El CSIC barajó reubicar al personal del García del Cid antes del ‘caso Carmen’

Lara Graña

El buque oceanográfico García del Cid, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), llegó a un muelle de Gijón el 25 de abril de 2024. Al del astillero especializado en desguaces DDR Vessels, concretamente; no volvió a desplazarse más. Habían pasado en ese momento siete meses desde la desaparición de una de sus tripulantes, María del Carmen Fernández Vázquez, que tenía contrato de personal laboral fijo, como los demás compañeros del buque (uno de ellos, denunciado por violación, aunque el procedimiento quedó archivado). Antes del adiós de Mari Carmen el CSIC había abordado el futuro de los trabajadores del barco, con convenio laboral propio, para el momento en que el García del Cid dejase de operar. Fue en junio de 2023, como consta en las actas de la Unidad de Tecnología Marina (UTM) de la institución. Y entonces sí se abordó la posibilidad de «reubicarlos» dentro del Consejo Superior. «Se apunta a la necesidad de explorar los límites del actual convenio o la realización de un convenio puente que facilite su posible reubicación en otras unidades del CSIC», planteó el director de la UTM, Jordi Sorribas. Todo cambió tras el suceso que ha empañado la trayectoria del buque para siempre: el CSIC presentó un despido colectivo y rechazó cualquier posibilidad de recolocación. «Se desconoce qué significa convenio puente», exhortó durante las negociaciones previas a la extinción de los contratos.

Así consta en la sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) pronunciada tras la demanda de despido colectivo formulada por los sindicatos contra la organización que preside Eloísa del Pino. Sin contar ya con Mari Carmen, la decisión del CSIC supuso la salida de doce tripulantes del García del Cid. Entre los trabajadores despedidos está el varón al que la mujer, camarera a bordo, había denunciado en 2019. El TSJC se ha declarado no competente y ha desestimado la demanda por despido, un fallo recurrido por todas las partes, según fuentes de la administración de justicia catalana.

La sentencia lanza una reprimenda al CSIC por haber creado «artificialmente» este conflicto. «El error cometido por la representación social fue inducido por la propia empresa», expone, toda vez que no tenía que haber formulado un procedimiento de despido colectivo al afectar a doce personas. Estos trabajadores podrán impugnar sus ceses cuando esta sentencia sea firme, pero deberán hacerlo ante los juzgados de lo Social de Barcelona. Allí tenía su base el oceanográfico García del Cid.

«La extinción de los contratos no es posible evitarla mediante la recolocación interna de los trabajadores», argumentó el CSIC, porque «la posibilidad de que dicho colectivo se integre como personal laboral CSIC en el resto de tripulaciones que proporcionan el servicio de navegación mediante una encomienda o contrato con una empresa externa, genera importantes disfunciones y dificultades para la operativa normal de los buques». Además del García del Cid, otro buque de la flota oceanográfica también tenía convenio propio, el Cornide de Saavedra. Aunque fue enviado a desguace en 2016, «algunas personas dela tripulación» sí fueron recolocadas, como también se incluye en la sentencia del TSJC.

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