¿Cuántos óvulos se congelan habitualmente?

Ahora mismo estamos haciendo sobre todo preservación médica, para pacientes con cáncer. En esos casos se congela lo que se puede, a veces en condiciones que no son las mejores. Pero en un protocolo ideal se recomendaría congelar más de diez. Y para eso, algunas mujeres necesitan dos ciclos.

¿Ya empezó a aplicarse?

La ampliación de edad ya ha empezado a mujeres de hasta 40. A partir de marzo de 2026 se incluirá a las de 41, y así progresivamente hasta llegar a los 44 completos. La preservación social también está prevista para 2026, pero todavía no se ha publicado en qué condiciones. Hay que preservar un número suficiente de ovocitos. Si una mujer no va a poder llegar a ese número, quizás no sea candidata. Eso habrá que definirlo bien en un protocolo.

¿Cómo se va a seleccionar a las candidatas?

Claro, tiene que haber un criterio objetivo, como la reserva ovárica. Para homogeneizar, necesitamos criterios clínicos y de laboratorio claros.

«El verdadero reto es que las mujeres y parejas puedan tener hijos antes»

¿Qué papel cree que debe jugar la sanidad pública en relación con estos cambios sociales?

Información, sobre todo. La primípara añosa era antes a los 35, ahora a los 38, pero la biología no ha cambiado. Vivimos más, nos cuidamos más, pero la edad reproductiva sigue siendo la misma. Y por encima de los 35 años empieza a haber más dificultad, que se incrementa claramente a partir de los 40. Por encima de 40 es muy difícil conseguir un embarazo, no imposible, pero sí difícil. Eso no ha cambiado desde principios del siglo XX.

¿Y de cara al futuro de la reproducción asistida en Galicia?

Mejorar la calidad de la asistencia, reducir los tiempos de espera e informar bien. También tener en cuenta que, aunque se habla mucho de la edad femenina, la edad del varón también influye. A partir de los 40-45 años puede haber más alteraciones seminales. El verdadero reto es que las mujeres y parejas puedan tener hijos antes. Que cuando una mujer dice «llevo un año intentando quedarme embarazada», se la derive rápido.

¿Y qué se espera de la preservación social a medio plazo?

No lo sé, porque en España no se ha planteado seriamente hasta ahora. En Francia sí. Habrá que valorarlo dentro de 10 o 15 años. Si una mujer congela óvulos a los 34 y luego los usa, bien. Si no, habrá que ver qué se hace con ellos.

¿Es posible que esos óvulos se destinen a donación?

Podrían usarse para donar, pero aún no está legislado. Si se permite, deberá hacerse con criterios éticos y controles, ya que no todos los centros pueden funcionar como bancos de gametos. Aunque es complejo, aprovechar esos óvulos aumentaría la rentabilidad del programa.

¿Y para eso serviría el nuevo comité creado por el Sergas?

Sí. Para valorar todas esas posibilidades.

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