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Los desarrolladores de estructuras metalorgánicas ganan el Nobel de Química

El jurado defiende que «puede convertirse en el gran material del siglo XXI»

valentina raffio

Barcelona

La Real Academia de las Ciencias de Suecia ha decidido entregar el Nobel de Química de 2025 a Susumu Kitagawa, Richard Robson y Omar M. Yaghi por el desarrollo de estructuras metalorgánicas. Según argumenta el jurado de expertos detrás de esta decisión, el trabajo de estos investigadores «tiene un potencial tan grande que podría convertirse en el gran material del siglo XXI». Sobre todo porque han logrado crear algo que, hasta hace unas décadas, parecía pura ciencia ficción: estructuras moleculares con «habitaciones» en su interior, capaces de atrapar gases, almacenar sustancias peligrosas o incluso extraer agua del aire del desierto. «Estas estructuras ofrecen oportunidades inimaginables para crear materiales a medida con nuevas funciones», destacaba ayer Heiner Linke, presidente del Comité Nobel de Química.

La revolución de estas moléculas empezó a tomar forma en 1989 y, tras décadas de trabajo, consiguió cobrar vida. Desde entonces, los científicos han construido decenas de miles de estructuras metalorgánicas diferentes. Las hay capaces de atrapar dióxido de carbono para reducir emisiones. También hay que almacenan gases tóxicos o catalizan reacciones químicas de forma más limpia y eficiente.

Incluso existen versiones capaces de extraer agua del aire del desierto o eliminar contaminantes como los PFAS y restos de medicamentos del agua.

Por eso mismo, según argumentan desde el panel de los Nobel de este año, «el impacto potencial de estas redes inteligentes es enorme» ya que permite «desde idear nuevas estrategias contra el cambio climático hasta tecnologías de purificación y almacenamiento más sostenibles».

El premio de este año se suma a una larga estela de galardones en los que se han reconocido desde avances consolidados hasta esperanzadoras promesas de la investigación. El año pasado, por ejemplo, el premio de esta categoría se concedió a David Baker, Demis Hassabis y John M. Jumper por la predicción de estructuras y el diseño computacional de proteínas. El año anterior se galardonó a Moungi Bawendi, Louis Eugene Brus y Alexei Ekimov por el descubrimiento y la síntesis de puntos cuánticos. En 2022, se premió a Carolyn R. Bertozzi, Morten Meldal y K. Barry Sharpless por el desarrollo de la química clic y la química bioortogonal y en 2021 se galardonó a Benjamin List y David W.C. MacMillan por el desarrollo de la organocatálisis asimétrica. Y en 2020, entre los premios más sonados, se reconoció el trabajo de Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna en el desarrollo de un método para la edición del genoma (CRISPR/Cas9).

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